Innovar para comer
La crisis provocada por la pandemia ha mostrado el papel central de los sistemas alimentarios en las econom¨ªas y en el bienestar de la poblaci¨®n
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Hace un a?o, todav¨ªa no alcanz¨¢bamos a sospechar la gravedad de la crisis que se nos ven¨ªa encima. La respuesta a la pandemia ha desencadenado una movilizaci¨®n de recursos sin precedentes que incluye paquetes de est¨ªmulos por cerca de 10 billones de euros a nivel mundial. De estos, algo m¨¢s del 6% corresponden a medidas de protecci¨®n social que han amortiguado el impacto sobre el derecho a la alimentaci¨®n de amplios grupos de poblaci¨®n, cuyos ingresos han disminuido o desaparecido, y han permitido que los flujos de los sistemas alimentarios se mantengan bastante estables. Las ¨²ltimas estimaciones indican que, como consecuencia de la covid-19, en 2020 la econom¨ªa mundial se contrajo en un 4,3%, creci¨® la pobreza ¨Den cerca de 90 millones de personas¨D y aument¨® el hambre, con 130 millones de personas subalimentadas m¨¢s.
Esta semana se celebra la 47 sesi¨®n plenaria del Comit¨¦ Mundial de Seguridad Alimentaria, inicialmente prevista para octubre de 2020. Como ocurri¨® con muchas otras actividades, la pandemia oblig¨® a modificar su calendario y entr¨® en su agenda. Un punto central de la plenaria ser¨¢ la discusi¨®n, eventual aprobaci¨®n y adopci¨®n de las Directrices voluntarias sobre los sistemas alimentarios y la nutrici¨®n, instrumento que proveer¨¢ de orientaciones de pol¨ªticas para una transici¨®n hacia unos sistemas alimentarios m¨¢s sostenibles e inclusivos. En paralelo, se abrir¨¢n debates con la mirada puesta en una salida de la crisis, explorando soluciones que consideren la equidad de g¨¦nero y las necesidades de los peque?os productores y los grupos m¨¢s golpeados por la misma. Estas discusiones abordar¨¢n la protecci¨®n del derecho humano a una alimentaci¨®n adecuada para un sistema alimentario sostenible.
La calidad y potencia de la respuesta ser¨¢ determinante para acortar el sufrimiento causado por la crisis. En esta ocasi¨®n, la respuesta a corto plazo ha sido mucho m¨¢s potente que en crisis anteriores, y debemos felicitarnos por ello. Pero, adem¨¢s, necesitamos una respuesta que permita reducir velozmente la pobreza y el hambre. Si no adoptamos medidas mucho m¨¢s ambiciosas, en 2030 la poblaci¨®n padeciendo subalimentaci¨®n puede situarse por encima de los 900 millones de personas, retornando a los niveles de finales del siglo XX.
Necesitamos una respuesta que permita reducir velozmente la pobreza y el hambre
La transformaci¨®n de los sistemas alimentarios tambi¨¦n ocupar¨¢ la atenci¨®n de los pa¨ªses durante los pr¨®ximos meses en la preparaci¨®n para una cumbre mundial al respecto, prevista para septiembre de este a?o y convocada por el Secretario General de las Naciones Unidas. La crisis ha mostrado el papel central de los sistemas alimentarios en las econom¨ªas y en el bienestar de la poblaci¨®n. Su sostenibilidad ambiental y social eran retos anteriores a la pandemia. Las inversiones y cambios necesarios para asegurar una vida mejor para todos presentan importantes ¨¢reas de oportunidad para una recuperaci¨®n vigorosa y sostenible.
Un ¨¢rea que puede pasar desapercibida para el gran p¨²blico, pero que resultar¨¢ crucial en ese proceso, es la sanidad vegetal. As¨ª, 2020 fue declarado A?o Internacional de la Sanidad Vegetal. La sanidad vegetal ha mostrado la capacidad de los pa¨ªses para trabajar juntos y ha contribuido de un modo muy importante a asegurar la alimentaci¨®n del mundo en las d¨¦cadas pasadas. Pero enfrenta retos importantes, tanto desde el punto de vista de soluciones m¨¢s sostenibles y respetuosas con la biodiversidad, como por el impacto del cambio clim¨¢tico en la protecci¨®n vegetal. Esto incluye la expansi¨®n de diferentes plagas y enfermedades, la mayor vulnerabilidad que genera en muchas zonas el cambio de las condiciones agroclim¨¢ticas y el estr¨¦s producido en las plantas.
Resolver estos desaf¨ªos es una oportunidad para salir con fuerza de la crisis y prevenir algunos de los riesgos m¨¢s preocupantes que pueden poner en riesgo el derecho a la alimentaci¨®n para todos.
Para ello, necesitamos movilizar la capacidad de innovar y la colaboraci¨®n de todos los actores (gobiernos, sector privado, investigadores, sociedad civil¡). Se trata de innovar, no solo desde la t¨¦cnica, sino tambi¨¦n en las pol¨ªticas y en lo social, llevando a cabo programas que faciliten el acceso de todos a esa innovaci¨®n, rompiendo barreras e incluyendo a los peque?os productores, a los pueblos ind¨ªgenas y eliminando brechas de g¨¦nero. Como con la pandemia: si la protecci¨®n no alcanza a todos, nadie estar¨¢ seguro.
Juan Carlos Garc¨ªa y Cebolla, l¨ªder del Equipo de Derecho a la Alimentaci¨®n de la FAO. Jingyuan Xia, secretario en funciones de la Secretar¨ªa de la Convenci¨®n Internacional de Protecci¨®n Fitosanitaria (CIPF).
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