La ilustraci¨®n oscura llega a Europa
M¨¢s all¨¢ de sus afinidades racistas con la ultraderecha, Musk ataca al Estado de bienestar porque pretende expandir sus negocios privados con dinero p¨²blico
Hace unos d¨ªas, Alternativa para Alemania (AfD) difundi¨® un v¨ªdeo electoral en el que se ve a azafatas y pilotos muy germ¨¢nicos celebrando por todo lo alto la deportaci¨®n masiva de migrantes racializados. El nacionalismo ¨¦tnico es un puntal esencial en la pol¨ªtica de ...
Hace unos d¨ªas, Alternativa para Alemania (AfD) difundi¨® un v¨ªdeo electoral en el que se ve a azafatas y pilotos muy germ¨¢nicos celebrando por todo lo alto la deportaci¨®n masiva de migrantes racializados. El nacionalismo ¨¦tnico es un puntal esencial en la pol¨ªtica de la extrema derecha europea, especialmente en Alemania y en Austria.
El pasado d¨ªa 9, Elon Musk entrevist¨® a Alice Weidel, la lideresa de AfD, a la que admira por su pol¨ªtica migratoria restrictiva y porque, seg¨²n dice, representa la ¨²nica opci¨®n pol¨ªtica que quiere conservar la cultura y ¡°la identidad alemana¡±. Weidel ha seguido las tesis de H?cke, el mayor representante del etnonacionalismo dentro de AfD, apostando por un plan de ¡°reemigraci¨®n¡±, o sea, por la deportaci¨®n forzada de millones de migrantes y refugiados. Un concepto que procede de las nuevas derechas alemanas con el que se defiende una ciudadan¨ªa basada en criterios ¨¦tnicos de la que estar¨ªan excluidos tanto migrantes como alemanes de ra¨ªces extranjeras.
El racismo, el supremacismo blanco, incluso la eugenesia, laten con toda ferocidad en las propuestas que Musk potencia y difunde, tambi¨¦n en Europa.
Parece haber triunfado la vieja idea de que la igualdad no solo no es posible, por antinatural, sino que ni siquiera es deseable, aunque ahora el darwinismo social lo lideran consejeros delegados y magnates tecnol¨®gicos que pretenden actuar de manera opaca, sin escr¨²pulos y con total impunidad. Una ¨¦lite tecnocapitalista alineada con la neorreacci¨®n (NRx) y las tesis de la ilustraci¨®n oscura popularizadas, entre otros, por Curtis Yarvin y Nick Land. Tesis que podr¨ªan sustanciarse, al menos, en un par de puntos claves.
Uno. Paleolibertarismo, para combinar el dogmatismo de mercado con posiciones reaccionarias e identitarias. O sea, profamilismo, pronatalismo y teor¨ªa del gran reemplazo. Una teor¨ªa seg¨²n la cual solo hay que fomentar la reproducci¨®n de ciertas razas y/o clases sociales para evitar que sean ¡°otros¡± (inferiores) los que nos acaben colonizando. El ¡°paleolibertarismo¡± exige el socavamiento del Estado con la finalidad de fortalecer instituciones sociales m¨¢s ¡°amigables¡±, como las iglesias, las familias y las empresas, de manera que el Estado solo debe garantizar el orden (natural) que ofrecen las tradiciones y el mercado, recurriendo al uso de la fuerza si es preciso.
Dos. Aceleracionismo y jibarizaci¨®n del Estado. Menos gasto p¨²blico y menos protecci¨®n social. Se trata de eliminar la esperanza de que las cosas mejoren para que la supervivencia exija que a los ¡°otros¡± les vaya peor. Cuando la idea de la nave tierra se sustituye por la del bote salvavidas, la ausencia de futuro y el nihilismo, solo cabe la solidaridad negativa, que no se construye para nosotros sino contra los dem¨¢s. Normalmente, en estos casos siempre hay un ingrediente racista, de car¨¢cter emocional, que no necesita justificaci¨®n.
Las emociones juegan aqu¨ª un papel tan relevante que son las ¨²nicas que dotan de credibilidad a la pol¨ªtica. Por eso, lo que es verdad o mentira no genera ning¨²n inter¨¦s. Lo interesante son las emociones que despiertan. Todo el mundo sabe que los inmigrantes haitianos no roban mascotas en Springfield (Ohio) para com¨¦rselas¡ pero no importa. No importan ni las falsedades ni las contradicciones. Que Weidel viva en pareja con otra mujer, originaria de Sri Lanka, y con dos hijos en com¨²n, defienda la familia tradicional y rechace la inmigraci¨®n, o que haya llegado a sostener que Hitler era comunista, aumenta las posibilidades para AfD. La cuesti¨®n es que cada uno crea lo que quiera creer.
