?Habr¨¢ fraude? ?Debo creer en las encuestas? ?Qu¨¦ pasar¨¢ con los migrantes? Respuesta a estas y otras dudas sobre el futuro de Venezuela
La elecci¨®n del domingo llega rodeada de incertidumbres sobre qui¨¦n ocupar¨¢ el poder y la manera en la que podr¨ªa producirse una posible transici¨®n
Venezuela se aproxima a la fecha electoral en medio de un mar de dudas, incertidumbre y una convicci¨®n: las elecciones presidenciales se perciben como la mejor ruta para iniciar la resoluci¨®n de un conflicto, no armado, que ha expulsado a m¨¢s de ocho millones de personas del pa¨ªs y ha sometido a su poblaci¨®n a sufrir una emergencia humanitaria compleja.
?Cu¨¢les son las preguntas existenciales de este proceso?
El panorama est¨¢ tan viscoso que analistas y comentaristas creen ver se?ales en cada gesto. Las dudas y expectativas van cambiando, minuto a minuto. Sin embargo, una cuesti¨®n que est¨¢ vigente es si de ganar la oposici¨®n, como sugieren la mayor¨ªa de las encuestas cre¨ªbles, el Gobierno de Maduro reconocer¨ªa ese triunfo. En contraste, tambi¨¦n est¨¢ en el aire si la oposici¨®n admitir¨ªa una eventual victoria del oficialismo; del lado del Gobierno insisten en que tienen n¨²meros que as¨ª se lo auguran.
Que a d¨ªas de la elecci¨®n este sea el panorama puede ser una buena se?al. Hace a?o y medio, con la debacle del llamado gobierno interino y el posterior exilio de Juan Guaid¨®, hab¨ªa un consenso en distintos sectores de que la elecci¨®n de 2024 ser¨ªa solo un tr¨¢mite y que la permanencia de Nicol¨¢s Maduro en el poder estaba garantizada hasta 2030.
¡°En contextos autoritarios y poco competitivos, como es el caso de Venezuela, la expectativa ser¨ªa que el Gobierno gane. O dicho de otra forma: las expectativas a priori por las condiciones no competitivas, en el contexto autoritario se anticipar¨ªa s¨ª o s¨ª una victoria de la coalici¨®n autoritaria. Sin embargo, lo que estamos viendo en Venezuela hoy en d¨ªa, la palabra que est¨¢ m¨¢s presente es incertidumbre. Esta es una caracter¨ªstica del juego en democracia, cuando los resultados no est¨¢n cantados. Me parece que es una de las situaciones m¨¢s interesantes en este momento porque no sabemos qu¨¦ es lo que pueda ocurrir. Se abre la posibilidad de una victoria opositora, tomando en cuenta la tendencia de las encuestas m¨¢s cre¨ªbles del pa¨ªs¡±, afirma Maryhem Jim¨¦nez, doctora en Ciencia Pol¨ªtica, estudiosa de los sistemas autoritarios y los movimientos de oposici¨®n.
Sobre las lecturas entre l¨ªneas, algunos interpretan las declaraciones recientes del presidente Lula Da Silva, quien asegur¨® que Maduro deb¨ªa aprender que en una democracia el que gana se queda y quien pierde se va; en el env¨ªo de altos cargos de Brasil a Venezuela y las declaraciones recientes del hijo del mandatario venezolano Nicol¨¢s Maduro Guerra, quien dijo a EL PA?S que si pierden est¨¢n dispuestos a reconocerlo, como se?ales de que en el Gobierno de Maduro est¨¢n conscientes de que esta es la elecci¨®n en la cual ha peligrado m¨¢s su permanencia en el poder.
Hoy en v¨ªsperas de la cita, la emoci¨®n se siente en las calles, los pron¨®sticos circulan hasta en las casas de apuestas, los an¨¢lisis circunstanciales emergen y en general los que se interesan en este tema preguntan: ?Qu¨¦ va a pasar en Venezuela?
