No me olvides
Me pareci¨® desolador que el magistrado Eloy Velasco, con una soberbia inaceptable, asegurara que en materia de consentimiento los jueces lo saben todo
Unos j¨®venes recorr¨ªan las empinadas calles del pueblo golpeando los tambores. El mismo recorrido de los pasacalles, de las albadas, de las procesiones, fue tomado este 25 de noviembre por chavalas y chavales que quer¨ªan sacarnos del amodorramiento de la noche prematura. La furiosa percusi¨®n no preced¨ªa a una fiesta como suele, sino a una marcha de mujeres que portaban en sus manos fotos de las asesinadas por violencia de g¨¦nero en lo que va de 2024. No s¨¦ si hab¨ªa tantas manifestantes como asesinadas han ca¨ªdo en las hojas de este calendario negro. A esas horas del lunes a¨²n no sab¨ªamos que Cristian, criatura de dos a?os, ser¨ªa asesinado en Linares a manos de la pareja de la madre, y que su gemelo Yeray quedar¨ªa ingresado para recuperarse de los golpes recibidos, v¨ªctima de un trauma que solo podr¨¢ superar si tiene quien le ayude a desarrollar la milagrosa resiliencia de los cr¨ªos. Cristian es el noveno ni?o asesinado en lo que va de a?o dentro de esa denominaci¨®n para m¨ª discutible que es la violencia vicaria, una manera de describir el contexto pero que acaba diluyendo la insustituible identidad de una vida truncada, al igual que los ni?os palestinos asesinados, como dice la jurista especializada en derechos humanos Adilia de las Mercedes, no son da?os colaterales de un conflicto.
Cristian, Cristian, su nombre ha de caer sobre nuestra conciencia. Algo en la cadena de apoyo que ha de recibir una madre vulnerable no ha funcionado, como tampoco en el caso de Chloe, de 15 a?os, muerta a manos de un chico de 17. Hay una necesidad urgente de trabajo social a trav¨¦s de la sanidad, de la educaci¨®n, de la conciencia ciudadana. Hay una responsabilidad nuestra en rebajar el nivel de agresividad que la pol¨ªtica est¨¢ alimentando. Las expertas en violencia de g¨¦nero aprecian c¨®mo la Guardia Civil y la Polic¨ªa se han esforzado en ponerse al d¨ªa en este ¨¢mbito, c¨®mo han aprendido en materia de respeto y perspicacia. En cambio, me pareci¨® desolador que el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, con una soberbia inaceptable, asegurara que en materia de consentimiento los destinados a impartir justicia lo saben todo desde el derecho romano. Enhorabuena. Qu¨¦ l¨¢stima que todo lo que saben no les haya servido a lo largo de la historia para mostrar empat¨ªa y respeto hacia las v¨ªctimas, y que haya sido la sociedad civil la que desde la calle presionara para modificar un derecho caduco.
Es realmente extraordinario afirmar que a ti nadie puede ense?arte en tu oficio y menos una ministra que fue cajera cuando estudiaba. Ser¨ªa aconsejable que quien puede decidir sobre nuestra inocencia o culpabilidad hubiera probado en su juventud alguna tarea b¨¢sica, ingrata y mal pagada. Al grosero comentario hubo quien sali¨® en defensa de Montero diciendo que el insulto era improcedente dado que la exministra ten¨ªa un t¨ªtulo y un expediente notable. Algo estamos perdiendo para que los argumentos que hayas de presentar contra el clasismo sean clasistas en s¨ª. Poco queda de aquella sociedad civil que tras la dictadura se vio representada en el Congreso por sindicalistas, poetas, obreros, economistas, abogados y exiliados que hab¨ªan carecido de oportunidades para titularse. Este es el tiempo en el que se aplaude el m¨¦rito del que empez¨® desde arriba. Pero quien es humilde aprende; solo quien es sensible puede ejercer el poder con justicia. No deber¨ªa estar acreditado para juzgar un caso de violencia machista el que exhibe sin pudor su desprecio. Pero hay hombres que aseguran saberlo todo, aunque la tozuda realidad demuestre que es la misoginia la que alimenta esa violencia.
Un grupo de mujeres se reuni¨® este 25 de noviembre en un peque?o pueblo para condenar los asesinatos. Los retratos de las v¨ªctimas se quedaron iluminados por la luz de una farola, espectrales. Cada una de ellas parec¨ªa decirnos, como en aquellos colgantes de entonces, ¡°no me olvides¡±.
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