El machismo es de izquierdas y de derechas
La denuncia contra Alberto Fern¨¢ndez recuerda que el machismo est¨¢ muy arraigado en nuestras sociedades y no distingue ideolog¨ªas, clases sociales ni g¨¦nero. Mientras tanto, la ultraderecha aprovecha para agarrarse de las sospechas contra el expresidente para descalificar las pol¨ªticas de g¨¦nero
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El peronista Alberto Fern¨¢ndez dio la bienvenida al ¡°fin del patriarcado¡± en marzo de 2022. Dos a?os y medio despu¨¦s, sabemos no s¨®lo que el patriarcado nunca muri¨®, sino que la Justicia investiga si el entonces presidente de Argentina pegaba a su mujer, Fabiola Ya?ez, y abus¨® de su poder para hacerlo. Seg¨²n la declaraci¨®n judicial brindada por la ex primera dama, Fern¨¢ndez le dio al menos un pu?etazo y varias bofetadas, la agarr¨® del cuello e incluso la golpe¨® cuando estaba embarazada y conviv¨ªan en la residencia presidencial de Olivos.
?l lo niega, pero la causa avanza en los tribunales con Fern¨¢ndez imputado por presuntas ¡°lesiones graves¡±. Mientras, crece la indignaci¨®n frente a la violencia contra las mujeres y tambi¨¦n frente a una hipocres¨ªa doble: la de l¨ªderes de izquierda que defienden los principios feministas mientras no les interpela y la de l¨ªderes de derecha que, de la noche a la ma?ana, dejan de pensar que las v¨ªctimas mienten y usan sus denuncias para decir que las pol¨ªticas de g¨¦nero no sirven para nada.
La denuncia contra Fern¨¢ndez recuerda que el machismo est¨¢ muy arraigado en nuestras sociedades y no distingue ideolog¨ªas pol¨ªticas, clases sociales ni g¨¦nero. En los ¨²ltimos a?os, la l¨ªnea 144, una l¨ªnea telef¨®nica gratuita que ofrece contenci¨®n y asistencia a v¨ªctimas de violencia, ha atendido cerca de 340 llamadas por d¨ªa, m¨¢s de 10.000 al mes. Esa realidad ha sido ignorada por el Gobierno del ultraderechista Javier Milei, que ha reducido al m¨ªnimo el personal y ha dejado a las v¨ªctimas con menos herramientas que antes.
Solidaridad con Ya?ez
La imagen de Ya?ez como primera dama qued¨® asociada a la fiesta de cumplea?os que celebr¨® con Fern¨¢ndez y un grupo de amigos en la quinta presidencial en julio de 2020, cuando estaban vigentes estrictas medidas de confinamiento que prohib¨ªan ese tipo de reuniones. A¨²n as¨ª, gran parte de la sociedad argentina se ha solidarizado con ella y ha repudiado la presunta violencia f¨ªsica que sufri¨® a manos del expresidente cuando esa fiesta sali¨® a la luz, seg¨²n la imputaci¨®n del fiscal.
Esta vez, a diferencia de otros casos de gran repercusi¨®n medi¨¢tica, muchos hombres han levantado la voz incluso dentro del espacio pol¨ªtico de Fern¨¢ndez, el peronismo. Van tres ejemplos entre muchos: el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, calific¨® como ¡°muy grave¡± la denuncia; el senador Eduardo Wado de Pedro dijo sentirse avergonzado de que Fern¨¢ndez hubiese sido presidente, y el dirigente social Juan Grabois destac¨® que ¡°de los inmorales usualmente salen acciones inmorales¡±. Es probable que lo critiquen para intentar despegarse de ¨¦l, incluso por peleas internas, pero al hacerlo han quebrado lo que en otras ocasiones fue un silencio clamoroso. Es un peque?o gran paso.
Falta ahora que hablen los que estaban cerca de la pareja presidencial. Una de las particularidades de este caso es que el presunto maltrato no ocurri¨® entre las cuatro paredes de una vivienda particular sino en una residencia oficial, la de la m¨¢xima autoridad del Estado argentino. Cada d¨ªa entran y salen de all¨ª unas 200 personas. Si Fern¨¢ndez la pegaba, alguien es posible que viese algo. O escuchase. O al menos se hiciese preguntas por los hematomas en el ojo y en el brazo de Ya?ez que quedaron registrados en las fotograf¨ªas que se han filtrado a los medios. El m¨¦dico presidencial ya ha sido citado a declarar por el juez, pero se prev¨¦ que la lista de posibles testigos ser¨¢ larga. Es una diferencia fundamental con la de muchas v¨ªctimas que est¨¢n absolutamente aisladas.
En los d¨ªas en los que salt¨® el esc¨¢ndalo por la fiesta de Olivos, la primera dama estaba muy angustiada por la reacci¨®n violenta de su pareja y buscaba ayuda, seg¨²n se desprende del supuesto chat entre Ya?ez y la secretaria de Fern¨¢ndez, Mar¨ªa Cantero, publicado por el diario La Naci¨®n. ¡°Con mucho llanto te digo esto. ?l sabe que yo podr¨ªa estar embarazada e igual me golpe¨®¡±, se confes¨® la ex primera dama a Cantero. ¡°Anoche me peg¨®, hoy me agarr¨® del cuello¡±, continu¨® antes de decir que en dos d¨ªas la golpe¨® tres veces. ¡°La est¨¢ pasando muy mal, pero no justifica eso jam¨¢s¡±, le respondi¨® la secretaria, de acuerdo a los mensajes publicados. Cantero no supo o no se atrevi¨® a ayudar a quien era la mujer de su jefe, m¨¢s all¨¢ de ofrecerle ir a visitarla. La sororidad choca con el miedo a perder el trabajo.
Seg¨²n Ya?ez, el maltrato continu¨® en los a?os siguientes y en 2023 pidi¨® ayuda a la ministra de Mujeres, G¨¦neros y Diversidad, Ayel¨¦n Mazzina, pero no obtuvo respuesta. Mazzina lo niega. Es una acusaci¨®n muy grave contra la responsable de la lucha contra la violencia de g¨¦nero en el Gobierno de Fern¨¢ndez y la justicia ha abierto un expediente aparte para esclarecer si falt¨® a la ley. De confirmarse, mostrar¨ªa la impunidad con la que se manej¨® el entonces presidente, la enorme asimetr¨ªa de poder entre el agresor y su v¨ªctima, y lo dif¨ªcil que resulta denunciar en un caso as¨ª.
La ultraderecha se agarra de la sospecha que recae sobre Fern¨¢ndez para descalificar las pol¨ªticas de g¨¦nero. El portavoz de Milei, Manuel Adorni, las ha calificado de ¡°politiquer¨ªa barata¡± y ha asegurado que ¡°no sirven para nada¡±. No es cierto. El cambio cultural impulsado por el feminismo ha propiciado que mujeres como Ya?ez acudan a los tribunales sin importar el poder de la persona a la que denuncian. Que decidan hacerlo aun a sabiendas de que va a quedar al descubierto toda su intimidad, de que se las acusar¨¢ de mentir, de actuar instigadas por otros o con un fin extorsivo. Es un caso emblem¨¢tico que puede marcar el rumbo de Argentina en la lucha contra la violencia de g¨¦nero. Al escuchar a Ya?ez, muchas v¨ªctimas reviven en estos d¨ªas la pesadilla vivida en carne propia. Otras observan la respuesta de la Justicia para animarse o no a denunciar.
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