Una factura kafkiana
No alcanzamos siquiera a divisar de d¨®nde emana el poder ni qui¨¦n lo dirige, pero en caso de divergencia el individuo nunca tiene raz¨®n
Al principio reaccion¨¦ igual que la afectada, una estudiante de 21 a?os cuyo nombre no ha trascendido. Como a ella, el asunto me hizo gracia y termin¨® por inquietarme. La historia se puede resumir de la siguiente manera. Con ocasi¨®n de un cambio de vivienda, una joven afincada en Hannover recibi¨® de una conocida empresa energ¨¦tica una factura ¨²ltima por el gas, la electricidad y el agua consumidos. Se trataba de una cantidad moderada que ella abon¨® sin demora. Pero hete aqu¨ª que pasan los d¨ªas y llega otra factura por el mismo concepto, esta vez por valor de cero euros. Ella se lo toma con humor. ?Es posible una transferencia bancaria as¨ª? Le vuelven a enviar con intervalos regulares la susodicha factura, junto con la advertencia de que tiene un plazo para pagarla. Con el tiempo recibe amenazas de embargo y ella, claro, empieza a ponerse nerviosa. Llama a la compa?¨ªa. La operaria, al tel¨¦fono, encuentra el problema divertido, pero tampoco puede ayudar. La chica expone el caso en X, donde el personal aprovecha para exhibir ingenio y soltar chanzas a granel.
Cien a?os despu¨¦s del fallecimiento de Kafka, no ha perdido vigencia eso que ha dado en llamarse kafkiano: la inexorable primac¨ªa del sistema sobre el individuo. Y, como en la literatura de Kafka, no alcanzamos siquiera a columbrar de d¨®nde emana el poder ni qui¨¦n lo dirige. En caso de divergencia, el individuo nunca tiene raz¨®n. El individuo no es nada, apenas un componente sin relevancia susceptible de ser castigado. Y ay de ¨¦l como ose introducir la m¨¢s leve distorsi¨®n en la din¨¢mica general del sistema, por muy absurdo que este sea. Tan s¨®lo cuando el asunto de la factura se hizo p¨²blico y ocup¨® media p¨¢gina del peri¨®dico local, la empresa energ¨¦tica reconoci¨® su ¡°error t¨¦cnico¡±, achacable a los ordenadores y no a ser humano ninguno, lo que aterra bastante. Luego hemos sabido que, adem¨¢s de la estudiante, hubo una decena de afectados.
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