Una renovaci¨®n vital para el PSOE
Las federaciones socialistas tienen que aprovechar este a?o para encontrar liderazgos s¨®lidos y a largo plazo
Con un a?o por delante sin convocatorias electorales, el PSOE se encuentra inmerso en un proceso de renovaci¨®n de sus liderazgos territoriales de cuyo resultado depender¨¢ que pueda competir con garant¨ªas contra un PP que hoy gobierna en el 70% de las autonom¨ªas. Entre 2022 y 2023, el PSOE sufri¨® una p¨¦rdida generalizada de poder territorial que dej¨® a miles de cargos a la intemperie y liderazgos pol¨ªticos truncados. Los socialistas solo conservaron los gobiernos de Asturias, Castilla-La Mancha y Navarra, este ¨²ltimo en minor¨ªa. A cambio, su estrategia de pasar p¨¢gina del proc¨¦s les permiti¨® acceder por primera vez en solitario, aunque en minor¨ªa, al Gobierno de Catalu?a y la alcald¨ªa de Barcelona. Esa es ahora mismo su gran baza fuera de La Moncloa. Pero las claves que impulsaron a Salvador Illa en Catalu?a no son exportables al resto de Espa?a.
Las dos principales preocupaciones de Ferraz son Andaluc¨ªa y Madrid ¡ªadem¨¢s de la Comunidad Valenciana, donde los socialistas han apostado por la ministra Diana Morant¡ª, por su tama?o e influencia en la pol¨ªtica nacional. Andaluc¨ªa est¨¢ necesitada de un liderazgo que suponga un revulsivo para un PSOE que gobern¨® durante tres d¨¦cadas y transform¨® la comunidad, pero que se ha estancado en la oposici¨®n y ha visto a Juan Manuel Moreno Bonilla arrebatarle parte de su espacio pol¨ªtico. La mayor¨ªa absoluta de Moreno Bonilla no es una carambola electoral: tiene bases s¨®lidas. Volver a competir con garant¨ªas en el mayor caladero de votos de Espa?a requiere un esfuerzo de a?os, provincia por provincia. Pedro S¨¢nchez ha evitado por ahora pronunciarse en p¨²blico; la decisi¨®n es suya, pero en ning¨²n caso va a tomarla con esa poderosa federaci¨®n en contra. En el PSOE andaluz cuentan con que su apuesta ser¨¢ la vicepresidenta Mar¨ªa Jes¨²s Montero, en lugar del exalcalde de Sevilla Juan Espadas, que comunicar¨¢ hoy si mantiene su intenci¨®n de presentarse. Cualquiera que sea la opci¨®n, debe salir con el m¨¢ximo consenso o el PSOE se condenar¨¢ a a?os de oposici¨®n y divisiones entre familias.
Buen ejemplo de ello es Madrid, que acarrea la historia territorial m¨¢s deprimente del PSOE. El partido que ha estado m¨¢s a?os en La Moncloa, con tres presidentes, no gobierna la comunidad desde 1995 y el Ayuntamiento desde 1989. Dos veces en este siglo ha ganado las elecciones y no ha logrado gobernar. Sus fracasos han sido tan traum¨¢ticos que ha tenido cuatro gestoras. Incapaz de encontrar un discurso propio frente al PP, Ferraz ha fiado las elecciones a candidatos paracaidistas designados en el ¨²ltimo minuto. El ministro ?scar L¨®pez, aupado sin rival tras el suicidio pol¨ªtico inesperado de Juan Lobato, hereda un partido hundido. Sus primeros movimientos indican una visi¨®n estrat¨¦gica. Pero, de nuevo, solo un respaldo contundente y sin interferencias garantiza opciones de hacer mella en las mayor¨ªas del PP.
Procesos parecidos se est¨¢n abriendo en Extremadura, Arag¨®n y Castilla y Le¨®n. El liderazgo incontestado de Pedro S¨¢nchez desde La Moncloa ha presentado sus propias apuestas en todos los territorios, en varios casos con una leg¨ªtima oposici¨®n local que debe dar lugar a un vigoroso debate. Pero siempre sabiendo que, en cualquier espacio electoral, el ¨²nico proyecto pol¨ªtico viable a largo plazo es el que tiene m¨¢s apoyos de base y no deja heridas abiertas, pase lo que pase por el camino.
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