Eternos olvidados
Los lectores escriben sobre las ayudas a domicilio para mayores, las barreras laborales de los j¨®venes, la red social X, y la nostalgia por Espa?a
Las experiencias pasadas siguen sin hacernos aprender nada. Cre¨ªa que despu¨¦s de lo que se hizo con los ancianos en la pandemia, nuestros dirigentes estar¨ªan atentos a todo lo que les pudiera acontecer para que su bienestar no fuera m¨¢s veces vapuleado. Pero me equivoqu¨¦. En la Comunidad de Madrid nuestros familiares llevan bastante tiempo con sus ayudas a domicilio en huelga, con servicios m¨ªnimos. Esto conlleva una disminuci¨®n en su calidad de vida. Apoyo el motivo de la huelga; las trabajadoras tienen unas condiciones laborales ¨ªnfimas (sueldo, cantidad de usuarios...) y digo trabajadoras porque en un 99% son mujeres (qu¨¦ raro). Pero no entiendo c¨®mo este problema se puede alargar en el tiempo sin que nadie mueva un dedo. Tal vez el no saber usar las redes sociales las est¨¦ condenando a la penumbra. Demos voz a lo importante y dejemos las tonter¨ªas que invaden nuestra sociedad dormida.
Laura Torvisco P¨¦rez. Madrid
La barrera de los j¨®venes
Llega un punto en la vida de muchos j¨®venes en que deciden ser independientes y pagar sus propios gastos para ser autosuficientes. Lo ideal es comenzar con un trabajo en hosteler¨ªa o como repartidor y as¨ª poder cobrar mientras estudias. Lo ideal no es parecido a la realidad. Muchas de estas personas no tienen una base de experiencia a la altura para poder rellenar el curr¨ªculum y cuando llegan a las empresas, se las rechaza. Es un problema que se podr¨ªa solucionar con programas de inserci¨®n laboral m¨¢s eficientes y con servicios de orientaci¨®n profesional que, adem¨¢s, den incentivos a las empresas que ofrezcan contratos a candidatos sin experiencia.
Giulia Venditto. Castelldefels (Barcelona)
Pararlo para bajarse
A consecuencia del comportamiento poco ¨¦tico y nada democr¨¢tico de Elon Musk, due?o de la red social X, se ha abierto un debate sobre si se ha de abandonar dicha red. Varias administraciones p¨²blicas han optado por ello. Otras posturas defienden lo contrario. Ambas son respetables. Soy partidario de no utilizar las redes sociales cuando manipulan la informaci¨®n. Tampoco veo l¨®gico que las instituciones p¨²blicas hagan sus comunicados oficiales a trav¨¦s de estos medios. Pero creo que el darse de baja supone m¨¢s un castigo hacia su propietario por cuestiones ideol¨®gicas que el verdadero da?o que se le pueda ocasionar. El mundo va muy deprisa y pararlo para bajarse resulta muy complicado. Imposible dir¨ªa yo.
Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez P¨¦rez. Palencia
Amar desde la distancia
Todos los d¨ªas, como si de un amor rom¨¢ntico se tratase, reniego un poco de Espa?a. Aunque no la lleve en una pulsera, llevo la patria en los libros de Almudena Grandes, en el significado que nos dio Miguel de Molina de la palabra valent¨ªa. La llevo cantando bajito a Roc¨ªo Jurado en un tranv¨ªa holand¨¦s; en el amor que viv¨ª en Granada, y en mi abuela recordando lo que fue la lucha por la libertad. En una mochila de emigrante que guarda un libro de Miguel Hern¨¢ndez y echa de menos decir ¡°te amo¡± con palabras espa?olas y siempre mirando a los ojos. Aunque todos los d¨ªas discuta con ella, la amo igual o m¨¢s que otros.
Dar¨ªo P¨¦rez Rodr¨ªguez. ?msterdam