La fronda judicial

?Son los asuntos judiciales con fuerte impacto pol¨ªtico meros casos aislados? Lo son resoluciones recientes, como la condena a 10 a?os de c¨¢rcel al exministro popular Eduardo Zaplana por la Audiencia valenciana o ...

?Son los asuntos judiciales con fuerte impacto pol¨ªtico meros casos aislados? Lo son resoluciones recientes, como la condena a 10 a?os de c¨¢rcel al exministro popular Eduardo Zaplana por la Audiencia valenciana o el encausamiento del exministro socialista Jos¨¦ Luis ?balos por el Tribunal Supremo. Esas se entienden por las pruebas acumuladas o los s¨®lidos indicios, sin apelar a ning¨²n clima, presi¨®n externa o inter¨¦s corporativo.

Pero hay causas inquietantes, como algunas de las centradas en el entorno personal del inquilino de La Moncloa, Pedro S¨¢nchez, o en instituciones del Estado como la Fiscal¨ªa General. Estas parecen sintonizar con un triple mensaje pol¨ªtico: digamos que ilumina, o que anticipa. ¡°El que pueda hacer, que haga¡±, invit¨® el ex Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (2/11/2023). ¡°P¡¯alante¡±, enhebr¨® vez tras vez el dispensador de bulos, autodesignado portavoz de anuncios que corresponder¨ªan a los togados, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez. ¡°Su agon¨ªa legislativa le va a parecer una broma al lado de su agon¨ªa judicial¡±, remach¨® Alberto N¨²?ez Feij¨®o (16/10/2024).

A los cuatro d¨ªas del mensaje de Aznar, el caduco Consejo General del Poder Judicial atac¨® la proposici¨®n de amnist¨ªa. Vulnerando lo que predicaba, la separaci¨®n de poderes en una democracia, desafi¨® al Legislativo.

Enseguida proliferaron, ante sedes judiciales, manifestaciones de protesta contra el mismo texto protagonizadas por centenares de togados. Exhibici¨®n de conducta ultra vires: que desbordaba la ley, pues violaba su obligatoria independencia, mellaba al poder que dec¨ªan defender y posibilitaba recusaciones.

La ocasi¨®n del malestar fue la malhadada redacci¨®n de un acuerdo entre el PSOE y Junts que normalizaba el concepto de lawfare, guerra judicial de motivaci¨®n pol¨ªtica. Pero no ocult¨® que la protesta viniese a consagrar esa presunci¨®n. El remate lleg¨® este julio desde el Tribunal Supremo, primero negando la aplicaci¨®n a ciertos beneficiarios de la ¡ªya¡ª ley de amnist¨ªa, y luego reputando que esta ¡°repugna al derecho constitucional¡±, un ins¨®lito alegato pol¨ªtico de los mismos magistrados que sentenciaron a los amnistiables.

El acoso de la c¨²pula del poder judicial al Legislativo, al Estado (en su conjunto), se interpret¨® en la primavera como est¨ªmulo de facto desde distintas asociaciones mafiosas y ultras para asediar al Gobierno (solo una parte del todo). Tramitaron sus querellas subordinados poco cuidadosos, incumpliendo el auto del Supremo (21/1/2015, en el recurso 20881/2014, y otros), redactado por el propio Manuel Marchena, seg¨²n el que ¡°la mera aportaci¨®n de recortes de prensa o similares, sin m¨¢s constataci¨®n¡±, no sirve para abrir un procedimiento.

Sin olvidar que su propia Sala persiga al fiscal general ?lvaro Garc¨ªa Ortiz por presunta revelaci¨®n de secretos ¡ªde hecho, mero ment¨ªs de bulos¡ª, cuando la judicatura es sujeto, activo y lib¨¦rrimo, de filtraciones continuas. Las frondas hist¨®ricas sol¨ªan acabar en decapitaciones. Pero hasta el fin no se sab¨ªa si ajenas o propias.