Dejen a las mujeres en paz
La participaci¨®n femenina en las negociaciones para la resoluci¨®n de conflictos garantiza acuerdos m¨¢s duraderos, seg¨²n la ONU. Pero ni su presencia ni sus derechos est¨¢n bien representados 20 a?os despu¨¦s de la Resoluci¨®n 1325 del Consejo de Seguridad que instaba a ello
Llegaron en camiones mientras las ni?as dorm¨ªan. Entraron en el internado, saquearon la despensa y las reservas de combustible. Pero la comida y la gasolina no fue lo ¨²nico ni lo m¨¢s valioso que usurparon. No se marcharon solos, los terroristas de Boko Haram secuestraron a 276 estudiantes del instituto situado en la localidad de Chibok, en el Estado nigeriano de Borno. Sucedi¨® el 14 de abril de 2014, pero su historia todav¨ªa no ha terminado: 56 de ellas lograron escapar inmediatamente, se desat¨® una ola de indignaci¨®n internacional que se materializ¨® en el movimiento #BringBackOurGirls (devuelvan a nuestras ni?as) al que se sumaron famosos y pol¨ªticos en redes sociales para pedir la liberaci¨®n de las peque?as, 100 fueron rescatadas despu¨¦s mediante intercambios de prisioneros, algunas hab¨ªan tenido hijos o estaban embarazadas de sus captores. En esa existencia de violaciones, despojo de derechos y deshumanizaci¨®n viven todav¨ªa otras 112 de las alumnas de Chibok, seg¨²n c¨¢lculos de las organizaciones, aunque no se sabe su n¨²mero exacto ni destino cierto. M¨¢s los miles como ellas para las que no hay tanta atenci¨®n, pero s¨ª el mismo sufrimiento. Sin infancia, obligadas a ser esposas, trofeos, objetos sexuales, madres.
¡°Que nuestros cuerpos sean campos de guerra es muy antiguo. No empez¨® en el siglo XX. Sucede desde que hay guerras y conflictos, y dominaci¨®n masculina sobre los cuerpos femeninos¡±, recuerda Elizabeth Odio Benito, presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La espec¨ªfica y ancestral violencia que sufren las mujeres y las ni?as como las de Chibok en los conflictos fue, sin embargo, por primera vez oficialmente reconocida por la ONU el 31 de octubre del 2000, en la Resoluci¨®n 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad. ¡°Fue un hito¡±, asegura la jueza, pol¨ªtica y abogada costarricense, en la sesi¨®n inaugural de las jornadas conmemorativas del 20 aniversario organizadas esta semana por Instituto Universitario de Estudios de la Mujer de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM).
¡°La Resoluci¨®n 1325 es importante porque hace visible el impacto diferenciado de los conflictos en las mujeres. No son neutros en cuanto al g¨¦nero y eso se constata en la violencia sexual, pero tambi¨¦n en la vulneraci¨®n de derechos econ¨®micos y civiles", reflexiona Cristina S¨¢nchez, profesora de Filosof¨ªa del Derecho en la UAM y co-organizadora de las conferencias. Pero esta resoluci¨®n es mucho m¨¢s. ¡°Se subraya la importancia de incluir a las mujeres en los procesos de paz. No se las considera ¨²nicamente v¨ªctimas, sino tambi¨¦n agentes de cambio¡±, agrega la experta.
Que nuestros cuerpos sean campos de guerra es muy antiguo. No empez¨® en el siglo XX. Sucede desde que hay guerras y conflictosElizabeth Odio Benito, presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
Con motivo del 20 aniversario de la 1325, la ONU ha presentado un informe de seguimiento ante el Consejo de Seguridad este viernes. Los datos en ¨¦l recogidos dan pocos motivos para la celebraci¨®n. ¡°A pesar de las excelentes iniciativas y los avances logrados, queda mucho por hacer. Cuando las mujeres participan en las negociaciones, la paz es m¨¢s duradera; pero normalmente quedan excluidas y relegadas a espectadoras. Y son los hombres los que deciden el futuro de todos¡±, ha expuesto contundente Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres en esa sesi¨®n, emitida en directo en v¨ªdeo. Seg¨²n el estudio, entre 1992 y 2019, solo el 13 % de los negociadores, el 6 % de los mediadores y el 6 % de los signatarios de los principales procesos de paz en todo el mundo eran mujeres. Y entre 1995 y 2019, el porcentaje de acuerdos con disposiciones sobre la igualdad de g¨¦nero pas¨® apenas del 14 % al 22%.
¡°Hace 20 a?os este Consejo recogi¨® el llamamiento del movimiento de las mujeres y lo trajo al nivel global con la Resoluci¨®n 1325. Ahora tenemos que considerar los problemas en la aplicaci¨®n¡±, ha exhortado Mlambo-Ngcuka. La implementaci¨®n es la asignatura pendiente, como en tantos otros compromisos con la igualdad de g¨¦nero y el desarrollo global que tambi¨¦n han celebrado su aniversario este 2020, eclipsados por la covid-19. ¡°La participaci¨®n de las mujeres en los acuerdos no es necesaria porque ellas sean m¨¢s pac¨ªficas, sino por que son sujetos pol¨ªticos de derecho¡±, reclama S¨¢nchez. ¡°Y garantizan per¨ªodos de paz m¨¢s duraderos porque incluyen a la mitad de la poblaci¨®n. Por eso son m¨¢s exitosos¡±, explica la especialista. Constatado este beneficio, ?por qu¨¦ las mujeres siguen ausentes y sin voz ni voto en las mesas de negociaci¨®n? ¡°Falla lo mismo que en todos los ¨¢mbitos de la sociedad, tambi¨¦n en las democracias, por lo que no hay m¨¢s mujeres en el poder pol¨ªtico, econ¨®mico y cultural¡±. La desigualdad estructural es la respuesta.
