Misteriosa paz trumpista para Ucrania
Europa tiene la obligaci¨®n de garantizar un acuerdo justo para Kiev
Donald Trump ha nombrado a Keith Kellogg, un general retirado y miembro del American First Policy Institute, como enviado especial para Ucrania y Rusia con el encargo de convertir en realidad su deseo de terminar la guerra en 24 horas, a ser posible antes del 20 de enero, d¨ªa de su toma de posesi¨®n. Todo es incertidumbre respecto a la paz que se prepara. Kellogg ha confesado que Trump la mantiene oculta. De momento, con sus prisas ha ofrecido a Putin un incentivo para que el l¨ªder ruso encarezca sus condiciones de negociaci¨®n. El Kremlin se halla en una fase ofensiva que est¨¢ produciendo un serio desgaste en las filas ucranias. Con la entrada en combate del contingente norcoreano se ha burlado una vez m¨¢s de los esfuerzos de contenci¨®n de los aliados de Zelenski y les ha obligado a autorizar al presidente ucranio a golpear con sus misiles hasta 300 kil¨®metros Rusia adentro.
En una desafiante escalada, Putin ten¨ªa preparada la jugada de lanzar sobre Dnipr¨® un misil hipers¨®nico susceptible de llevar cargas nucleares. El mensaje de Rusia es doble: esgrime de nuevo la amenaza nuclear y manda un aviso directo a los aliados europeos. Este tipo de misiles tienen a su alcance las principales capitales del continente, lo que servir¨ªa, en caso de ataque, para poner a prueba la eficacia del art¨ªculo 5 del Tratado Atl¨¢ntico, que compromete a todos los socios de la OTAN a la mutua defensa en caso de agresi¨®n exterior.
Zelenski ha reconocido su disposici¨®n a ceder territorios ocupados por Rusia, de momento provisionalmente, a cambio del ingreso de su pa¨ªs en la Alianza. Es un canje inspirado en el final de la guerra de Corea (1953), donde se decret¨® un alto el fuego, pero nunca se ha firmado la paz. Estados Unidos mantiene sus tropas y su garant¨ªa de seguridad para Se¨²l, pero el conflicto, congelado durante 70 a?os, no ha impedido a Corea del Sur dejar atr¨¢s al Norte y convertirse en un modern¨ªsimo pa¨ªs desarrollado.
No es seguro que en el caso ucranio sirva la garant¨ªa de la OTAN que pueda ofrecer Trump, puesto que su pol¨ªtica exterior transaccional dif¨ªcilmente casa con la solidaridad atl¨¢ntica. El peor escenario ser¨ªa que Kiev se viera obligado a ceder territorio so pena de quedarse sin ayuda de Washing?ton. Si los europeos no lo remedian, Ucrania puede sufrir con Trump un destino similar al de Checos?lovaquia en 1938, entregada por Francia y el Reino Unido a Hitler. Fue una verg¨¹enza entonces ¡ªy el preludio de la Segunda Guerra Mundial¡ª y ser¨ªa una verg¨¹enza ahora, adem¨¢s de un p¨¦simo presagio para el futuro de Europa.
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