C¨®mo el par¨¢sito de la malaria se burla una y otra vez del ser humano
Una investigaci¨®n analiza c¨®mo es capaz de adaptarse a las herramientas externas de defensa o protecci¨®n empleadas por el ser humano para evitar la enfermedad. Un nuevo insecticida tampoco funciona
El mundo cambia de manera continua y con ¨¦l, la capacidad de los mosquitos para adaptarse a las transformaciones del ambiente. En armon¨ªa con el planeta y su h¨¢bitat, estos insectos innovan su maquinaria molecular y consiguen resistir a algunas de las herramientas de defensa o protecci¨®n empleadas por el ser humano, por muy novedosas que estas sean. Es lo que ocurre con los nuevos insecticidas que se aprueban contra la malaria. La familia de mosquitos Anopheles, vectores de esta enfermedad que se cobra la vida de unas 400.000 personas y puede infectar hasta 100 veces a un adulto cada a?o, se burla de los insecticidas y consigue que su poblaci¨®n crezca y se fortalezca.
El nuevo compuesto, llamado clotianidina y aceptado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud hace apenas dos a?os, no ha superado la prueba tampoco. Un grupo de cient¨ªficos del CRID (Centro de Investigaci¨®n de Enfermedades Infecciosas de Camer¨²n) concluye que ya no es eficiente para evitar la enfermedad.
Que esto ocurra no sorprende a la comunidad cient¨ªfica, pues no es la primera vez que pasa ¡ª60 pa¨ªses ya informaron de ello a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en 2010¡ª. Explica Carlos Chaccour, investigador y m¨¦dico especialista en la enfermedad de la malaria en el Instituto de Salud Global de Barcelona y en el Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra, que los mosquitos est¨¢n expuestos a este compuesto qu¨ªmico desde hace tiempo, ya que se utiliza en la agricultura. ¡°El problema es que estamos bebiendo de fuentes secundarias. Nuestros insecticidas vienen de fuera, de la agricultura, y no creamos nuestra propia mol¨¦cula¡±, a?ade.
La clotianidina tiene un mecanismo diferente a los otros insecticidas en uso. Es un producto de acci¨®n lenta y no mata de inmediato, pero su utilidad en la salud p¨²blica es importante. La idea es combinar o rotar los compuestos para alcanzar una mayor eficiencia y que los mosquitos no se acostumbren a cada uno de ellos ni a las mezclas. ¡°Este insecticida no sustituye a ninguno que ya existe, pero se a?ade al arsenal¡±, espec¨ªfica Chaccour.
Bajo el punto de vista de Elena G¨®mez D¨ªaz, investigadora del Instituto de Parasitolog¨ªa y Biomedicina L¨®pez Neyra (IPBLN-CSIC), hay que entender que todas estas acciones en contra del vector o del par¨¢sito, desde la utilizaci¨®n de insecticidas hasta medicamentos antimalaria, introducen cambios en el ambiente. ¡°Y eso puede que se vuelva en contra de nosotros¡±, advierte la experta. ¡°Quiz¨¢s somos nosotros los que creamos esta resistencia¡±, remata. Pero ?qu¨¦ pasa realmente en el entorno natural? ?C¨®mo es capaz de adaptarse este mosquito? ?Por qu¨¦ el par¨¢sito tiene tanta plasticidad?
El que innova, gana
Para contestar a todas estas preguntas y porque estos productos qu¨ªmicos tampoco son muy amigables con el medio ambiente, G¨®mez D¨ªaz lleva a cabo un proyecto, reci¨¦n financiado por la Fundaci¨®n La Caixa que busca entender la maquinar¨ªa molecular del par¨¢sito. Para ello, los colaboradores de este proyecto en Mal¨ª van a comenzar una misi¨®n en este mes de octubre, durante la ¨¦poca de mayor transmisi¨®n de la malaria en la zona: obtener muestras de sangre de los ni?os entre 5 y 12 a?os ¨Dlos m¨¢s vulnerables frente al paludismo¨D y aislar los par¨¢sitos. ¡°Lo que haremos luego es infectar mosquitos y aislar sus c¨¦lulas a diferentes etapas para identificar las diferencias¡±, relata.
