?Se te est¨¢ pasando el arroz?
Me pregunto por qu¨¦ la gente que tiene muchos hijos quiere que los dem¨¢s tambi¨¦n los tengan
Paseaba yo distra¨ªdo, cavilando si salirme de Twitter o quedarme enfurru?ado, cuando un anuncio me arranc¨® de m¨ª mismo: ¡°?Se te est¨¢ pasando el arroz?¡±, gritaba en letras grandes. S¨ª, claro, respond¨ª para mis adentros, pero mirando desolado para mis afueras: las articulaciones que crujen, las canas de la barba y esa maldita man¨ªa de levantarme las gafas para leer los wasaps porque me he olvidado otra vez de ir a la ¨®ptica a encargar unas progresivas. Trist¨ªsimo, recit¨¦ en silencio el poema de Machado que empieza ¡°llam¨® a mi coraz¨®n¡±, y cuando iba por el verso que dice ¡°flores en mi jard¨ªn no hay ya, todas han muerto¡±, me di cuenta de que el anuncio no era la muerte rompiendo el primer sello, sino una conminaci¨®n grosera a tener muchos hijos.
Me cost¨® pillarlo a la primera porque nadie que yo conozca usa la expresi¨®n del arroz pasado en esos t¨¦rminos. La ¨²ltima vez que la escuch¨¦ fue a una t¨ªa abuela que muri¨® hace m¨¢s de 30 a?os, y ya entonces sonaba rancia y muy desagradable. La Asociaci¨®n de Familias Numerosas de Madrid, autora de esta campa?a procoital, redondea el mensaje con el lema ¡°te la est¨¢n colando¡±, muy contradictorio con una publicidad que lamenta justo lo contrario: que no te la cuelan lo suficiente.
?Por qu¨¦ la gente que tiene muchos hijos quiere que los dem¨¢s tambi¨¦n los tengan? No ser¨¢ porque se sienten solos, pues viven rodeados de su propia prole. Cuando uno es feliz con sus decisiones, no le importan las decisiones de los dem¨¢s. La ¨²nica raz¨®n de este proselitismo ha de ser, por fuerza, la desgracia: su vida es tan horrible que solo pueden sobrellevarla haciendo miserables a los dem¨¢s. Desean que en toda Espa?a haya cuatro hermanos pele¨¢ndose por entrar en el cuarto de ba?o a las siete de la ma?ana. Solo el mal de muchos consuela.
Ojo, nada me gusta m¨¢s que ser padre. He escrito mucho sobre eso. Antes que cualquier otra cosa en la vida, soy padre de mi hijo, pero precisamente por ello me inhibo de cualquier proselitismo. Tener hijos es algo tan hondo, tan ¨ªntimo, tan transformador y, a la vez, tan espont¨¢neo y divertido, que ponerlo en un anuncio cutre con un lema casposo lo abarata hasta lo miserable. Quien ha ideado esa campa?a no solo insulta la inteligencia de los adultos libres que la sufren mientras esperan el autob¨²s, sino la suya propia y hasta la mera idea de la maternidad y la paternidad. Si se tomaran esta ¨²ltima tan en serio como presumen, no la rebozar¨ªan por las calles.
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