So?¨¦ que era Musk
Lo que el magnate quiere no es arruinar a la humanidad, lo cual es malo, sino salvarla por s¨ª solo, lo cual es tr¨¢gico
Elon Musk ha cumplido mi sue?o de adolescencia. No, no era ser la persona m¨¢s rica del mundo. Tampoco inventar cohetes para ir a Marte o los coches m¨¢s r¨¢pidos y sostenibles del mundo. Ni revolucionar la inteligencia artificial ni crear el primer humano bi¨®nico con chips cerebrales. No, yo solo quer¨ªa reformar la burocracia, como ahora pretende Musk. Porque siempre pens¨¦ que, sin una administraci¨®n p¨²blica eficiente...
Elon Musk ha cumplido mi sue?o de adolescencia. No, no era ser la persona m¨¢s rica del mundo. Tampoco inventar cohetes para ir a Marte o los coches m¨¢s r¨¢pidos y sostenibles del mundo. Ni revolucionar la inteligencia artificial ni crear el primer humano bi¨®nico con chips cerebrales. No, yo solo quer¨ªa reformar la burocracia, como ahora pretende Musk. Porque siempre pens¨¦ que, sin una administraci¨®n p¨²blica eficiente, las leyes m¨¢s progresistas son papel mojado.
?Qu¨¦ motiva a Musk? No creo que sea el dinero. Le gusta. Y mucho. De ah¨ª que, mientras acusa a Sam Altman de corromper el esp¨ªritu altruista de OpenAI, ¨¦l mismo tenga una empresa de IA con ¨¢nimo de lucro. Pero un personaje como Musk no se mueve por, como dijo nuestro presidente, el ¡°todo por la pasta¡±. Es mucho peor.
Ojal¨¢ los par¨¢metros econ¨®micos hubieran guiado a Musk en los ¨²ltimos a?os. Como en su ruinosa compra de Twitter, por encima de la tasaci¨®n de mercado, y su ruinosa gesti¨®n, que le ha hecho perder el 80% del valor. Y, con su apoyo a los ultras en Europa est¨¢ conduciendo a sus coches a la extinci¨®n. Las ventas de Tesla caen en todo el continente, llegando a un 60% en Francia o Alemania.
Lo que hace a Musk levantarse cada ma?ana de la cama (o del sof¨¢ o del cofre con tierra de Transilvania donde sus huesos hallan un liviano descanso diario), no es el dinero, sino una idea. No quiere arruinar por su cuenta a la humanidad, lo cual es malo, sino salvarla por s¨ª solo, lo cual es tr¨¢gico. Musk est¨¢ enfrascado en una misi¨®n redentora de nuestra especie. ?l rescatar¨¢ nuestros cuerpos enfermos con implantes cerebrales; nuestro planeta contaminado, con transporte el¨¦ctrico (mientras planea una mudanza global a otro rinc¨®n de la galaxia); nuestras mentes intoxicadas, con la libertad de expresi¨®n de X.
Y ahora le toca el turno al Gobierno estadounidense. Y se ha puesto con tal celo que, m¨¢s que reformar la administraci¨®n, la est¨¢ vandalizando ¡ªla expresi¨®n es del Financial Times, poco sospechoso de izquierdista¡ª. Ciertamente, goza de un mandato electoral para recortar. Seg¨²n Gallup, un 55% de estadounidenses creen que el Estado hace demasiado, por un 41% que querr¨ªan que hiciera m¨¢s. Indudablemente, tiene talento para recortar, como lo ha demostrado en muchas empresas. Pero el sector p¨²blico es harina de otro costal. Y Musk no cumple los criterios de las reformas exitosas: planificaci¨®n, complicidad con los afectados, transparencia y control. Ninguna cabeza solitaria ha reconfigurado toda una administraci¨®n desde Napole¨®n. Y aquello no acab¨® bien.