Gordas contaminantes
Vivimos en una sociedad de consumo donde se puede comprar de todo, pero resulta que a las gordas se nos priva de la posibilidad de entrar en una tienda, escoger un art¨ªculo, prob¨¢rnoslo y comprarlo si es de nuestro agrado
Aviso importante: este problema del que voy a hablar es un problema del primer mundo. Pero como es aqu¨ª donde vivimos y donde nos fastidian por no ser esqueletos andantes, y como adem¨¢s somos seres sociales que tenemos la costumbre de andar vestidos por los sitios y no podemos ir como el rapero Morad en ch¨¢ndal a todas partes, se hace necesario volver a tratar este insidioso asunto. El malestar que nos provoca a muchas mujeres el no poder comprar ropa que se ajuste a nuestras medidas es real, quita mucha energ¨ªa, dinero y a menudo acaba con toda nuestra paciencia. A ver, que vivimos en una sociedad de consumo donde se puede comprar de todo y el mercado est¨¢ diversificado hasta el infinito, pero resulta que a las gordas se nos priva de la posibilidad de entrar en una tienda, escoger un art¨ªculo, prob¨¢rnoslo y comprarlo si es de nuestro agrado.
Me dir¨¢n que exagero, que hoy en d¨ªa hay infinidad de opciones, m¨¢s despu¨¦s de la explosi¨®n del body positive y la inclusividad y toda esa ret¨®rica, pero intenten encontrar una talla por encima de la 42 en cualquier cadena de ropa de las muchas que hay en las ciudades de Occidente. Tanta tela no la tienen en ning¨²n lado, un par de cent¨ªmetros parece ser que es un gasto demasiado grande como para que las empresas puedan a?adirlos, prefieren que nos asfixiemos al intentar meternos en un vestido o unos pantalones. Como mucho dispondr¨¢n de algunos modelos ¡°plus¡± o ¡°curvy¡± online, no vaya a ser que los establecimientos tan chics y di¨¢fanos se les llenen de gordas sudorosas. As¨ª que no nos queda otra: estamos obligadas a comprar de forma virtual y luego ya se ver¨¢ si el producto se ajusta o no a nuestras dimensiones y preferencias.
La ¨²ltima vez que entr¨¦ en una tienda digital me sali¨® un aviso: billones de devoluciones de ropa est¨¢n matando el planeta. A ver: que sois vosotros los que me oblig¨¢is a comprar por esta v¨ªa y ahora va a ser culpa m¨ªa que aumente el CO?. Y parece ser que a muchas mujeres que compran en webs de moda ultrar¨¢pida, generosas con las tallas, se les recrimina el hecho de que escojan marcas tan poco sostenibles. Al pecado capital de ser unas holgazanas incapaces de meterse en cintura, al de zampar patatas fritas como dec¨ªa el difunto Lagerfeld, de no tener control ni disciplina y cometer el delito de ser mujeres con pechos y caderas y esos osados atributos femeninos se nos cargar¨¢ ahora tambi¨¦n con la responsabilidad del cambio clim¨¢tico. ?Qu¨¦ quieren? ?Qu¨¦ nos compremos un burka, una chilaba o que no salgamos de casa para no molestar?
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