La tormenta perfecta que precede al hambre
Las orillas del Lago Chad est¨¢n ba?adas por la violencia de grupos extremistas, un clima cada d¨ªa m¨¢s impredecible y millones de personas que viven en la pobreza extrema. Esta es la cuarta y ¨²ltima historia de la serie ¡®Nutridas¡¯, del PMA, reci¨¦n galardonado con el Premio Nobel de la Paz
¡°Dejamos el pueblo porque ten¨ªamos miedo de que Boko Haram viniera a saquearlo y nos matara. Entre abuelos, t¨ªos y familia pol¨ªtica, somos casi 40 personas. Anduvimos diez d¨ªas hasta llegar a Kaya¡±, explica Hawa Kali. Huyeron poco despu¨¦s del ataque m¨¢s mort¨ªfero en suelo chadiano de Boko Haram, que dej¨® 100 muertos el pasado mes de marzo. ¡°La semana pasada, tuvimos que irnos de Kaya tambi¨¦n, porque no hab¨ªa nada para comer. Perdimos la cosecha a causa de la lluvia¡±.
Hawa Kali se desplaz¨® la primera vez por el conflicto y la segunda vez por un desastre natural en tan solo siete meses. Me cuenta su historia en la sombra menguante que proyecta su caba?a de paja, claramente improvisada. Sus palabras desprenden lo que es hoy el Lago Chad, una de las crisis humanitarias m¨¢s complejas de nuestro tiempo.
Hay asentamientos abandonados salpicados por toda la regi¨®n en los que solo quedan esqueletos de caba?as como la de Hawa Kali, restos de lonas rasgadas por el viento y bolsas de pl¨¢stico azules enmara?adas en los arbustos. Las familias del lago buscan sin tregua de un lugar tranquilo donde haya algo que comer. Solo dejan su rastro.
En el ¨²ltimo a?o, el n¨²mero de desplazados internos en la orilla chadiana del Lago Chad ha pasado de 169.000 a 297.000, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM). Juntos y revueltos, la degradaci¨®n medioambiental y el terrorismo contin¨²an exacerbando el hambre y la malnutrici¨®n. Los desplazados, los refugiados y cada vez m¨¢s aut¨®ctonos dependen de las canastas de alimentos que distribuye el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas para sobrevivir.
Mariam ha vivido toda la vida en Bol, la principal ciudad a orillas del lago en Chad. ¡°No es f¨¢cil dar de comer a los ni?os varias veces al d¨ªa, pero yo hago todo lo que puedo para que al menos tengan un almuerzo nutritivo y rico en vitaminas¡±. Ni ella ni su marido trabajan y su hija de siete meses sufre de malnutrici¨®n. ¡°Sin Boko Haram ya era complicado ganarse la vida por aqu¨ª, pero ahora hay mucha m¨¢s gente¡±.
El clima es cada vez m¨¢s indescifrable para los habitantes del Lago Chad
En el centro de salud, decenas de mujeres esperan sentadas bajo los ¨¢rboles, con las piernas cruzadas y los beb¨¦s patas arriba sobre las rodillas. Mariam es una de ellas. En esta ¨¦poca del a?o, justo antes de la cosecha, se disparan los casos de malnutrici¨®n y muchas madres acuden a recoger complementos nutricionales. Con m¨¢s personas y menos recursos, las redes de protecci¨®n comunitarias est¨¢n al borde del colapso.
Adem¨¢s, el clima es cada vez m¨¢s indescifrable para los habitantes del Lago Chad: a veces llueve cuando no debe, sube la temperatura hasta quemar las fosas nasales y cambia la disposici¨®n del lago, cubriendo y descubriendo islas diferentes cada d¨ªa, inundando terrenos de cultivo y secando lagunas que quedan inutilizables a causa del natr¨®n. Personas como Hawa Kali o Mariam ya no saben qu¨¦ plantar ni cu¨¢ndo, si deber¨ªan arriesgarse a pescar en las islas ¨Ddonde podr¨ªa esconderse Boko Haram¨D, o si dejar el lago de una vez por todas.
Es el pez que se muerde la cola. Por un lado, la violencia continua e indiscriminada de Boko Haram impide que los habitantes del lago se adapten a las nuevas condiciones medioambientales. Por otro, la extrema pobreza y el hambre provocados por el clima hostil empujan a algunos a unirse a grupos armados. En el Lago Chad, el cambio clim¨¢tico es un actor m¨¢s de la guerra.
Mar¨ªa Gallar S¨¢nchez es responsable de comunicaci¨®n del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas en Chad. Su campa?a NUTRIDAS, con apoyo de la ayuda humanitaria de la Uni¨®n Europea, nos acerca las historias de cuatro mujeres que luchan contra la malnutrici¨®n en este pa¨ªs africano.
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