La UE debe cerrar filas ante Trump
Europa debe prepararse para un cambio profundo en Washington con m¨¢s integraci¨®n y coordinaci¨®n
Donald Trump ha conseguido en las urnas un poderoso nuevo mandato pol¨ªtico que tiene visos de provocar un profundo impacto a escala global. A pesar de la volatilidad del personaje y las amplias zonas de ambig¨¹edad que dej¨® en su campa?a, sus afirmaciones y su propio historial hacen presagiar giros que afectar¨¢n de manera muy sustancial a Europa.
Todos los indicios apuntan a que la pr¨®xima Administraci¨®n no estar¨¢ dispuesta a mantener el mismo a poyo a Ucrania que la de Joe Biden. Trump sostiene que promover¨¢ un r¨¢pido acuerdo de paz. Pero Putin no aceptar¨¢ ning¨²n pacto que no sea una capitulaci¨®n. De lo contrario, simplemente seguir¨¢, convencido de aguantar m¨¢s que la contraparte. Los pa¨ªses democr¨¢ticos europeos pueden y deber¨ªan reforzar su apoyo a Kiev, pero no se ve la voluntad pol¨ªtica y, en todo caso, sus capacidades son limitadas ante un corte total de las ayudas de Washington. Una victoria de Putin en Ucrania ser¨ªa la constataci¨®n de que este mundo es uno en el que la fuerza bruta consigue objetivos criminales y que las democracias occidentales no est¨¢n dispuestas a hacer lo necesario para evitar el bestial atropello de la soberan¨ªa y democracia de un pa¨ªs. Las consecuencias afectar¨¢n a todo el continente, sobre todo porque el compromiso de Trump con la OTAN es cuando menos dudoso.
En el plano comercial Trump ha advertido claramente de su voluntad de imponer aranceles a los productos europeos. Esta perspectiva tiene visos de materializarse mientras la UE se adentra en peligrosos litigios comerciales con China y mientras su principal potencia, Alemania, sufre una crisis pol¨ªtica y un estancamiento econ¨®mico. Otros pa¨ªses muy exportadores como Italia o Pa¨ªses Bajos tambi¨¦n est¨¢n especialmente expuestos. Por la interconexi¨®n del mercado com¨²n, no solo los aranceles golpear¨ªan a todos, sino que el especial efecto sobre los grandes exportadores ser¨ªa un lastre para el conjunto de la eurozona.
Cabe esperar otras consecuencias problem¨¢ticas para Europa, desde el debilitamiento de instituciones internacionales y compromisos clim¨¢ticos hasta la laxitud regulatoria de sectores tecnol¨®gicos. Todo ello va en contra del esp¨ªritu y del sentido del estar en el mundo de la UE.
Ante ello, la ¨²nica respuesta sensata es un cierre de filas dentro de la UE y el avance en el proceso de adhesi¨®n a la misma de otros pa¨ªses. No hay otra manera de asegurar la prosperidad y la libertad de sus ciudadanos. Depender de otros, como es evidente, no es una buena opci¨®n. Los pa¨ªses europeos deben aumentar su gasto en defensa, y acelerar la integraci¨®n del mercado para ganar competitividad y autonom¨ªa. El panorama pol¨ªtico, desgraciadamente, no es favorable, con varios gobiernos europe¨ªstas en situaci¨®n de debilidad, y con fuerzas ultras en auge. Pero no hay alternativa, y todos aquellos que son conscientes de ello deben cooperar constructivamente en esa direcci¨®n.
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