El camino hacia el poder, seg¨²n Elon Musk
El empresario utiliza X para intentar cambiar gobiernos porque quiere m¨¢s f¨¢bricas, m¨¢s trabajadores baratos, m¨¢s rebajas fiscales y menos regulaci¨®n
¡°El verdadero presidente es quien controla el teleprompter¡±, anunci¨® Elon Musk en el congreso All-in de Miami en 2022, despu¨¦s de comprar Twitter por 44.000 millones de d¨®lares. ¡°El camino hacia el poder es el camino hacia el teleprompter¡±. Tambi¨¦n anunci¨® que estaba a punto de votar republicano por primera vez. Washington cuenta dos historias para explicar el presunto giro pol¨ªtico del empresario.
Una es Vivian Jenna Wilson, antes conocida como Xavier Alexander Musk, uno de los cinco hijos que tuvo con su primera esposa, Justine Wilson. El empresario declar¨® que hab¨ªa sido ¡°asesinada por el virus woke¡±. Aqu¨ª empieza su cruzada personal contra lo pol¨ªticamente correcto.
La segunda es que Biden organiz¨® una Cumbre de Veh¨ªculos El¨¦ctricos en la Casa Blanca para promover la electrificaci¨®n del transporte y reducir las emisiones en EE UU y no le invit¨®. Peor a¨²n: Biden elogi¨® p¨²blicamente a General Motors (GM) y a su CEO, Mary Barra, por liderar la transici¨®n porque ¡°fuisteis vosotros y eso importa¡±. Entonces Tesla ten¨ªa el 66% de cuota de mercado y GM no llegaba al 9%. Pocos d¨ªas despu¨¦s de las ¨²ltimas elecciones, una cuenta fan de Tesla tuite¨® el video de Biden diciendo aquellas palabras, y Musk respondi¨®: ¡°No encontrar¨¢s a un amigo mejor que yo, ni tampoco peor enemigo¡±. Desde entonces, ha cambiado el buenismo por la filosof¨ªa de Mae West: cuando soy buena, soy muy buena; cuando soy mala, soy mejor.
En su ¨²ltimo ensayo, Doppelganger: A Trip Into the Mirror, Naomi Klein explica c¨®mo una intelectual feminista y progresista como Naomi Wolf pudo transformarse en influencer de la ultraderecha y veh¨ªculo de sus teor¨ªas de la conspiraci¨®n. En este caso, hay un momento de exposici¨®n p¨²blica que genera un pico de verg¨¹enza y, esperando al otro lado, un universo donde los errores son aciertos, la maldad es astucia, la bondad es hip¨®crita, los verificadores son los mentirosos, y el hombre m¨¢s rico y poderoso del mundo es un rebelde que encarna el martillo de la voluntad popular. A ese lado, que Klein llama el ¡°mundo espejo¡±, la audiencia es m¨¢s entusiasta, menos cr¨ªtica y m¨¢s maleable. Primero, porque produce m¨¢s dopamina estar furioso que estar deprimido. Segundo, porque han hecho y dicho cosas tan imperdonables que ya no tienen a d¨®nde ir.
Esta es la audiencia a la que Musk interpela cuando tuitea ¡°la guerra civil es inevitable¡±, durante los disturbios racistas de este verano en Reino Unido o ¡°solo Alternativa por Alemania (AfD) puede salvar Alemania¡±. Es la audiencia que pide que saquen al ultra Tommy Robinson de la c¨¢rcel y metan al primer ministro Keir Starmer o a su ministra Jess Phillips, a los que acusan de encubrir a las bandas paquistan¨ªes de violadores que operaban en el norte de Reino Unido para no parecer racistas. Sigue la estrategia de Tommy Robinson, pero no porque sea tambi¨¦n un supremacista brit¨¢nico que sue?a con encabezar una limpieza racial. Musk persigue un nuevo cambio de gobierno porque es su v¨ªa m¨¢s directa de expansi¨®n.
Musk quiere m¨¢s f¨¢bricas, m¨¢s trabajadores baratos, m¨¢s rebajas fiscales y menos regulaci¨®n. Pero, sobre todo, quiere desplegar la clase de infraestructura que no se puede desmantelar, a ser posible con dinero europeo. Tiene un negocio espacial que pone cohetes en ¨®rbita y que, de momento, solo compite con los rusos. Tiene un sistema de comunicaciones por sat¨¦lite que, de momento, no compite con nadie m¨¢s. Tiene un negocio de coches el¨¦ctricos en declive cuya sede europea es Brandeburgo. En su art¨ªculo para Die Welt, ha dicho que sus ¡°inversiones significativas¡± en Alemania justifican su intervenci¨®n en la pol¨ªtica local, dibujando una visi¨®n perfectamente colonialista del capitalismo que los otros l¨ªderes del sector comparten. Todo indica que Alemania va a las elecciones con AfD como segunda fuerza pol¨ªtica y al menos un teleprompter trucado. Musk sigue siendo el ¨²nico usuario de X capaz de modificar el servicio para garantizar su visibilidad y la de su clan.
X tiene cien millones de usuarios en Europa. El pasado octubre, el comisionado europeo confirm¨® que no es lo bastante grande como para ser considerado un gatekeeper en la ley europea de mercados digitales (DSA, por sus siglas en ingl¨¦s) y por lo tanto no est¨¢ sujeto a los mismos est¨¢ndares que Meta, que tiene 250 millones, o TikTok, con 142. No tiene la obligaci¨®n de compartir datos con la competencia, demostrar que no se favorece a s¨ª mismo o justificar la forma en que operan sus algoritmos, suscripciones y negocios comerciales. Pero s¨ª entra en la categor¨ªa de VLOP (plataforma online muy grande), con la obligaci¨®n de tomar medidas para prevenir la propagaci¨®n de contenido ilegal y desinformaci¨®n, y proporcionar informaci¨®n clara sobre sus pol¨ªticas de moderaci¨®n de contenido, incluyendo c¨®mo funcionan sus algoritmos y sistemas de recomendaci¨®n.
Hace un a?o que la Comisi¨®n abri¨® una investigaci¨®n formal contra X por sospechas de infracciones en todos esos ¨¢mbitos. Esta semana, el legislador Damian Boeselager, de Los Verdes alemanes, pregunt¨® en carta abierta a la comisaria europea de Soberan¨ªa Tecnol¨®gica, Henna Virkkunen, si el algoritmo de X cumple los requisitos de transparencia de la DSA. Son peticiones relevantes, despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional rumano anulara el resultado de unas elecciones presidenciales por la evidencia de una campa?a de intoxicaci¨®n. Pero tambi¨¦n peligrosas, mientras Europa no tenga una estrategia unificada europea para garantizar la integridad electoral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.