Adem¨¢s, hay otras dudas que surgen producto de las campa?as de desinformaci¨®n y de la ansiedad electoral que se ha adue?ado de esta naci¨®n.
EL PA?S consult¨® a varias voces expertas en el proceso pol¨ªtico venezolano sobre la relaci¨®n del chavismo de base con la c¨²pula, el rol de la Fuerza Armada Nacional, la posibilidad o no de un fraude, el funcionamiento del sistema electoral, las expectativas sobre los escenarios a los que le asignan m¨¢s probabilidad de ocurrencia, la posibilidad de una transici¨®n, entre otras preguntas, que hacen poner la lupa, una vez m¨¢s, en el pa¨ªs suramericano.
?Se nos rompi¨® el amor?
Una de las interrogantes es c¨®mo se lleg¨® a este momento. Una de las hip¨®tesis es que la c¨²pula gobernante perdi¨® la conexi¨®n con las bases chavistas. Al respecto, Antonia Mu?oz, dos veces gobernadora del estado Portuguesa, en los llanos venezolanos y exdirectiva del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), asegura ¡°que una buena parte del chavismo rompi¨® esa conexi¨®n con la c¨²pula. Estoy m¨¢s que convencida de que el pueblo que sigui¨® Hugo Ch¨¢vez es el mismo que una vez sigui¨® a R¨®mulo Betancourt, a Carlos Andr¨¦s o al doctor Caldera. Ese pueblo para 1998 ya estaba decepcionado porque la poblaci¨®n viv¨ªa en pobreza. Seg¨²n las cifras, 49% de la poblaci¨®n venezolana para aquel momento estaba empobrecida¡ Hoy, parte de ese pueblo que segu¨ªa al presidente Ch¨¢vez, ahora est¨¢ siguiendo a Edmundo Gonz¨¢lez Urrutia y a Mar¨ªa Corina Machado, la candidata inhabilitada por el gobierno¡±.
Seg¨²n datos de la encuestadora Delphos, la base social del chavismo se rompi¨® y esto comenz¨® a hacerse evidente hace m¨¢s de dos a?os. Para marzo de este a?o, seg¨²n sus estudios de opini¨®n, 70% del chavismo blando manifestaba que es necesario un cambio.
Mu?oz no es la ¨²nica ex alto cargo del chavismo que advierte la brecha entre la actual c¨²pula y el chavismo de base. El exalcalde mayor de Caracas, Juan Barreto, se ali¨® con el Partido Comunista de Venezuela para apoyar la candidatura de Enrique M¨¢rquez. El Gobierno venezolano dej¨® a la izquierda no af¨ªn a Maduro sin casilla en la boleta electoral al intervenir a partidos pol¨ªticos que alguna vez formaron parte de la coalici¨®n oficialista Gran Polo Patri¨®tico.
?Qu¨¦ pasa con el partido verde, las Fuerzas Armadas?
Las Fuerzas Armadas son un archipi¨¦lago, est¨¢n fragmentadas en sus intereses y no pareciese que tengan disposici¨®n a desconocer la voluntad de las mayor¨ªas, afirma Hern¨¢n Castillo, profesor de Historia Militar de Venezuela, autor de investigaciones sobre las relaciones entre el mundo militar y civil. Para el acad¨¦mico, aunque en Venezuela, como en Latinoam¨¦rica, hay una tradici¨®n de golpes de Estado, en la actualidad no hay incentivos para que la comunidad internacional tolere alg¨²n tipo de pronunciamiento alejado de los par¨¢metros democr¨¢ticos. Destaca, adem¨¢s, la cantidad de militares que est¨¢n bajo prisi¨®n, se?alados de presuntas conspiraciones contra el Gobierno de Maduro.