No solo hay que aumentar la presencia de mujeres en los procesos de paz, anota S¨¢nchez, sino tambi¨¦n la perspectiva de g¨¦nero en todo el proceso: la prevenci¨®n de conflictos, el apoyo a las v¨ªctimas durante los mismos y en el per¨ªodo posterior de reconstrucci¨®n y reparaci¨®n. Seg¨²n el informe de ONU Mujeres, en julio de 2020, 85 Estados miembros (el 44 % de los integrantes de las Naciones Unidas) hab¨ªan trasladado la agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad a sus planes de acci¨®n nacionales, lo que supone un aumento con respecto a los 19 de 2010. Pero solo el 24 % inclu¨ªa un presupuesto para aplicarlos en el momento en que se aprobaron. ¡°Y carecen de mecanismos de rendici¨®n de cuentas. Son solo para el papel¡±, se queja Odio a este respecto. ¡°Las mujeres est¨¢n atrapadas en guerras de hombres. Tienen que defenderse sin fondos¡±, ha lanzado Mlambo-Ngcuka antes de que los representantes de los pa¨ªses en el Consejo de Seguridad hayan destacado su ¡°m¨¢s firme compromiso¡± con la Resoluci¨®n 1325.
Mientras estas conversaciones tienen lugar, ahora a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas, 2.000 millones de personas luchan por sobrevivir en zonas afectadas por conflictos armados en medio de una pandemia mundial que tambi¨¦n ha golpeado con dureza a la poblaci¨®n femenina, y que amenaza con revertir los lentos avances que se han conseguido hacia la igualdad de g¨¦nero. ¡°Las mujeres no pueden aceptar lo despacio que van las cosas y tampoco que vayamos hacia atr¨¢s. Han pasado 25 a?os desde la Plataforma de Acci¨®n de Pek¨ªn y seguimos teniendo promesas incumplidas. Eso es en lo que nos tenemos que centrar ahora¡±, ha pedido la directora de ONU Mujeres.
Para Zarqa Yaftali, directora ejecutiva de la Fundaci¨®n de Investigaci¨®n Jur¨ªdica de Mujeres y Ni?os de Afganist¨¢n, la necesidad de que se cumplan las promesas, sobre todo las de la Resoluci¨®n 1325, es muy real. ¡°Ahora es un momento crucial porque en septiembre han comenzado las conversaciones de paz entre los talibanes y el Gobierno para dar carpetazo a 40 a?os de conflicto. Hay cuatro mujeres en el quipo gubernamental, pero no es suficiente¡±, ha relatado. No se ha incluido a m¨¢s porque los talibanes rechazaron la presencia de mujeres en las negociaciones en el pasado. ¡°Incluso una sufri¨® un ataque¡±, ha recordado la activista. Les preocupa que los derechos de las mujeres, que les ha costado d¨¦cadas de esfuerzo alcanzar, sean ¡°moneda de cambio¡± en la negociaci¨®n ahora que ¡°ya no son lapidadas, ni obligadas a llevar burka y empiezan a prosperar como cineastas, conductoras, ministras o doctoras¡±. "Exhortamos a la comunidad internacional a ejercer sus responsabilidades para garantizar que ninguna de las partes restringe los derechos de las mujeres, civiles, humanos, econ¨®micos y pol¨ªticos, en modo alguno¡±, ha pedido firme al Consejo de Seguridad este viernes. ¡°Como mujer afgana estoy aqu¨ª para decirles que su papel en Afganist¨¢n es m¨¢s importante que nunca¡±.
Muchas ni?as se la juegan por ir a la escuela de cada d¨ªa. Trabajamos incansablemente para cambiar este pa¨ªs. Y nadie nos protegeZarqa Yaftali, activista afgana
El conflicto en Afganist¨¢n, ha continuado Yaftali, no solo ha matado a decenas de miles de sus compatriotas, sino que ha causado hambre y pobreza. ¡°Y ha repercutido en mujeres y ni?as: el 70% son analfabetas, el 35 % est¨¢n casadas antes de los 18 y m¨¢s del 80% han experimentado violencia de g¨¦nero. Y todo esto ha empeorado con la covid-19. Nuestra sociedad civil es v¨ªctima de amenazas y ataques. Muchas ni?as se la juegan por ir a la escuela de cada d¨ªa. Trabajamos incansablemente para cambiar este pa¨ªs. Y nadie nos protege¡±, ha concluido.
Finalmente, adem¨¢s de prestar especial atenci¨®n a la protecci¨®n de las mujeres en los conflictos e incrementar su participaci¨®n en los procesos de paz, hay un tercer desaf¨ªo pendiente: acabar con la impunidad de los cr¨ªmenes de guerra contra ellas cometidos, como la violaci¨®n y otras formas de violencia sexual. Aunque se han producido sentencias hist¨®ricas en este sentido, no solo 112 de las ni?as de Chibok siguen en paradero desconocido, sino tambi¨¦n sus secuestradores que, seg¨²n el derecho internacional, tendr¨ªan que rendir cuentas ante la justicia.
¡°Cuando cambiemos el rostro de la pol¨ªtica, aprendamos de las lecciones de d¨¦cadas de activismo de las mujeres, dediquemos m¨¢s presupuesto a los servicios sociales en lugar de armas, estaremos en condiciones de mantener la paz, superar la crisis clim¨¢tica, recuperarnos de esta pandemia o prevenir la pr¨®xima. Una respuesta a la covid que sea verdaderamente inclusiva representa una oportunidad transformadora para un mundo m¨¢s pac¨ªfico, sostenible y equitativo. Es hora de atender esta llamada¡±, ha terminado Mlambo-Ngcuka.
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