Oasis y ¡®os fodechinchos¡¯
Lo bueno del ¡®hooliganismo¡¯ es que a veces produce justicia po¨¦tica. Lo malo es que esa forma de resolver los conflictos se parece much¨ªsimo a la masculinidad t¨®xica
Este verano se ha puesto de moda en algunos lugares de Galicia recibir a los visitantes con una insolencia propia de Liam Gallagher, ya saben, uno de los dos hermanos que lideran el grupo brit¨¢nico Oasis. Este se?or que fue joven pero hace mucho que es viejo es conocido por hacer burradas bastante hilarantes, como, por ejemplo, durante a?os llamar a Jon Bon Jovi a las tantas de la madrugada para decirle que su melena leonina daba puta verg¨¹enza ajena. Vivimos tan encorsetados en nuestras existencias programadas que hay algo profundamente cat¨¢rtico en contemplar a alguien al que aparentemente se la suda todo coquetear con la violencia, solo porque puede.
Ha habido momentos innegablemente refrescantes este verano con el rollo antiturista galaico, como cuando unos vecinos de O Morrazo se pusieron a cruzar en bucle un paso de peatones para detener el tr¨¢fico y as¨ª molestar a los fodechinchos, t¨¦rmino que en una traducci¨®n muy literal y gruesa significa ¡°follapescados¡± y que se usa para denominar a los madrile?os que invaden el pa¨ªs galaico durante los meses estivales. No tengo duda de que este insulto, solo por incluir una part¨ªcula relacionada con el verbo fuck (joder, en ingl¨¦s) ser¨ªa del gusto del Gallagher peque?o, un t¨ªo tan aut¨¦ntico y tan fanfarr¨®n que todo lo resuelve con un par de insultos y que est¨¢ acostumbrado a que todo el mundo le r¨ªa las gracias, porque, la verdad, gracia tiene, hasta que se pasa de frenada. Se pasaron de frenada, por ejemplo, los due?os del bar de Oleiros que decidieron cerrar en pleno puente de agosto, porque pod¨ªan, con el ruidoso argumento de que est¨¢n hasta los huevos de recibir turistas maleducados. De la noche a la ma?ana se convirtieron en los tipos m¨¢s odiados de Espa?a. Ellos sabr¨¢n.
Quisiera aclarar que esto del hartazgo por las maneras de los veraneantes no es nuevo en Galicia. Lo digo con conocimiento de causa, porque viv¨ª all¨ª 12 a?os muy felices, algunos de los cuales coincidieron con el esplendor del britpop. Tuve en esa ¨¦poca, de hecho, un novio muy britpopero, que se hab¨ªa criado en un pueblo ubicado en lo que hoy gracias al cambio clim¨¢tico se conoce como Galifornia. All¨ª, en los inviernos, incluso en las primaveras, los lugare?os disfrutaban de tal intimidad con el mar que cuando llegaba la avalancha de ¡°madrile?os¡± a robarles la paz y la playa en verano les resultaba casi inevitable aborrecerles; desde muy, muy joven hab¨ªa trabajado este chico todos los veranos como camarero. Me consta que en algunos establecimientos respetables se profesaba un especial¨ªsimo cari?o al turista impertinente, ese que no pide las cosas con educaci¨®n, sino que las exige de malas maneras. Dicho cari?o, me consta tambi¨¦n, alguna vez se rubric¨® sobre las comandas de formas creativas y sobre todo, escatol¨®gicas.
Lo bueno del hooliganismo es que a veces produce justicia po¨¦tica y an¨¦cdotas impagables: que le den a los que se creen que gallego es sin¨®nimo de sirviente y sirviente, lo mismo que camarero. Lo malo es que esa forma de resolver los conflictos se parece much¨ªsimo a lo que el feminismo de cuarta ola (el mismo que al fin se ha atrevido a decir que el britpop estaba lleno de machirulos infumables) ha dado en llamar masculinidad t¨®xica. Y solo genera m¨¢s toxicidad. Por ejemplo, esta semana dos caballeros elegantes como Ant¨®n Losada y Arturo P¨¦rez-Reverte se han enganchado en una reyerta p¨²blica a cuenta del asunto gallego y han acabado hablando de s¨ª mismos y de joder o no joder, chinchos o se?oras. Ocurri¨® el mismo d¨ªa en que empez¨® a hablarse de la reconciliaci¨®n de los hermanos Gallagher, dos hombres con una capacidad de gesti¨®n emocional tan sofisticada que llegaron a las manos en p¨²blico en un concierto hace 15 a?os. Han estado sin hablarse desde entonces. La prensa especializada ya ha hecho estimaciones de la millonada que embolsar¨¢n a cambio de tragarse la bravuconer¨ªa. Ojal¨¢ todo lo que ganen se lo gasten en terapia.
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