¡°Creo que, si seguimos lo que han hallado las encuestas, la proporci¨®n a favor del candidato opositor es abrumadora. No creo que se vayan a pronunciar en su contra. Adem¨¢s, creo que el domingo 28 y en el mediano plazo vamos a salir en paz. Luego, pueden venir tiempos muy retadores para un proceso de transici¨®n¡±.
Sobre las condiciones de las FANB, uno de los elementos que ha surgido son declaraciones del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, que circulan en las redes sociales. De igual manera, las FANB publicaron un video de una reuni¨®n sostenida con el grupo de observadores del Centro Carter, que tiene una misi¨®n en Venezuela.
Para el general en situaci¨®n de retiro y exgobernador del estado Aragua, Rafael Isea, que en su juventud particip¨® en el intento de golpe de Estado de Ch¨¢vez, en 1992, la situaci¨®n interna de las Fuerzas Armadas no difiere mucho de lo que se percibe en el resto del pa¨ªs. Asegura que el general Padrino L¨®pez puede jugar un rol importante para que el reconocimiento de los resultados, en caso de favorecer a la oposici¨®n, se produzca sin mayores sobresaltos.
Seg¨²n Isea, quien se?ala que tiene fuentes internas en las Fuerzas Armadas, la disputa por el poder dentro de la instituci¨®n se ha reconfigurado y tanto el actual ministro de Defensa como el general Iv¨¢n Hern¨¢ndez Dala, jefe de la Direcci¨®n de Contrainteligencia Militar, uno de los cuerpos represores sobre los que pesan denuncias por violaci¨®n de derechos humanos, pueden tener papeles relevantes en las negociaciones que impliquen reducir los costos de salida de la actual c¨²pula.
Las FANB venezolanas se han convertido en una especie de caja negra, especialmente luego de la detenci¨®n arbitraria de la activista y analista de temas de seguridad Rocio San Miguel, ciudadana hispano-venezolana que fue encarcelada en marzo pasado.
Para Mark Feirsntein, asesor del Instituto de Paz de Estados Unidos, que ha hecho seguimiento a los estudios de opini¨®n y a las negociaciones en Venezuela, las FANB va a jugar un papel fundamental, tal vez como ocurri¨® en el plebiscito de Chile, en 1988, o en Nicaragua, en 1990, cuando Daniel Ortega tuvo que reconocer el triunfo de Violeta Chamorro.
?Le creo o no le creo a las encuestas?
En Venezuela, cuando un pol¨ªtico no obtiene buenos resultados en los sondeos de opini¨®n, suele descalificarlos y decir que la verdadera encuesta es la elecci¨®n. Sin embargo, en esta ocasi¨®n, la mayor¨ªa de los estudios de opini¨®n cre¨ªbles coincidieron en la ventaja del candidato opositor, Eduardo Gonz¨¢lez Urrutia (EGU).
Esto provoc¨® una avalancha de desinformaci¨®n con supuestas consultoras que no tienen trayectoria ni reputaci¨®n. Carmen Beatriz Fern¨¢ndez, doctora en comunicaci¨®n p¨²blica de la Universidad de Navarra y experta en an¨¢lisis de fen¨®menos de desinformaci¨®n, las cataloga de ¡°pseudoencuestas¡±. ¡°No son verdaderas encuestadoras, sino que se hacen como un juego de propaganda y operaciones de confusi¨®n. Sacan n¨²meros a la ligera o incluso inventados¡±.
Fern¨¢ndez recuerda que en el pa¨ªs suramericano existe un amplio historial de firmas especializadas en demoscopia, con trayectoria y tradici¨®n. Estas firmas, como Delphos, Consultores 21, Datan¨¢lisis y More Consulting, han coincidido en los resultados y muestran una orientaci¨®n favorable a EGU con una holgura bastante amplia. Se suman Datincorp, ORC y otras m¨¢s peque?as como Poder y Estrategia. Delphos ha presentado sus estudios trimestralmente.
