El peluquero de la reina
Fue Francisco Segura quien ide¨® ese peinado, mezcla de corona capilar y casco antigolpes, capaz de soportar los vendavales que han arreciado en su vida fuera y dentro de casa
La reina Sof¨ªa est¨¢ de luto. Ha fallecido, a los 84 a?os, dos menos que ella, Francisco Segura, su peluquero de cabecera desde que este artesano con sal¨®n en Palma de Mallorca fuera llamado a peinarla un d¨ªa al palacio de Marivent y se produjera el flechazo. Fue Segura quien ide¨® ese corte y ese peinado, mezcla de corona capilar y casco antigolpes, que ha identificado a la que hoy es reina em¨¦rita de Espa?a durante d¨¦cadas. Un h¨ªbrido entre tocado y yelmo capaz de soportar sin despeinarse los vendavales que han arreciado en su vida fuera, pero, sobre todo, dentro de casa. Y una base perfecta para portar las tiaras de las cenas de Estado, las peinetas de las audiencias con el Papa y la cruz de un marido infiel a la chepa con la naturalidad de quien ha nacido para ello. As¨ª se la ha visto siempre en bodas, bautizos, comuniones, funerales, abdicaciones, proclamaciones y destierros propios y ajenos. Devastada a ojos vista o degustando golosa su venganza, pero sin un pelo fuera de sitio.
No consta si alguna vez, en la intimidad del tocador, al calor del secador y los efluvios de la laca, a la reina em¨¦rita se le solt¨® la lengua lo suficiente como para confiarle a Segura seg¨²n qu¨¦ confidencias. No creo. Lo que s¨ª hizo fue convencer al rey Juan Carlos para que le concediera la Real Orden de Isabel la Cat¨®lica, una distinci¨®n pensada para premiar ¡°comportamientos extraordinarios de car¨¢cter civil que redunden en beneficio de la Naci¨®n de forma relevante¡±. Poco me parece. Muchos marqueses han hecho menos m¨¦ritos por esa instituci¨®n y ese matrimonio. ?C¨®mo iba a atreverse a divorciarse y romper la baraja Sof¨ªa de Grecia, hija, hermana, esposa y madre de reyes, una mujer que no se ha atrevido a cambiar de peinado en 40 a?os? Estos d¨ªas, mientras en las teles arreciaban las fotos y los audios de Juan Carlos I ri¨¦ndose de ella y de todos los espa?oles retozando con su amante B¨¢rbara Rey, hemos visto a do?a Sof¨ªa pasar revista a las tropas y recibir honores militares. Aun con el zarpazo de los a?os y los disgustos en el rostro y en el cuerpo, a¨²n se la ve regia. Al final, la ganadora ha sido ella. Apuesto a que, de poder, llamar¨ªa a palacio a Francisco a levantarle a¨²n m¨¢s las ra¨ªces para celebrarlo. Desde aqu¨ª, buen descanso a Francisco Segura y paz a su clienta. En mi particular lista de quienes tendr¨ªan que morirse de verg¨¹enza por esta s¨®rdida historia de traici¨®n, dinero y cuernos, la ¨²ltima es ella.
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