Pedro S¨¢nchez y la resurrecci¨®n de la legislatura
Al Ejecutivo no le faltar¨¢n debates pol¨¦micos para camuflar la imagen de par¨¢lisis gubernativa
La legislatura de Pedro S¨¢nchez est¨¢ en shock. Por mucho que el presidente diga que puede gobernar ¡°sin el Legislativo¡±, es decir prorrogando los presupuestos, la par¨¢lisis gubernativa acabar¨ªa haciendo mella en un Ejecutivo que vendi¨® la amnist¨ªa como el peaje necesario para hacer m¨¢s leyes progresistas. Ahora bien, S¨¢nchez no se caracteriza por quedarse de brazos cruzados. Avisar de que piensa seguir en La Moncloa, con socios o sin ellos, es una forma de ganar tiempo mientras intenta rearmar una legislatura tocada por la frustraci¨®n que sacude a Carles Puigdemont, fruto del limbo en que est¨¢ la aplicaci¨®n de ley de amnist¨ªa.
Hete ah¨ª el problema: la gobernabilidad no est¨¢ ya solo en el terreno de lo pol¨ªtico, sino que tambi¨¦n pivota sobre si el Tribunal Constitucional enmendar¨¢ la plana al Tribunal Supremo. Lo repite Junts desde hace semanas: o se le aplica la medida de gracia a su l¨ªder, o ser¨¢ dif¨ªcil llegar a acuerdos en el Congreso. De hecho, el momento culmen de esa desaz¨®n fue el show de Puigdemont de reaparecer en Barcelona en agosto, evidenciando que la amnist¨ªa no est¨¢ siendo el ¨¦xito esperando hasta la fecha, ni para ¨¦l mismo, al haber llegado solamente a un 20% de los beneficiarios. Es decir, asumiendo el jaque de una ley por la que el partido se jug¨® su regreso al ruedo pactista, enterrando el proc¨¦s, y pasando a ser para muchos de los suyos otro ¡°traidor¡±, como ERC, lo que sume todav¨ªa m¨¢s en el nihilismo a muchos independentistas. Se apreci¨® en esta Diada, la menos concurrida de la ¨²ltima d¨¦cada. Junts es hoy un socio agraviado, y que el presidente asuma que puede continuar sin ¨¦l, no siendo del todo cierto, es tambi¨¦n una forma de darle la vuelta a la capacidad de veto de Puigdemont tirando de psicolog¨ªa inversa: yo seguir¨¦ aqu¨ª intent¨¢ndolo, t¨² ver¨¢s si quieres quedarte en la irrelevancia o vemos qu¨¦ se puede hacer con la legislatura. O con la amnist¨ªa.
Sin embargo, el punto muerto actual no es tan inc¨®modo ni para S¨¢nchez ni para Junts porque ambos no est¨¢n interesados por ahora en unas elecciones. El PSOE podr¨ªa ir introduciendo modificaciones en las cuentas prorrogadas y los independentistas, seguir peleando en los tribunales contando con un Ejecutivo favorable a la medida de gracia. La pregunta es c¨®mo el presidente podr¨ªa ser m¨¢s ambicioso legislativamente mientras Junts acaba de definir su estrategia en el congreso de octubre si la v¨ªa judicial no se acelera.
Y en verdad, el partido de Puigdemont ven¨ªa insinuando hace tiempo que la condici¨®n para hablar de nuevos presupuestos eran las inversiones en Catalu?a. Con la investidura de Salvador Illa algo ha cambiado: o le interesa tomar distancia del PSC y ERC o no ve mucho sentido en apoyar acuerdos de los que se beneficie una Generalitat que no gobierna. Ahora bien, existen otros temas pendientes de concretar con el Ejecutivo que pueden servir de palanca en el Parlamento: por ejemplo, la cesi¨®n de competencias sobre inmigraci¨®n que acord¨® Junts con el PSOE hace unos meses. Que la legislatura acabara pivotando sobre pactos de menor envergadura que sean del provecho de Puigdemont ¡ªpara contrarrestar su competencia con Alian?a Catalana o porque convienen a su base de alcaldes¡ª har¨ªa de la gobernabilidad una obra de orfebrer¨ªa, pero permitir¨ªa a La Moncloa ir haciendo trueques a cambio de leyes o presupuestos.
Si esa v¨ªa falla, a S¨¢nchez no le faltar¨¢n debates pol¨¦micos para camuflar la imagen de par¨¢lisis gubernativa. No est¨¢ claro que la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas llegue a ning¨²n puerto, pero durante un tiempo servir¨¢ para un doble prop¨®sito: tener amarrada a ERC, principal interesada en sacar adelante su acuerdo, y sembrar la discrepancia entre los barones del Partido Popular, por si la presi¨®n de estos logra que Alberto N¨²?ez Feij¨®o d¨¦ alg¨²n apoyo puntual al Gobierno sobre cuestiones relativas a la gesti¨®n auton¨®mica o a su capacidad financiera.
Otros socios est¨¢n menos contentos con la idea de gobernar bajo m¨ªnimos. El PNV avisa al PSOE de que ser¨¢ exigente con sus compromisos firmados, mientras que Coalici¨®n Canaria se dice ¡°enga?ada¡± por los socialistas al no haber obtenido una salida a la cuesti¨®n migratoria en el Congreso. El presidente deber¨ªa ser consciente de que parte de la estrategia de Feij¨®o en este curso pasa por alejar a Junts y el PNV del bloque de investidura, avivando sus contradicciones ideol¨®gicas por apoyar a la izquierda. Por su parte, Bildu, Sumar y Podemos se conforman con criticar al Gobierno sobre cualquier tema de actualidad, aunque este no logre aprobar m¨¢s leyes ni reformas de calado.
Curiosamente, el partido m¨¢s sonriente en el tablero pol¨ªtico actual es el PSC, por el que La Moncloa ha empe?ado la legislatura. Salvador Illa es ya el president que acab¨® con una d¨¦cada de proc¨¦s independentista, logrando sumir al ¡°leg¨ªtim Puigdemont¡± en la frustraci¨®n m¨¢s absoluta. Si S¨¢nchez ten¨ªa que elegir entre la gloria y la gobernabilidad, est¨¢ claro que de momento no hay presupuestos, pero, en cambio, los libros de Historia no van mal servidos.
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