No obstante, algunos expertos han llamado la atenci¨®n sobre las condiciones del pa¨ªs y el control del autoritarismo. Para Luis Vicente Le¨®n, de Datan¨¢lisis, los resultados de la elecci¨®n se van a parecer m¨¢s a los hallazgos de las encuestas, mientras m¨¢s personas participen. En ese sentido, hay un punto ciego. No hay informaci¨®n verificable de cu¨¢ntos de los 8 millones y medio de venezolanos que han salido del pa¨ªs est¨¢n en el padr¨®n electoral, por tanto, la estimaci¨®n de participaci¨®n, que los sondeos ubican en al menos 70%, no tiene un n¨²mero duro sobre el cual apoyarse con certeza. El Registro Electoral tiene empadronados a 21.105.157. De esos, se estima que 25% no podr¨¢ votar porque las autoridades obstaculizaron la actualizaci¨®n de los datos en el extranjero.
Otro matiz que se introdujo recientemente fue el sesgo de las encuestadoras a favor de la oposici¨®n, debate que abri¨® el economista Francisco Rodr¨ªguez al presentar un estudio de su autor¨ªa que lo lleva a concluir que, en el mejor de los casos, la ventaja a favor de EGU no supera los seis puntos porcentuales.
En este sentido, John Magdaleno, experto en estudios de opini¨®n, cuestion¨® tales afirmaciones. Tambi¨¦n asegur¨® que la brecha que se ha mostrado a favor de EGU es tan amplia que muy dif¨ªcilmente pueda ser reducida con la reingenier¨ªa de las mesas de votaci¨®n que aplic¨® el Consejo Nacional Electoral.
El chavismo asegura que tiene estudios que lo favorecen hasta por ocho puntos porcentuales. Sin embargo, tal afirmaci¨®n no ha podido ser verificada. El Gobierno cuenta con varias bases de datos, entre ellas el Sistema Patria, que centraliza la informaci¨®n sobre los bonos y otros beneficios que otorga.
?Fraude?
El escenario de un supuesto fraude emerge como la hip¨®tesis alternativa a la suposici¨®n de que una vez que el chavismo ha puesto todos los obst¨¢culos para la celebraci¨®n de una elecci¨®n semicompetitiva y pese a lo que muestran las encuestas, a¨²n se impongan por la v¨ªa del voto emitido.
Los expertos en el sistema electoral venezolano luchan contra corriente con las teor¨ªas conspirativas sobre la posibilidad de un fraude electr¨®nico. Durante los a?os en los que la oposici¨®n nunca encabez¨® las encuestas, se instalaron varios mitos sobre el sistema electr¨®nico de votaci¨®n.
Los conocedores, como el analista Eugenio Mart¨ªnez, han explicado profusamente que voto ingresado, voto escrutado y voto totalizado. El sistema electr¨®nico deja trazas que permiten comparar el voto emitido por un elector con el voto que finalmente es sumado en la mesa de votaci¨®n y, posteriormente, una vez cerrados los centros electorales, son totalizados.
Griselda Colina, ex rectora suplente del Consejo Nacional Electoral, explica que ¡°si entendemos por fraude electoral la alteraci¨®n de los resultados que emite la m¨¢quina de votaci¨®n, no es posible que el gobierno cometa fraude el 28 de julio. El sistema de votaci¨®n ha sido auditado por t¨¦cnicos que garantizan que los votos se van a contar bien. La situaci¨®n es diferente si en el concepto de fraude est¨¢ la actuaci¨®n de un CNE que pueda decir un resultado que sea distinto al que dan las m¨¢quinas. Esto lo hemos vivido en elecciones como la Constituyente (2019), pero en esta ocasi¨®n el costo que tendr¨ªa que pagar el gobierno ser¨ªa muy alto por toda la atenci¨®n que tiene el proceso venezolano y por la brecha de ventaja que tiene ahora el candidato de la Plataforma Unitaria¡±.
