Impotente Abascal
Una cosa es el sue?o h¨²medo del autoritarismo propio de otros tiempos y otra muy distinta la gesti¨®n de la realidad
?Qu¨¦ hombr¨ªa es esa que consiste en combatir a temblorosos adolescentes y mujeres aterrorizadas? Qu¨¦ bajeza moral la de este nuevo matamoros, tan gallardo ¨¦l, tan macho, que necesita convertir en enemigos a chavales a los que triplica la edad, qu¨¦ mediocridad la de los hombrecillos con aspiraciones caudillistas que se atreven a medirse con imberbes asustados y mujeres indefensas. Si la batalla fuera f¨ªsica y no pol¨ªtica, a Abascal incluso el ej¨¦rcito m¨¢s sanguinario lo ver¨ªa como un cobarde incapaz de enfrentarse a los de su tama?o. Su histri¨®nica reacci¨®n ante el reparto de menores sobreactuando hasta desga?itarse demuestra, que me perdonen los psic¨®logos, las debilidades y carencias soterradas del l¨ªder de VOX. Tanto ¨¦l como sus hom¨®logos tienen una obsesi¨®n enfermiza por demostrar que son muy hombres como en el bochornoso encuentro entre Milei y Bolsonaro en el que los dos ultras se esforzaron por demostrarse el uno al otro una masculinidad basada en la potencia f¨ªsica, la dominaci¨®n de sus compa?eras de cama y el rechazo visceral de la homosexualidad.
Les falta actualizar sus rancios modelos de hombre, tan alejados hoy, por suerte, de la violencia f¨ªsica, verbal y simb¨®lica ejercida sobre quienes no pueden defenderse. No se me ocurre forma m¨¢s evidente de demostrar falta de hombr¨ªa que negando la base ideol¨®gica de los feminicidios, nada m¨¢s alejado del ideal masculino que la falta de compasi¨®n por las asesinadas o el desamparo de quienes huyen de sus tierras en arriesgadas traves¨ªas por el Atl¨¢ntico.
No se entiende qu¨¦ ha empujado al ¨ªnclito Abascal a desgarrarse ahora las vestiduras por el reparto de menores. Sabemos que en su ideario xen¨®fobo est¨¢ el rechazo a la inmigraci¨®n pero en este caso concreto, ?qu¨¦ propone? ?Qu¨¦ soluci¨®n (final o no) tiene para gestionar un problema que desborda la administraci¨®n canaria? ?Hay que tirar a los ni?os al mar? ?Hay que dejar que se ahoguen? ?Tal vez crear para ellos campos de concentraci¨®n? ?Hay que matarlos? Abascal reacciona, rompe con el PP pero no nos dice qu¨¦ propone. Porque una cosa es el sue?o h¨²medo del autoritarismo propio de otros tiempos y otra muy distinta la gesti¨®n de la realidad. Una cosa es la nostalgia por las ¨¦pocas de garrote y mano dura y aislamiento y otra muy distinta tener que obedecer leyes y convenciones internacionales ratificadas por Espa?a. Son sus votantes quienes deber¨ªan hacerle estas preguntas, no sea que les est¨¦ prometiendo el oro y el moro para luego demostrar su impotencia atacando a mujeres y ni?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.