La UE y Mercosur: una tercera v¨ªa
El acuerdo comercial ratifica una apuesta por el multilateralismo como alternativa ante una guerra comercial entre China y EE UU
Despu¨¦s de a?os de negociaci¨®n, la Uni¨®n Europea y los pa¨ªses que forman Mercosur cerraron este viernes un acuerdo pol¨ªtico para crear la mayor ¨¢rea de libre comercio del mundo, que afecta a m¨¢s de 700 millones de personas y supondr¨¢ la eliminaci¨®n de m¨¢s del 90% de los aranceles sobre las exportaciones de bienes entre los Veintisiete y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (Bolivia se incorpor¨® este a?o a la alianza). Hace cinco a?os ya se alcanz¨® un gran acuerdo comercial entre los dos bloques, pero nunca se logr¨® avanzar hacia su ratificaci¨®n, ante las reticencias manifiestas de Francia, Austria, Pa¨ªses Bajos e Irlanda, y de Brasil y Paraguay del otro lado del Atl¨¢ntico. Esta vez podr¨ªa suceder algo parecido, m¨¢s a¨²n cuando la jefa de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, ha aprovechado la crisis de Gobierno en Par¨ªs para cerrar la negociaci¨®n.
Con este acuerdo ambos bloques env¨ªan un potente mensaje en tiempos de proteccionismo y amenazas de guerra comercial, tras corregir los puntos de fricci¨®n que hicieron imposible su activaci¨®n en el pasado. El pacto se supedita al cumplimiento de los compromisos medioambientales del Acuerdo de Par¨ªs y a acabar con la deforestaci¨®n para 2030, adem¨¢s de equiparar las normas ecol¨®gicas y de seguridad alimentaria para que los productos europeos no est¨¦n en desventaja. Esos eran los principales obst¨¢culos que subrayaban los socios m¨¢s esc¨¦pticos, liderados por Francia, que parapetaban en ese argumentario una posici¨®n muy marcada por sus intereses nacionales. Adem¨¢s, se reducen los aranceles a los veh¨ªculos europeos del 35% al 25% y otros que afectan a las industrias farmac¨¦uticas y qu¨ªmicas, aspectos decisivos para Espa?a y Alemania, dos de los principales impulsores.
El mensaje pol¨ªtico que busca la UE es inequ¨ªvoco. Los Veintisiete apuestan por construir alianzas y por un orden global multilateral en un mundo en el que dos de sus mayores socios comerciales, EE UU y China, son cada vez menos fiables. Como explicaba la propia Von der Leyen en Montevideo, ¡°no es solo una oportunidad econ¨®mica, es una necesidad pol¨ªtica¡±. Para Bruselas, el acuerdo es una v¨ªa para contrarrestar la creciente influencia de China en el continente americano y de lograr mayor acceso a materias primas cr¨ªticas para la transici¨®n energ¨¦tica. Adem¨¢s, Mercosur y la UE podr¨¢n reducir el impacto de la subida de aranceles si Donald Trump cumple sus amenazas.
Otra cosa es que el acuerdo sea finalmente ratificado por el suficiente n¨²mero de pa¨ªses para lograr que entre en vigor. Las dudas est¨¢n ah¨ª, como en 2019. Los agricultores europeos y los grupos ecologistas, dos sectores a los que es muy sensible la nueva mayor¨ªa de la Euroc¨¢mara, ya han anunciado movilizaciones en contra. Francia, pese a sus dificultades pol¨ªticas, no ha dejado de insistir en que los t¨¦rminos pactados son contrarios a sus intereses y que buscar¨¢ alianzas (al menos con Polonia, Irlanda y Pa¨ªses Bajos) para frenar su convalidaci¨®n. Para hacer fracasar definitivamente su ratificaci¨®n deber¨ªan contar con el apoyo de la Italia de Giorgia Meloni, que ha evitado pronunciarse.
A falta de conocer la letra peque?a, avanzar en este acuerdo era necesario. Abre la puerta a reforzar la presencia de la UE en un territorio que, pese a los esfuerzos de Espa?a, tiende a minusvalorar. Cualquier oposici¨®n al acuerdo deber¨ªa tener en cuenta el momento en el que se ha sellado, en medio de una elevada tensi¨®n geopol¨ªtica y con una guerra comercial abierta entre las dos principales potencias que exige la b¨²squeda de alternativas para dar estabilidad y seguridad a la UE y a sus ciudadanos.