Los representantes de los partidos pol¨ªticos que participan en el proceso asisten a distintas auditor¨ªas al sistema y deben acreditar testigos para las 30 mil mesas de votaci¨®n que se instalan desde este viernes. El acto de votaci¨®n se produce el domingo. Todos los miembros de mesa y los testigos de los partidos verifican al inicio que la m¨¢quina est¨¢ en cero. Cuando se cierra la jornada de votaci¨®n, la m¨¢quina escruta los votos y emite un acta que es validada por los testigos de los partidos, quienes tienen acceso a la impresi¨®n de cada acta. En esta ocasi¨®n, el acta tiene un c¨®digo QR que facilita a los miembros de los partidos acceder a la informaci¨®n. Finalmente, la ley establece una verificaci¨®n ciudadana con la apertura de 52% de las cajas, para constatar que el n¨²mero de votos dentro de la urna se corresponde con lo arrojado en el acta.
De manera que hasta el momento no ha habido ninguna evidencia de alg¨²n fraude electr¨®nico.
Sin embargo, las condiciones previas y algunas decisiones pol¨ªticas s¨ª est¨¢n dise?adas para incidir en el acto de votaci¨®n. Algunas de esas t¨¢cticas son:
La inhabilitaci¨®n de candidatos, la judicializaci¨®n de partidos pol¨ªticos, la presi¨®n y control social de las personas que son beneficiarias de pol¨ªticas p¨²blicas (como la caja de alimentos Clap), el arreo de votantes y las pr¨®rrogas m¨¢s all¨¢ de la hora establecida por la ley, que delimita la jornada de votaci¨®n hasta las seis de la tarde, a menos que haya electores en fila.
?Entonces qu¨¦ va a pasar en Venezuela?
Mientras las apuestas van y vienen, la mayor¨ªa de los entrevistados consideran que de ocurrir una participaci¨®n masiva, los resultados ser¨¢n favorables a la oposici¨®n. No descartan, sin embargo, un escenario del efecto maquinaria electoral. Pero, que es como ocurre en toda elecci¨®n: cara o sello. Alguien pierde y alguien gana.
Sobre las expectativas de reconocimiento de los resultados electorales, Andr¨¦s Ca?izales, doctor en Comunicaci¨®n Social, afirma que el chavismo el 28 va a hacer todo lo posible por obstaculizar el voto opositor, poner trabas, desalentar, confundir para reducir la brecha. ¡°Obviamente en una campa?a nadie va diciendo que va a perder. Todo parece indicar que podr¨ªan reconocer, pero buscar¨ªan la manera de evitar que la oposici¨®n pueda celebrar un triunfo arrollador. Percibo que hay presiones externas y corrientes dentro del chavismo que ya se est¨¢n planteando el pase a la oposici¨®n. Es un chavismo que no est¨¢ monol¨ªtico, por eso se ha llegado a este momento¡±.
Ca?izales apunta que el anuncio del presidente Lula Da Silva, de enviar a su excanciller Celso Amorim a Caracas, es un indicio positivo porque evidentemente el diplom¨¢tico no va a observar las elecciones, sino posiblemente pueda mediar en alg¨²n tipo de negociaci¨®n. ¡°?l es un articulador pol¨ªtico que ha estado en innumerables escenarios internacionales¡±.
Por su parte, el historiador Pedro Ben¨ªtez plantea: ¡°No sabemos qu¨¦ va a pasar, pero s¨ª lo que ha pasado. Y esto es que en los 25 a?os de poder del chavismo han reconocido -con la excepci¨®n del fraude contra un gobernador- cuando pierden una elecci¨®n, aunque luego han hecho todo por vaciar de contenido los triunfos de la oposici¨®n¡±.
Cree que todo va a depender del margen de diferencia entre la opci¨®n triunfadora y la perdedora.
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