La UE ante el 5-N: la cat¨¢strofe Trump (y el riesgo oculto de Harris)
El republicano entra?a el peligro de una victoria de Putin en Ucrania y de una batalla comercial; la dem¨®crata ser¨ªa un alivio que puede dar lugar a complacencia ante reformas que son imprescindibles y urgentes
Estados Unidos ya no es la superpotencia global indiscutida que fue en los primeros lustros despu¨¦s de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn, pero sigue siendo un gigante con una enorme influencia. El veredicto de sus elecciones tiene por tanto en vilo al mundo entero. En esta ocasi¨®n, la disyuntiva entre un resultado u otro implica diferencias mucho mayores que las de tantos otros duelos (por ejemplo Obama frente a Romney o McCain). En algunas ¨¢reas no son abismales (China, inmigraci¨®n irregular) pero en muchas otras, fundamentales, s¨ª lo son (democracia, derechos de las mujeres, clima). Europa figura en este ¨²ltimo apartado. Una victoria de Trump es un potencial cataclismo para la UE y el continente en general. Una de Harris representar¨ªa un alivio continuista, pero tambi¨¦n acarrea algunos riesgos, aunque de un orden de magnitud completamente diferente. Siguen algunas consideraciones al respecto.
Trump es un actor pol¨ªtico con fuertes rasgos de imprevisibilidad, que ¨¦l cultiva con intenci¨®n. No obstante, el tenor general de una nueva presidencia trumpista representa un desaf¨ªo existencial para Europa por varios motivos. De entrada, todo apunta a que cortocircuitar¨ªa el importante flujo de ayuda estadounidense a Ucrania. Europa, pese al incremento de los esfuerzos y de las capacidades, no est¨¢ en condici¨®n de sostener sola a Kiev. Una presidencia Trump puede traducirse en un colapso ucraniano y una victoria de Putin. Este Kremlin victorioso proyectar¨ªa su sombra sobre el continente en un marco en el que adem¨¢s es probable un debilitamiento de la Alianza Atl¨¢ntica. No hace falta que Washington se retire de ella para minar su credibilidad, que es la verdadera base de su fuerza. Trump ya ha empezado a hacerlo durante la larga campa?a.
Trump representar¨ªa adem¨¢s un grav¨ªsimo problema de car¨¢cter comercial, tanto por los aranceles que dice querer imponer a todos, europeos incluidos, -que implicar¨ªan graves da?os a las exportaciones- tanto por el recrudecimiento de la presi¨®n sobre productos chinos, que tendr¨ªa como consecuencia un intento de China de colocar m¨¢s de ellos en el mercado europeo. Esto implicar¨ªa un gran desaf¨ªo de gesti¨®n justo mientras se gestan tormentas vinculadas al sector de los coches el¨¦ctricos y otras ¨¢reas de las tecnolog¨ªas verdes.
Otra categor¨ªa de problemas ser¨ªan el pr¨¢ctico abandono de la lucha contra el cambio clim¨¢tico ¡ªque representar¨ªa en cierto sentido una desventaja competitiva para ciertas industrias en una UE que s¨ª lo intenta¡ª o la retirada/debilitamiento de ciertas instituciones internacionales, que son el foro natural de acci¨®n de una entidad como la UE.
Ante este escenario, algunos subrayan que el shock Trump podr¨ªa ser una medicina amarga con el curativo efecto de espolear un m¨¢s que necesario aceler¨®n del proceso de integraci¨®n y de b¨²squeda de competitividad del bloque europeo. Ojal¨¢. Pero esa esperanza debe ser yuxtapuesta al efecto de galvanizaci¨®n que su victoria tendr¨ªa en el nutrido partido trumpista europeo. No solo los Orb¨¢n y Fico de la vida se ver¨ªan reforzados, sino que puede que Meloni tuviera la tentaci¨®n de jugar m¨¢s como pilar europeo de un nuevo puente transatl¨¢ntico que como tercera pata de una fr¨¢gil mesa europea (de acuerdo con su peso econ¨®mico en la UE). Al partido trumpista europeo le pueden salir adeptos sorpresivos. Esta din¨¢mica ser¨ªa un obst¨¢culo a la integraci¨®n europea ¡ªy un problema para su calidad democr¨¢tica¡ª.
Con este panorama francamente inquietante, una victoria de Harris ser¨ªa un enorme alivio. Precisamente en ese alivio reside uno de los riesgos para Europa de su presidencia: la complacencia ante reformas que son necesarias independientemente de ella o de Trump. La UE se halla en un estado de profunda debilidad pol¨ªtica, con gobiernos semiparalizados en capitales clave (Berl¨ªn, Par¨ªs, Madrid), otros en mano de la ultraderecha. Con ese contexto, es dif¨ªcil avanzar, y un mandato de Harris podr¨ªa ¡ªde forma consciente o inconsciente¡ª generar una sensaci¨®n de disponibilidad de tiempo que es irreal. La UE est¨¢ perdiendo la competici¨®n mundial y necesita reforzar su capacidad de estar en el mundo por su cuenta y con su voz.
En cuanto a Ucrania, aunque la voluntad de Harris es continuista, hay un grave riesgo subyacente: si ella gana pero los dem¨®cratas no controlan la C¨¢mara, es bien posible que se reproduzca el bloqueo parlamentario que ya fren¨® durante meses la ayuda estadounidense a Kiev. Pero esta vez ser¨ªa peor, porque Ucrania est¨¢ m¨¢s fr¨¢gil y agotada que entonces, mientras Rusia tiene m¨¢s apoyos que nunca.
As¨ª mismo, debe tenerse en cuenta que la pol¨ªtica de Harris hacia China tambi¨¦n ser¨¢ dura, e implicar¨¢ consecuencias para los europeos. Y que, en cambio clim¨¢tico, si bien habr¨¢ una sinton¨ªa ideol¨®gica acerca de la necesidad de combatirlo, habr¨¢ una competici¨®n despiadada en la carrera para dominar las tecnolog¨ªas clave de la econom¨ªa verde.
La UE, seg¨²n informaba recientemente este diario, trabaja en planes de contingencia para una posible victoria de Trump. Eso es sin duda necesario. Sin embargo, lo fundamental era prepararse con mayor contundencia en los ¨²ltimos dos a?os, y esto se ha hecho solo en parte. El ejemplo de ello es la capacidad de fabricar armas y munici¨®n para sostener a Ucrania y disuadir a posibles malas ideas futuras de Putin. Esto se ha hecho, pero en medida insuficiente. Puede que una presidencia de Trump no acabar siendo una cat¨¢strofe, y puede que lo sea, pero que los europeos logren la convicci¨®n y la eficacia para sobreponerse al cataclismo. No hay que perder fe. Pero no hay duda ninguna de que ser¨ªa mejor evitar tener que comprobar esos extremos: una victoria de Harris ¡ªsobre todo si viene acompa?ada de un Parlamento en manos dem¨®cratas¡ª ser¨ªa infinitamente mejor para Europa. Mejor no es sin¨®nimo de buena. Solo lo ser¨¢ si el alivio no induce a la complacencia.
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