Macron, el narcisista

Poco despu¨¦s de que el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, anunciara el pasado 3 de diciembre en televisi¨®n el decreto de la ley marcial, la palabra ¡°chiflado¡± se convirti¨® en tendencia en las redes sociales del pa¨ªs asi¨¢tico, reflejando el estado de conmoci¨®n de la ciudadan¨ªa ante una decisi¨®n que percibi¨® como delirante. Y es que cuando los comportamientos o las decisiones de nuestros dirigentes se vuelven tan incomprensibles, a veces no hay m¨¢s remedio para analizarlos y entenderlos que dejar de lado los conceptos tradicionales de las ciencias pol¨ªticas y echar mano de la psicolog¨ªa. Un fen¨®meno que est¨¢ ocurriendo en Francia con el presidente Emmanuel Macron, aunque su grado de desconexi¨®n con la realidad, evidentemente, no se acerca ni siquiera un poco a la de su hom¨®logo coreano, que al verse dominado por la oposici¨®n quiso suspender toda vida pol¨ªtica, amordazar a la oposici¨®n, cerrar el Parlamento y controlar a los medios de comunicaci¨®n.

A¨²n aturdidos por la disoluci¨®n del Parlamento el pasado junio y el caos institucional propiciado por Macron, los analistas franceses ¨Ddesde el asesor pol¨ªtico Alain Minc pasando por el historiador Patrick Weil¨D recurren cada vez m¨¢s a la palabra ¡°narcisista¡± para referirse al presidente y describir el comportamiento de un hombre exclusivamente centrado sobre s¨ª mismo, desprovisto de todo sentido de alteridad y convencido de ser el ¨²nico detentor de la verdad. Un presidente tan ensimismado que no solo ha pedido que su silla en el Consejo de Ministros sea la ¨²nica que lleve el en respaldo la insignia de la Rep¨²blica francesa pintada de oro, sino que ni siquiera entiende que eso pueda resultar chocante ¨Dy rid¨ªculo¨D, como cuenta un reportaje demoledor de Le Monde titulado El lento crep¨²sculo de Emmanuel Macron.

El postulado de un presidente abrumado por su narcisismo es el que defiende tambi¨¦n el soci¨®logo Marc Joly, cuyo ensayo El pensamiento perverso en el poder est¨¢ siendo muy comentado en las redes. Este texto va un paso m¨¢s all¨¢ al comparar la concepci¨®n del poder de Macron y su relaci¨®n con la ciudadan¨ªa con el modo de pensar y de actuar de los perversos narcisistas en el ¨¢mbito de la pareja. El investigador del CNRS (la mayor instituci¨®n cient¨ªfica del pa¨ªs), que dedic¨® una tesis a la figura del perverso narcisista, cree que el campo sem¨¢ntico y la violencia moral a los que suele acudir el perverso narcisista para dominar y manipular a su v¨ªctima son elementos aplicables al discurso de Macron desde que lleg¨® al El¨ªseo en 2017. El autor expone que el pensamiento perverso no cree en la inteligencia del otro, ni en su capacidad de pensar, lo que explicar¨ªa la ceguera del presidente frente a su fracasada disoluci¨®n del Parlamento y su empe?o en querer mantenerse pese a todo en el centro del juego en el nombramiento del primer ministro.

Para Joly, Macron es sobre todo un gran manipulador y su arma es el uso descarado de la ambig¨¹edad, es decir, el hecho de tener discursos diametralmente opuestos sobre un mismo tema. Un manipulador que adem¨¢s disfruta observando la confusi¨®n que produce entre sus interlocutores y sin ninguna capacidad emp¨¢tica ni verdaderos referentes morales, ajeno al sufrimiento que provoca, como en la crisis de los chalecos amarillos. Para poner fin a la revuelta, el mandatario organiz¨® una gran consulta nacional que hizo que 230.000 personas acudieran de buena fe a las alcald¨ªas del pa¨ªs para hacer propuestas que mejoraran su vida cotidiana. Ah¨ª se qued¨®, porque Macron no hizo absolutamente nada. Cinco a?os despu¨¦s, nadie sabe si incluso lleg¨® a leer alguno de los 20.000 cahiers de dol¨¦ances que llenaron en vano muchos ciudadanos que hoy, sin duda, son m¨¢s propensos a confiar en el discurso falsamente protector de Marine Le Pen que en el hombre que les prometi¨® el nuevo mundo y a cambio les ofreci¨® su desprecio.

La dimensi¨®n narcisista y el delirio mon¨¢rquico de Macron ¨Dquien teorizaba en 2015 que uno de los problemas de la democracia francesa era que ¡°hac¨ªa falta un rey¡±¨D qued¨® patente en la ceremonia de reapertura de Notre Dame. Un show medi¨¢tico hecho a medida del presidente, destinado a restaurar su imagen en la escena nacional e internacional, y al que se opuso en un principio la di¨®cesis, contraria a la idea de que Macron hiciera su discurso desde el interior de la catedral. Lo que demuestra este nuevo episodio ¨Dque para colmo cont¨® con la presencia de los ilustres Trump y Musk¨D es, seg¨²n Joly, una concepci¨®n meramente personalista de la pol¨ªtica memorial del Estado: sea el evento hist¨®rico que sea, ¨¦l tiene que ser el principal protagonista de la conmemoraci¨®n, incapaz de ¡°tejer lazos con el pasado y con los que le precedieron, excepto de modo teatral¡±. ¡°Tendremos que guardar como un tesoro esta lecci¨®n de fragilidad y humildad y no olvidar jam¨¢s cu¨¢nto cuenta cada uno, y cu¨¢n inseparable es la grandeza de esta catedral del trabajo de todos¡±, dijo Macron en Notre Dame. Una lecci¨®n que bien podr¨ªa aplicarse a s¨ª mismo, en su relaci¨®n con el pueblo franc¨¦s, el narciso de la pol¨ªtica gala.