Una bola de nieve llamada Tierra
Solo ha existido vida compleja durante un 10% de la historia de nuestro planeta, pero eso no se debe a la biolog¨ªa sino a la geolog¨ªa
Echando un vistazo a la Tierra actual, cuesta creer que este planeta haya sido un aburrimiento lacerante durante la mayor parte de su historia. La Tierra tiene 4.500 millones de a?os, y durante casi 4.000 millones de ellos aqu¨ª no hab¨ªa ni helechos ni gusanos, ni ¨¢rboles ni insectos, ni gambas ni caracoles, ni p¨¢jaros ni ratas, ni nada que pudiera verse a simple vista. Todo eso solo empez¨® hace 600 millones de a?os. Y la raz¨®n no es que la biolog¨ªa hubiera incurrido en dejaci¨®n de funciones, porque las primeras bacterias evolucionaron sorprendentemente pronto. ?A qu¨¦ demonios vino entonces tan desesperante lentitud para que los microbios dieran lugar a organismos realmente interesantes como nosotros? ?Eh?
Es la geolog¨ªa, amigo. Uno de los ejemplos m¨¢s espectaculares es la ¡°Tierra bola de nieve¡± (Snowball Earth, en ingl¨¦s), que a¨²n se considera una hip¨®tesis, aunque se va consolidando con paso firme. Se trata de dos periodos (las glaciaciones sturtiana y marinoana) en que las capas de hielo que hoy se restringen a los casquetes polares llegaban hasta el mism¨ªsimo ecuador, cubriendo por entero el planeta y convirti¨¦ndolo en una inmensa esfera de hielo. Esas dos glaciaciones formidables duraron cerca de 100 millones de a?os, y juntas definen el llamado periodo Criog¨¦nico. Lo m¨¢s interesante es la fecha en que acabaron: hace 635 millones de a?os, poco antes de que los primeros animales, las esponjas, hicieran su aparici¨®n tras las exasperantes eras del aburrimiento. A partir de ese momento, la evoluci¨®n animal ¡ªel proceso que nos cre¨®¡ª fue un paseo triunfal. Seiscientos millones de a?os pueden parecer una eternidad para nuestra miope escala humana, pero apenas supone el 10% de la historia del planeta.
El final del Criog¨¦nico coincide con algunos de los acontecimientos m¨¢s importantes de la historia del planeta: una intensa actividad tect¨®nica y volc¨¢nica, el enterramiento de grandes cantidades de carbono org¨¢nico, un incremento sustancial del ox¨ªgeno atmosf¨¦rico y la rotura del supercontinente Rodinia, que hasta entonces agrupaba toda la tierra firme en una sola masa continental situada en el sur del planeta. Atribuir todos estos fragores tel¨²ricos a una casualidad resultar¨ªa una verdadera excentricidad, aunque la verdad es que nadie comprende muy bien cu¨¢l es la conexi¨®n causal entre ellos, ni entre todos ellos y el origen de la vida animal en los reci¨¦n formados litorales continentales.
Es probable que el incremento de la concentraci¨®n de ox¨ªgeno sea especialmente relevante, pues pudo aportar la energ¨ªa necesaria para construir unos cuerpos grandes y hechos de muchas c¨¦lulas. La forma en que esos cuerpos ¡ªnuestros cuerpos¡ª se organizaron en arquitecturas complejas, ordenadas y reproducibles es seguramente el mayor problema abierto en la gen¨¦tica y la biolog¨ªa evolutiva, si no en la biolog¨ªa en su conjunto. La l¨®gica gen¨¦tica profunda del desarrollo animal es extraordinariamente invariante, pues los humanos la compartimos con los gusanos, y, por lo tanto, debi¨® nacer en aquellos tiempos, y con una notable rapidez. En cualquier caso, si la biolog¨ªa tard¨® miles de millones de a?os en crear a los animales y las plantas fue solo porque la geolog¨ªa no se lo permiti¨® antes.
Insisto en que la ¡°Tierra bola de nieve¡± sigue consider¨¢ndose una hip¨®tesis, pero los ge¨®logos Trent Thomas y David Catling, de la Universidad de Washington en Seattle, le acaban de dar un buen espaldarazo con unos innovadores m¨¦todos de dataci¨®n precisa de aquellos acontecimientos, y en particular de la forma en que acab¨® la glaciaci¨®n marinoana, el ¨²ltimo episodio de Snowball Earth, que dio lugar a la gran explosi¨®n de la vida multicelular. Darwin estuvo toda su vida desconcertado por la relativamente brusca aparici¨®n de la vida animal en la Tierra, aunque conjetur¨® correctamente que toda ella proced¨ªa de ¡°una o unas pocas formas muy simples y primordiales¡±. Todo encaja cada vez mejor en el gran cuadro de las cosas.
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