Insistir en el gas como combustible para la transici¨®n energ¨¦tica es un error
Tal como el carb¨®n y el petr¨®leo, se trata de un combustible f¨®sil. Pero a¨²n se promociona como un combustible ¡°limpio¡± y ¡°de transici¨®n¡±, al punto de entorpecer y retrasar la expansi¨®n de las energ¨ªas renovables
Am¨¦rica Latina tiene un potencial inmenso de fuentes de energ¨ªas renovables para la generaci¨®n el¨¦ctrica y podr¨ªa liderar la transici¨®n energ¨¦tica mundial con beneficios tangibles para sus econom¨ªas, poblaciones y ecosistemas. Pero movernos hacia all¨¢ requiere dejar de lado el carb¨®n y los dem¨¢s combustibles f¨®siles, y ello implica desmitificar uno de los principales obst¨¢culos para la descarbonizaci¨®n en nuestra regi¨®n: el considerar el mal llamado gas natural como una alternativa para la transici¨®n energ¨¦tica. El gas, en realidad, tal como el carb¨®n y el petr¨®leo, es un combustible f¨®sil pero a¨²n se promociona como un combustible ¡°limpio¡± y ¡°de transici¨®n¡±, al punto de entorpecer y retrasar la expansi¨®n de las energ¨ªas renovables.
Se dice que es limpio porque emite menos gases de efecto invernadero (GEI) como el di¨®xido de carbono (CO2) en relaci¨®n a otros combustibles. Pero eso es una verdad a medias, porque oculta que el gas es una fuente significativa de emisiones de metano, GEII, que es 28 veces m¨¢s contaminante que el CO2. Adem¨¢s, un reporte sobre el gas en Am¨¦rica Latina que public¨® el PNUMA en 2022 proyecta que una transici¨®n energ¨¦tica hacia energ¨ªas renovables reducir¨ªa el 80% de las emisiones de GEI al a?o 2050, mientras que una transici¨®n basada en gas natural reducir¨ªa apenas un 20%.
M¨¢s a¨²n, la Agencia Internacional de Energ¨ªa (AIE) ha alertado a los pa¨ªses sobre la insuficiencia de los compromisos y acciones gubernamentales para lograr reducir emisiones de GEI en l¨ªnea con 1,5?C y carbono neutralidad al a?o 2050, y por ello recomienda el a?o 2035 como fecha l¨ªmite para la salida del gas del sector el¨¦ctrico. Sin embargo, ciertos intereses econ¨®micos est¨¢n impulsado grandes inversiones en infraestructura de gas (especialmente en Brasil, M¨¦xico y Argentina) como es el caso de Vaca Muerta: un proyecto de gran envergadura para explotar yacimientos no convencionales de gas y petr¨®leo en Argentina, con m¨¢s de una d¨¦cada en desarrollo. Iniciativas como esta tardan a?os en completarse y d¨¦cadas en alcanzar retorno financiero, invirtiendo esfuerzos y recursos en futuros activos varados en una industria que ya sabemos debe cambiar.
Abandonar los combustibles f¨®siles es complejo para pa¨ªses exportadores y dependientes como Trinidad y Tobago, donde el petr¨®leo y el gas representan el 40% de su PIB y el 80% de sus exportaciones. Tambi¨¦n porque, en a?os recientes, los esfuerzos para mejorar el acceso de poblaciones vulnerables a la energ¨ªa se han enfocado en subsidiar combustibles f¨®siles. Es el caso de Colombia que aprob¨® recientemente un subsidio del 70% para la conexi¨®n e instalaci¨®n de gas en hogares de bajos ingresos.
Las energ¨ªas renovables contribuyen precisamente a reducir la dependencia econ¨®mica y a democratizar el acceso a la energ¨ªa limpia y sostenible en muchos pa¨ªses . El PNUMA indica en su reporte que las energ¨ªas renovables crear¨ªan aproximadamente 1.300.000 nuevos empleos en Am¨¦rica Latina al 2030, comparado con apenas 14.000 si se optara por infraestructura energ¨¦tica a gas. En una regi¨®n con ¨ªndices de desempleo por arriba del 7%, las renovables representan, otra vez, una mejor alternativa.
Entonces, ?qu¨¦ pueden hacer los Gobiernos, las instituciones financieras nacionales e internacionales, y el sector privado para impulsar una transici¨®n que acelere la masificaci¨®n de las energ¨ªas renovables?
- Planificar para el largo plazo y actuar ahora: estos actores pueden y deben estructurar estrategias de transici¨®n energ¨¦tica justa que generen condiciones habilitantes para acelerar la entrada masiva de energ¨ªas renovables, delineando as¨ª el futuro energ¨¦tico de la regi¨®n para las siguientes d¨¦cadas.
- Dar una se?al clara para la salida de la producci¨®n y uso de gas en nuestros pa¨ªses. Debe acompa?arse por planes y tiempos concretos para la salida de gas en sectores donde sea costo eficiente, seguidos por sectores de dif¨ªcil abatimiento, como el transporte de carga y las industrias altamente intensivas en energ¨ªa.
- Desmontar y reorientar los subsidios social y ambientalmente regresivos a los combustibles f¨®siles. Una reforma social y pol¨ªticamente cuidadosa debe incluir medidas de compensaci¨®n para minimizar los impactos negativos y apoyar a sectores y comunidades vulnerables durante la transici¨®n y fomento de la generaci¨®n en base a fuentes renovables, velando por el beneficio directo, costo-eficiente y el acceso a energ¨ªa barata para las poblaciones vulnerables.
- Priorizar la generaci¨®n el¨¦ctrica con fuentes renovables. Dos estudios realizados en Chile por KAS Ingenier¨ªa en 2022 y por el Instituto de Sistemas Complejos de Ingenier¨ªa en 2023 proyectan una disminuci¨®n significativa en la generaci¨®n el¨¦ctrica en base a gas natural, desde 15 TWh/a?o a aproximadamente 5 TWh/a?o hacia 2030. Este desplazamiento se debe al aumento de la generaci¨®n con fuentes renovables variables como solar y e¨®lica, e infraestructura de almacenamiento de energ¨ªa. Ambos estudios prev¨¦n que para 2035-2036, la generaci¨®n renovable representar¨¢ entre el 95% y el 96,5% de la matriz el¨¦ctrica chilena.
Acelerar la inserci¨®n de las energ¨ªas renovables y abandonar el gas es un reto, pero es posible. Y los retos hacen aflorar lo mejor que tenemos para ofrecer. No en vano estuvimos dos semanas disfrutando de los Juegos Ol¨ªmpicos en Par¨ªs, admirando el resultado de a?os de esfuerzo y la mejor versi¨®n de cada deporte ol¨ªmpico. Mantengamos un est¨¢ndar alto para la transici¨®n energ¨¦tica y exijamos su mejor versi¨®n: una transici¨®n justa y r¨¢pida hacia sistemas el¨¦ctricos 100% renovables y respaldadas por almacenamiento.