Apartheid de g¨¦nero en Afganist¨¢n
Los derechos de las mujeres deben ser una prioridad de la comunidad internacional en su trato con los talibanes
La decisi¨®n de Canad¨¢, Reino Unido, Australia y Pa¨ªses Bajos de llevar en el plazo de seis meses a Afganist¨¢n ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de La Haya constituye un m¨ªnimo paso ¡ªy muy matizado¡ª ante la dram¨¢tica situaci¨®n de apartheid de g¨¦nero que en la pr¨¢ctica sufren las ciudadanas de eses pa¨ªs bajo el yugo del r¨¦gimen talib¨¢n. Los cuatro pa¨ªses han dado medio a?o al Ejecutivo islamista de Kabul para que mejore la situaci¨®n de las mujeres antes de acudir al Tribunal, lo cual ser¨ªa un hito hist¨®rico porque jam¨¢s ning¨²n pa¨ªs ha sido acusado ante el TIJ por discriminaci¨®n de g¨¦nero. A la vista de c¨®mo han maltratado los talibanes a sus conciudadanas afganas desde el momento en que retomaron el poder en agosto de 2021, todo parece indicar que la demanda es inevitable.
La opresi¨®n que sufren las afganas alcanza extremos a los que la opini¨®n p¨²blica internacional no deber¨ªa acostumbrarse jam¨¢s. La orden dictada en agosto de prohibir que se pueda escuchar la voz de una mujer en la calle no es m¨¢s que la pen¨²ltima disposici¨®n legal que considera a la mitad de la poblaci¨®n inferior incluso a algunos animales. Ten¨ªa toda la raz¨®n la actriz Meryl Streep cuando, horrorizada, denunci¨® la semana pasada ante la Asamblea de la ONU que una gata tiene m¨¢s derechos en Afganist¨¢n porque el felino, al menos, se puede asomar a la puerta de una casa y tomar el sol. Las mujeres tienen prohibido incluso mirar por la ventana.
El fanatismo talib¨¢n ha hecho no solo que las afganas desaparezcan completamente de la esfera p¨²blica, sino que les ha negado derechos esenciales de la vida privada. Y todo ha sucedido de una manera sistem¨¢tica y abierta ante una comunidad internacional que hasta ahora no ha reaccionado, traumatizada todav¨ªa por el humillante abandono del pa¨ªs que protagoniz¨® hace tres a?os. Nada m¨¢s despegar el ¨²ltimo avi¨®n occidental de Kabul, los talibanes anunciaron la prohibici¨®n a las mujeres del ejercicio de un amplio elenco de profesiones y dejaron sin educaci¨®n a las ni?as a partir de los 12 a?os. A continuaci¨®n, fueron expulsadas de la universidad y de los parques y los ba?os p¨²blicos. Cualquier negocio regido por una mujer tuvo que cerrar y se les prohibi¨® caminar por la calle sin un hombre que las vigilara. Fue apenas el comienzo. Seg¨²n un informe de Naciones Unidas, solo entre marzo de 2023 y junio de este a?o se han aprobado 52 disposiciones de recortes de derechos en la misma l¨ªnea.
Los talibanes act¨²an con total impunidad contra las mujeres mientras peri¨®dicamente se celebran cumbres multilatelares en las que se discute como reincorporar a Afganist¨¢n al concierto de naciones. Lo justo ser¨ªa no solo llevar ante la justicia a ese r¨¦gimen sino exigir que una hipot¨¦tica aceptaci¨®n internacional de Afganist¨¢n pase obligatoriamente por el respeto real y efectivo de los derechos de las afganas.
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