Hay dos tipos de poblaciones de mosquitos, los heterog¨¦neos y los homog¨¦neos. Los que est¨¢n, en definitiva, acostumbrados a vivir con cambios de ambiente y los que no. ¡°Los primeros son los que r¨¢pidamente se van a sobreponer a nuestra herramienta porque est¨¢n acostumbrados a modificaciones¡±, explica. Como dice Chaccour, ¡°esto es como una guerra de armas¡±. El que innova, gana. Pero el mayor problema para ¨¦l cuando se habla de la malaria se resume en dos palabras muy parecidas: la resistencia y la reticencia. ¡°No solo hay que fijarse en los insectos. Su resistencia tambi¨¦n puede ser causada por la reticencia de otros en actuar y aprobar alternativas¡±, asume.
Fredros Okumu, experto en erradicaci¨®n del paludismo y director de Ciencia en el Instituto de Salud Ifakara, insiste tambi¨¦n en que es imprescindible buscar otras soluciones y vincular la agricultura con la salud global. ¡°Se tienen que analizar juntas. Es muy normal que los insecticidas destinados para la agricultura puedan servir m¨¢s tarde para prevenir la transmisi¨®n de enfermedades infecciosas¡±, comenta. Para ¨¦l, es posible encontrar alternativas como mejoras en las viviendas, mosquiteras sin insecticidas y que el uso de estos compuestos sea tan solo temporal y, sobre todo, juicioso. ¡°Estoy convencido de que podemos encontrar herramientas libres de estos productos, durables y sostenibles¡±, concluye.
A qui¨¦n transmite y a qui¨¦n no
Marta Moreno Leirana, investigadora del Departamento de Biolog¨ªa de Infecciones en la Escuela de Medicina e Higiene Tropical de Londres (Reino Unido), cree que la mejor opci¨®n no es tanto buscar m¨¢s insecticidas, sino combinar herramientas de distinta ¨ªndole y, sobre todo, adaptarlas a cada contexto, pues lo que ocurre en ?frica no tiene nada que ver con lo que pasa en Latinoam¨¦rica. En un sitio, los insectos pican en casas; en otros lugares, fuera de ellas. ¡°Pero igualmente, aunque se pongan mosquiteras en las viviendas, ellos sabr¨¢n adaptarse y empezar¨¢n a infectar en el exterior, all¨¢ d¨®nde est¨¦ el ser humano¡±, advierte la experta. El mayor obst¨¢culo para ella es el diagn¨®stico de la enfermedad y, por ello, est¨¢ en un proyecto en Gambia en el cual analiza la din¨¢mica de la transmisi¨®n de malaria, el reservorio del par¨¢sito y su inefectividad a mosquitos.
El estudio explora el efecto que tienen distintas intervenciones enfocadas en el reservorio humano de Plasmodium falciparum en la reducci¨®n de transmisi¨®n de malaria, como por ejemplo detecci¨®n precoz de la infecci¨®n y tratamiento."Analizamos tambi¨¦n la sangre de pacientes donde la infecci¨®n no supera los tres d¨ªas y por lo tanto no ha sido suficiente para transmitir la enfermedad. Tambi¨¦n tenemos en cuenta diferentes zonas donde var¨ªa la prevalencia y la densidad de los par¨¢sitos en la sangre", detalla Moreno.
Otro punto crucial que investiga la bi¨®loga y que guarda semejanzas con la crisis sanitaria actual por el nuevo coronavirus es averiguar a qui¨¦n se transmite, a qui¨¦n no y ver c¨®mo influye la edad del paciente. Estos elementos van de la mano con la presencia de asintom¨¢ticos, que causan problemas e incertidumbres. Por ejemplo, si el mosquito pica a un asintom¨¢tico y luego a otra persona, ?c¨®mo rastrear la l¨ªnea de contagios y prevenir unos nuevos? ?Y qu¨¦ tratamiento dar a los asintom¨¢ticos para prevenir esta discontinuidad?
Adem¨¢s, aunque la principal v¨ªa de transmisi¨®n de la malaria es a trav¨¦s de un mosquito infectado, tambi¨¦n puede darse por transfusi¨®n sangu¨ªnea o donaci¨®n de ¨®rgano por alguien que padezca la enfermedad. ¡°Necesitamos pruebas moleculares para que el diagn¨®stico sea fiable y ahora necesitamos saber c¨®mo tratar a los asintom¨¢ticos y ver qu¨¦ papel tienen en la cadena¡±, concluye.
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