Instrucciones para controlar a la prensa
Con frecuencia, la ¨²nica manera de entender el lenguaje pol¨ªtico y empresarial es asumir que significa lo contrario de lo que parece
Las apariencias enga?an de muchas maneras: unas veces porque ocultan cosas y otras porque las muestran tan claramente que no te las crees. Con frecuencia, la ¨²nica manera de entender el lenguaje pol¨ªtico y empresarial es asumir que significa lo contrario de lo que parece. Por ejemplo, ¡°democratizar la justicia¡± es cambiar los mecanismos para que los jueces sean ideol¨®gicamente m¨¢s cercanos al Gobierno que promueve la reforma. ¡°Transparencia¡± significa ¡°opacidad¡± en la mayor¨ªa de los casos y los ¡°observatorios¡± se crean para que nadie vea nada. Los poderosos magnates tecnol¨®gicos que hacen de cheerleaders de Trump muestran su dependencia: imagina ser tan rico y tragarte bodrios como la inauguraci¨®n presidencial. L¨ªderes del capitalismo planetario buscan un Estado que proteja sus intereses frente a otros: temen la regulaci¨®n. Como ha explicado V¨ªctor J. V¨¢zquez, a veces Schmitt vence a Marx y una empresa poderosa debe ceder ante un Estado (o una federaci¨®n de Estados, como la UE).
Otras veces se enga?a con la verdad, siguiendo la f¨®rmula de Lope de Vega o la de Groucho Marx (habla como un idiota, act¨²a como un idiota pero no se f¨ªe: es un idiota). Las propuestas para controlar a la prensa persiguen controlar a la prensa. La maniobra tiene algo de regate o lance de boxeo. Primero anuncias cambios legales. Se justifica con buenas intenciones (o Europa, que es lo mismo) y se emplea para intimidar. Hay debates sobre l¨ªmites constitucionales, discusiones deontol¨®gicas, declaraciones grandilocuentes, alarma y navajeo. Pero el poder, auton¨®mico o central, tiene un instrumento m¨¢s manejable que la legislaci¨®n, y no digamos si est¨¢s en minor¨ªa: el dinero, de manera directa e indirecta, en campa?as institucionales (el Gobierno ha anunciado que prev¨¦ una inversi¨®n de 160 millones de euros este a?o) o iniciativas puntuales. Las excusas se encuentran: se crean ayudas para la digitalizaci¨®n (en 2024) o para corregir un ¡°fallo de mercado¡±. Una evoluci¨®n posible es formar una asociaci¨®n de grandes editores: servir¨ªa de interlocutor a la Administraci¨®n, contar¨ªa con alg¨²n voluntarioso paraguas de la ¡°sociedad civil¡± (otra expresi¨®n que conviene entender al rev¨¦s) y elaborar¨ªa un c¨®digo de buenas pr¨¢cticas. Las ayudas estar¨ªan condicionadas a su cumplimiento, que evaluar¨ªa la propia asociaci¨®n: m¨¢s o menos un c¨¢rtel, ahora de los buenos. Pero falta otro movimiento: cuando los medios hayan asumido esa intervenci¨®n, por simpat¨ªa o necesidad, con esp¨ªritu resignado o ¨¢nimo entusiasta, llega tambi¨¦n el cambio legal.
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