El relato distinto de Manuel Jim¨¦nez
El ¡®tiktoker¡¯ traza con la risa como forma de denuncia una historia mejor de la marginada barriada sevillana de las Tres Mil Viviendas
En el cuarto de ba?o de un humilde edificio de la barriada sevillana de las Tres Mil Viviendas, en el Pol¨ªgono Sur, un gitano joven se mira al espejo. Lleva en las manos un cuaderno con una foto suya, con el torso desnudo, pegada en una de las tapas. Le van bien las cosas. Ha salido en un v¨ªdeo de Omar Montes, le han entrevistado en los peri¨®dicos y en la televisi¨®n. En la ¨²ltima Feria de Abril, gente que antes hubiera pasado de largo le par¨® para hacerse fotos con ¨¦l. Pero a pesar de la mala fama de las Tres Mil, donde dicen que hasta la Polic¨ªa evita entrar, se ha comprado all¨ª su vivienda, en un bajo, ha adecentado la fachada con un revestimiento gris, ha colocado unos faroles junto a la puerta de entrada y un par de papeleras, porque no hay ninguna en la zona.
Si las redes sociales son la escritura de nuestra ¨¦poca, Manuel, que se estren¨® en diciembre como tiktoker, es un escritor muy popular. En la acera de su casa graba muchos de los v¨ªdeos que le han convertido, a sus 25 a?os, en la voz de una comunidad gitana reducida a menudo a los problemas que arrastra la barriada donde habita: paro, drogas, pobreza, peleas, abandono escolar... Sus grabaciones cuentan con cientos de miles de seguidores. ?Su secreto? Utilizar las herramientas de la ficci¨®n para mostrar la vida donde otros solo ven un gueto en el que se adentran como quien va de safari.
Con iron¨ªa, que es una forma sofisticada de la inteligencia, y guasa, que es una forma andaluza del humor, sus v¨ªdeos funcionan como relatos. Los personajes son parientes a los que ha rebautizado como el Clan de los Tobillos Negros. Imitando la dicci¨®n de Gl¨°ria Serra en su programa Equipo de investigaci¨®n, Manuel parodia los prejuicios y t¨®picos que presentan la barriada como una especie de salvaje Oeste habitado por drogadictos, analfabetos y delincuentes. La parodia deshace la narrativa existente, estigmatizadora, y abre paso a una narrativa distinta. Sustituye historias humillantes o victimizadoras por otras donde sus protagonistas se sienten a gusto. La mirada de Manuel, como la de todo artista, renueva el mundo. El de ellos. El de todos.
Sus familiares aparecen con los nombres que ¨¦l inventa: Gitano de Razones, El Morcillas, la Cuerpo Garrafas, la Cuerpo Escombro, La Huelemuertos, la T¨ªa Cuchillos, Guarra para la Pintura, la Tobillos Cagaos, el T¨ªo Pollo y su mujer La Gallina¡ Todos han entrado en el juego y se llaman as¨ª entre ellos, aunque esos no sean sus nombres ni sus motes verdaderos. Se r¨ªen de s¨ª mismos, pero se r¨ªen a¨²n m¨¢s de quienes creen que lo que ven es cierto. Parecen decir: vosotros os burl¨¢is de nosotros; nosotros llevamos vuestras burlas al extremo hasta conseguir que se vuelvan contra vosotros. Las mujeres colocan la cazuela en el fuego y explican con seriedad c¨®mo se cocina rata tiesa con liendres. Porque en el mundo creado por Manuel al arroz le llaman liendres; al pollo, rata tiesa o perro fresco; a las jud¨ªas blancas, gusanos de seda; a las patatas, piedras de ri?¨®n; a los ajos, pezu?as del Gitano de Razones; el tomate es arteria en estado l¨ªquido y el agua viene siempre de tuber¨ªas oxidadas.
La risa es la puerta a la denuncia social. Ser gitano en las Tres Mil significa tambi¨¦n p¨¦rdida, dolor, tragedia. Significa no tener ning¨²n poder pol¨ªtico, econ¨®mico o social. Significa marginaci¨®n. Manuel compara esa situaci¨®n con el mito de la caverna de Plat¨®n. ?l se sac¨® el Bachillerato con dificultad, trabaj¨®, viaj¨® y regres¨®. Lo m¨¢s importante que ha conseguido no es la fama, sino apropiarse de las historias sobre su comunidad que cuentan los que no pertenecen a la misma. Contarlas desde dentro. Contarlas mejor. ?l practica la filosof¨ªa del absurdo. A los j¨®venes que pasan el d¨ªa en la calle les llama ¡°los futuros ingenieros¡±. A quienes caminan por las aceras inundadas cuando llueve les compara con Jes¨²s sobre las aguas. Hace una encuesta de cultura general y a la pregunta de qui¨¦n es el rey de Espa?a, una joven contesta que S¨¢nchez; otro dice que el lugar m¨¢s fr¨ªo de la Tierra es la sierra y que el r¨ªo m¨¢s largo del mundo es el r¨ªo Tinto. Y cuando a?ade que no sabe leer ni escribir, la risa se congela en la cara. Entonces el mal estado del alcantarillado o la basura en las calles o la ignorancia ya no pesan como una acusaci¨®n sobre los vecinos, sino sobre la Administraci¨®n, que ignora desde hace d¨¦cadas las necesidades de la barriada.
La voz de Manuel rompe un relato construido por quienes tienen el poder y que imponen a sus propios protagonistas. Delante del espejo de su ba?o, abre su diario y lee una p¨¢gina que escribi¨® en 2020: ¡°Espero que haya cambios con mi gente y as¨ª crear una generaci¨®n diferente. S¨¦ que llegar¨¢ ese d¨ªa, aunque yo no lo vea¡±. Sus v¨ªdeos, tan cercanos a la tradici¨®n oral, dibujan un futuro al que muchos j¨®venes de la barriada no saben c¨®mo llegar: reivindicar su voz para contar su historia, tomar las riendas, crear una mitolog¨ªa propia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.