En familia
Lo ocurrido en Valencia es desolador y nos ha recordado de golpe, en medio del narcisismo y la crispaci¨®n, que somos seres vulnerables, que necesitamos cuidar y ser cuidados
Ya s¨¦ que el ego¨ªsmo y la brutalidad forman parte hist¨®rica de la condici¨®n humana. Si empezamos por Ca¨ªn, podemos acabar a trav¨¦s de los siglos en Donald Trump y en todos los que quieren imponer la ley del m¨¢s fuerte y el s¨¢lvese quien pueda. Pero tambi¨¦n es verdad que el ser humano ha dado ejemplos de hermandad y compasi¨®n. Junto a las llamas de la Santa Inquisici¨®n, vivieron santos que identificaban su creencia en Dios con la necesidad de dar de comer al hambriento. Junto a los partidarios del terror y la guillotina sin escr¨²pulos, hubo gente dispuesta a creer en palabras como libertad, igualdad y fraternidad. Cuando uno se mira al espejo con atenci¨®n, puede descubrir en el brillo de los ojos un verdugo o un defensor, un d¨¦spota o un enemigo de la esclavitud. Por eso hay que tener tanto cuidado con uno mismo, escoger bien los zapatos con los que vamos a bailar la m¨²sica de las fiestas.
Vivimos una ¨¦poca que, a trav¨¦s de la soledad y las pantallas de los m¨®viles, potencia mucho el individualismo. La bondad hace el rid¨ªculo en los celebrados festejos del odio y el ego¨ªsmo. Est¨¢ fuera de lugar cuando se trata de crisparlo todo. Pero a veces suena el tel¨¦fono, y pronuncia nuestro nombre una voz familiar, y dice padre, o hija, o nosotros, y pregunta ?te has enterado?, y entonces queda fuera de lugar el coraz¨®n malo de la existencia. Nos interpela una desgracia ajena que tambi¨¦n es la nuestra. Lo ocurrido en Valencia es desolador y nos ha recordado de golpe, en medio del narcisismo y la crispaci¨®n, que somos seres vulnerables, que necesitamos cuidar y ser cuidados. Ya s¨¦ que ha habido malhechores dispuestos a aprovechar la situaci¨®n asaltando casas y pol¨ªticos fuera de lugar con sus estrategias llenas de fango. Pero el sentimiento compartido de dolor y solidaridad deber¨ªan hacernos recordar lo que significa formar una comunidad. Lo que significa la pol¨ªtica, pan nuestro de cada d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.