El futuro de la ONU tendr¨¢ que esperar hasta noviembre
Si Trump gana las elecciones en Estados Unidos y retira su apoyo al organismo internacional, China est¨¢ dispuesta a ocupar su espacio
Mejorar el presente y salvaguardar el futuro. Este es el gran objetivo de la Cumbre del Futuro, convocada por la ONU, estos d¨ªas en Nueva York. Sin embargo, tanto el presente como el futuro ¡ªdel mundo y de la organizaci¨®n¡ª parecen depender menos de un nuevo consenso multilateral y m¨¢s de la elecci¨®n del pr¨®ximo presidente norteamericano, que no se decidir¨¢ hasta el 5 de noviembre.
Estados Unidos ha renunciado al papel de ¡°...
Mejorar el presente y salvaguardar el futuro. Este es el gran objetivo de la Cumbre del Futuro, convocada por la ONU, estos d¨ªas en Nueva York. Sin embargo, tanto el presente como el futuro ¡ªdel mundo y de la organizaci¨®n¡ª parecen depender menos de un nuevo consenso multilateral y m¨¢s de la elecci¨®n del pr¨®ximo presidente norteamericano, que no se decidir¨¢ hasta el 5 de noviembre.
Estados Unidos ha renunciado al papel de ¡°polic¨ªa del mundo¡± y est¨¢ perdiendo el autoproclamado estatus de ¡°naci¨®n indispensable¡±, pero sigue siendo el garante de un orden internacional basado en normas, creado para impedir que los pueblos se destruyan en la era nuclear. En el centro de ese orden sigue la ONU, que sinti¨® el suelo a desmoronarse cuando Trump lleg¨® a la Casa Blanca en 2016.
¡°Pens¨¦ que iban a convertir el edificio en un condominio, con una gran ¡®T¡¯ en la entrada, y que acabar¨ªamos trabajando en tiendas de campa?a al otro lado de la calle¡±, nos coment¨® un alto funcionario, en la sede de Nueva York. ¡°Fue la relaci¨®n entre Guterres y Nikki Haley, dos pol¨ªticos h¨¢biles, lo que evit¨® lo peor¡±, a?adi¨®, refiri¨¦ndose a la entonces embajadora de Estados Unidos ante la ONU.
El choque fue tan intenso que, si Trump hubiera sido reelegido en 2020, dif¨ªcilmente Guterres habr¨ªa continuado ¡ªno se habr¨ªa presentado a un segundo mandato¡ª. En pol¨ªtica, los opuestos rara vez se atraen y Trump y Guterres son como agua y aceite de oliva, imposibles de mezclar. De un lado, un empresario inmobiliario estadounidense, famoso por despedir personas en televisi¨®n; del otro, un ex primer ministro europeo y socialista, para quien despedir a alguien era un tormento. De un lado, un presidente agn¨®stico que quer¨ªa construir muros en las fronteras; del otro, un cat¨®lico que trabaj¨® durante 10 a?os con refugiados. Ni siquiera los aspectos m¨¢s triviales de la vida ayudaron a romper el hielo. Trump no bebe alcohol y juega al golf; Guterres disfruta de un buen vino y no practica deportes.
¡°En aquellos a?os, uno de los objetivos centrales de la ONU era no aparecer en el feed de Twitter del presidente Trump¡±, nos confes¨® otro funcionario. ¡°Hab¨ªa una ansiedad constante, especialmente por las ma?anas, para saber si ese ser¨ªa el d¨ªa en que entrar¨ªamos en su radar¡±.
De hecho, Trump no fue solo otro presidente republicano que dej¨® una mala huella en el multilateralismo. Y Guterres no fue solo otro secretario general con problemas en Washington. El nativismo de Trump atac¨® las bases y el funcionamiento de la ONU y, si su plataforma vuelve al poder, el futuro de la organizaci¨®n ser¨¢ inevitablemente transformado.
En primer lugar, es previsible que Trump vuelva a reducir o suspender el financiamiento de programas que considere contrarios a su agenda. El resultado ser¨ªa un agujero financiero y probablemente despidos de personal, ya que Estados Unidos es el principal donante tanto del presupuesto regular de la organizaci¨®n como de las operaciones de paz. Sin embargo, el impacto geopol¨ªtico ser¨ªa a¨²n mayor: siempre que Estados Unidos se retira, otro actor est¨¢ dispuesto a ocupar el espacio y ejercer la influencia correspondiente ¡ªChina¡ª. La alternativa al orden internacional liderado por Estados Unidos no es un orden liderado por Suecia.
El apoyo financiero y militar de Washington a Kiev tambi¨¦n estar¨ªa en riesgo si Trump vuelve a la presidencia, amenazando la resistencia ucrania y poniendo a m¨¢s capitales europeas en la l¨ªnea de fuego de Rusia. Si el ¡°l¨ªder del mundo libre¡± entrega Ucrania a Putin, sobre quien pesa una orden de captura internacional, la Carta de la ONU sufrir¨ªa una guillotinada. Ser¨ªa la consagraci¨®n del primado de la fuerza y un salvoconducto para que otros pa¨ªses, hist¨®ricamente insatisfechos con sus fronteras, pasen a la acci¨®n armada. Adem¨¢s, representar¨ªa una absoluci¨®n de las violaciones de derechos humanos cometidas en diversas partes del mundo, desde Gaza hasta Caracas.
En el ¨¢mbito del desarrollo, ser¨ªa imposible cumplir con la Agenda 2030, ya muy retrasada, sin Estados Unidos a bordo. ?C¨®mo combatir la emergencia clim¨¢tica, una de las causas en las que Guterres m¨¢s ha invertido, sin la contribuci¨®n del segundo mayor contaminador del planeta? ?C¨®mo erradicar el hambre sin el compromiso del mayor donante del Programa Mundial de Alimentos? ?Y c¨®mo actualizar esta Agenda ante los imperativos desaf¨ªos digitales, como la inteligencia artificial, sin la participaci¨®n del l¨ªder tecnol¨®gico global?
La desregulaci¨®n del ciberespacio forma, precisamente, uno de los ¡°incendios globales¡± denunciados por Guterres. En efecto, el mundo digital se ha convertido en un campo de batalla invisible, donde los Estados se confrontan continuamente, intentando paralizar infraestructuras cr¨ªticas, manipular elecciones y robar secretos industriales. A pesar de representar una amenaza para la seguridad internacional, estos ciberataques siguen fuera del alcance de las convenciones multilaterales. Sin la participaci¨®n de la mayor potencia militar y de los ingenieros del caos de Silicon Valley, la ONU no lograr¨¢ actuar en el universo online.
Por supuesto que una eventual victoria de Kamala Harris no traer¨¢ soluciones m¨¢gicas a la organizaci¨®n, ni a la par¨¢lisis del Consejo de Seguridad. La propia elecci¨®n de la sucesora de Guterres es vista como una inc¨®gnita, pudiendo incluso obligar al portugu¨¦s a extender su mandato m¨¢s all¨¢ de 2026. Sin embargo, con el retorno del ¡°fuego y la furia¡± de Trump, muchos de los obst¨¢culos, que ya enfrenta Guterres, se volver¨ªan infranqueables. Al final, el futuro de todos se decidir¨¢ el 5 de noviembre.