Estar a la altura de los valencianos
La indignaci¨®n en Valencia cobra forma en una multitudinaria manifestaci¨®n para exigir la dimisi¨®n de Maz¨®n y su equipo
Doce d¨ªas despu¨¦s de que un episodio de gota fr¨ªa sin precedentes en este siglo se llevara por delante al menos 214 vidas en Valencia, decenas de desaparecidos y dejara pueblos enteros devastados por el agua y millonarios da?os materiales, la creciente indignaci¨®n de la sociedad valenciana cobr¨® forma este s¨¢bado en una manifestaci¨®n en la capital que se replic¨® tambi¨¦n en otros lugares como Alicante. La manifestaci¨®n se celebr¨® de forma pac¨ªfica, pero no en silencio como ped¨ªan sus convocantes. Acudieron 130.000 personas, seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno, para pedir a gritos la dimisi¨®n del president de la Generalitat, Carlos Maz¨®n, por su nefasta gesti¨®n de la cat¨¢strofe y los intentos de ocultar la cadena de incompetencia en la jornada del 29 de octubre y los momentos cr¨ªticos en los que hab¨ªa que tomar decisiones ante el peligro. Los manifestantes convocados por organizaciones sociales y sindicatos exigieron la depuraci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas por ¡°una cronolog¨ªa contrastada por los servicios meteorol¨®gicos¡±, como la Aemet, que hab¨ªan decretado la alerta roja por la ma?ana temprano mientras el Gobierno regional permiti¨® que la vida laboral y escolar continuara sin un aviso general a la poblaci¨®n que no lleg¨® hasta pasadas las ocho de la tarde.
Muchos de los manifestantes hab¨ªan trabajado como voluntarios por la ma?ana en alguno de los 80 municipios afectados por la dana que a¨²n luchan contra el lodo y la putrefacci¨®n en las calles. Su papel est¨¢ siendo decisivo en la respuesta a la crisis. La ola de solidaridad ciudadana inmediata tras las inundaciones del pasado 29 de octubre reflejan el pulso c¨ªvico de la sociedad valenciana y espa?ola, que se ha hecho cargo de la magnitud de la tragedia con mayor rapidez que sus autoridades. En el manifiesto le¨ªdo al final de la manifestaci¨®n se denuncia que el pueblo valenciano se vio abandonado a su suerte durante cinco d¨ªas y critica al Gobierno espa?ol por no haber ¡°presionado de manera contundente e inmediata al Ejecutivo valenciano ante su inacci¨®n¡±.
Las costuras de la indignaci¨®n social ya saltaron hace una semana cuando los Reyes y los presidentes del Gobierno y de la Comunidad Valenciana acudieron a Paiporta. Y ese sentimiento ha ido a m¨¢s al conocer que el d¨ªa de la cat¨¢strofe, cuando hab¨ªa alertas rojas meteorol¨®gicas desde el amanecer, el presidente Maz¨®n pas¨® horas comiendo en un c¨¦ntrico restaurante de Valencia para ofrecer la direcci¨®n de la televisi¨®n auton¨®mica a una periodista. Que el propio president considere que esa cita disculpa su ausencia da la medida de la distancia entre su manera de entender la responsabilidad y lo que su sociedad demanda. Cuando Maz¨®n decidi¨® interesarse por la emergencia, la situaci¨®n ya era de colapso. En ese tiempo, la consejera responsable de gestionar la cat¨¢strofe dej¨® patente su desconocimiento de las competencias de su ¨¢rea. En su huida hacia adelante para justificarse, Maz¨®n public¨® un SMS que le envi¨® la vicepresidenta Teresa Ribera a las 20:20 de ese d¨ªa tras no lograr hablar con ¨¦l por la tarde. El mensaje, en realidad, dice que el Gobierno central estaba ¡°pendiente y preocupado¡± y le ofrec¨ªa toda la ayuda.
El PP no ha apoyado expresamente a Maz¨®n pero ha puesto en marcha su conocido ventilador de acusaciones a otros en las tragedias. Es evidente que solo trata de ganar tiempo para intentar contener la profunda crisis pol¨ªtica que afronta en la Comunidad. No sabemos a¨²n cuantas responsabilidades habr¨¢ que depurar y har¨ªan mal todos los partidos y las instituciones en creer que la indignaci¨®n ciudadana se limita a los territorios afectados. El conjunto de la sociedad espa?ola ha sufrido una gran conmoci¨®n y van a ser necesarios muchos esfuerzos y mucha clarificaci¨®n para restablecer la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en sus gobernantes.
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