Trump ha abierto las puertas de la Casa Blanca al ala m¨¢s reaccionaria de Silicon Valley y su simple victoria sirve ya para generar dudas sobre el mism¨ªsimo sistema democr¨¢tico. Hoy, las mayor¨ªas se debaten entre la democracia liberal y una tiran¨ªa autoritaria o aristocr¨¢tica que les ofrezca protecci¨®n. La neorreacci¨®n (NRx) apuesta por un mundo gobernado por grandes corporaciones con poder ilimitado. Rechaza el igualitarismo y las posiciones seg¨²n las cuales caminamos hacia un horizonte de mayor libertad. Y considera que esa libertad es tendencialmente incompatible con un sistema democr¨¢tico. De hecho, son los sistemas de vigilancia que planea Musk, por ejemplo, los que podr¨ªan proporcionarnos mayor seguridad.
Las tesis tecnolibertarias, lideradas por algunos de los reyes fil¨®sofos de la NRx, apuntan al binomio Trump-Musk como l¨ªderes de este tecnoautoritarismo y favorecen la concentraci¨®n irrestricta de poder que, seg¨²n ellos, se necesita para gobernar y prosperar.
Las injerencias de Musk en la pol¨ªtica europea preparan el camino para la imposici¨®n sin paliativos de este sistema y se han centrado en pa¨ªses que atraviesan situaciones cr¨ªticas. En el Reino Unido, Musk ha apoyado a Farage y al agitador ultra encarcelado Tommy Robinson, con campa?as difamatorias y promesas de grandes desembolsos. En Alemania, ha impulsado a AfD y ha hostigado a socialdem¨®cratas y democristianos, en la idea de que AfD es ¡°la ¨²ltima chispa de esperanza¡± para esa naci¨®n, que, seg¨²n dijo, ¡°est¨¢ al borde del colapso econ¨®mico y cultural¡±.
Est¨¢ claro que, m¨¢s all¨¢ de sus afinidades ideol¨®gicas con AfD, Musk tiene intereses econ¨®micos clave en Alemania, donde Tesla cuenta con su ¨²nica f¨¢brica europea de autom¨®viles. En EE UU ha recibido millones de d¨®lares en contratos y subsidios federales, y ahora espera estar al frente del DOGE (por las siglas en ingl¨¦s de Departamento de Eficiencia Gubernamental), que se encargar¨¢ de decidir d¨®nde y c¨®mo gastar el dinero p¨²blico. Su idea es expandir sus negocios privados con dinero p¨²blico.
Por supuesto, Musk-Trump no forman parte de la soluci¨®n, sino del problema. Ambos han contribuido notablemente a la debilidad alemana. La posici¨®n de fuerza de la que Musk se ha dotado para promocionar sus coches el¨¦ctricos y los aranceles de Trump van a arrastrar a Alemania a una crisis devastadora que se sumar¨¢ a la crisis energ¨¦tica en la que est¨¢ instalada desde la guerra de Ucrania. El posible abandono de la OTAN por parte de EE UU o el control f¨¦rreo que ejercer¨¢ sobre ella la obligar¨¢n, adem¨¢s, a derivar parte de sus recursos a la pol¨ªtica de defensa. Seg¨²n las previsiones de la Comisi¨®n Europea, Alemania obtendr¨¢ p¨¦simos resultados econ¨®micos en un futuro pr¨®ximo y eso ha extendido el miedo, la angustia y la baja autoestima por todo el pa¨ªs.
La legislaci¨®n europea resulta totalmente ineficiente y lenta para surfear esta ola. No est¨¢ preparada para contener esta revoluci¨®n tecnopol¨ªtica ni para adaptarse a su velocidad. Los jueces en Brasil han reaccionado contra los bulos y las manipulaciones de la red X y han presionado a Mark Zuckerberg para que explique el fin de sus verificaciones. Pero mucho me temo que la Comisi¨®n Europea no va a poder resistir al antiglobalismo globalista de Musk. De momento, ha optado por banalizarlo mostrando grandes dosis de impotencia. Francia y Polonia le han exigido un control m¨¢s vigoroso, pero los expedientes de infracci¨®n de las grandes plataformas digitales duermen el sue?o de los justos. Una legislaci¨®n compleja de aristas desconocidas y largos procesos burocr¨¢ticos arrojan una imagen kafkiana de la pol¨ªtica europea, con tintes ocres, m¨¢s decimon¨®nicos que futuristas. Por lo dem¨¢s, la capacidad de la UE de imponer sanciones puede quedar muy debilitada si son las compa?¨ªas las que controlan el Consejo Europeo. M¨¢s que en sanciones, Europa deber¨ªa pensar en crear infraestructuras propias, p¨²blicas y competitivas con las que plantar cara al poder plutocr¨¢tico que nos acecha¡ Lamentablemente, no parece que eso vaya a ocurrir.
M¨¢s informaci¨®n
El debate | ?Se mide con precisi¨®n la pobreza en Espa?a?
Noah, 1; Elon, 0
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