De Huelva a Marruecos: las feministas marroqu¨ªes alzan la voz
Las mujeres originarias del pa¨ªs magreb¨ª est¨¢n en pie de guerra para lograr una igualdad efectiva dentro y fuera de sus fronteras. Este es un repaso a su situaci¨®n y sus luchas, desde las laborales, como la de las temporeras de la fresa en Huelva, hasta las sexuales, reproductivas o pol¨ªticas
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¡°Fuimos seis mil mujeres a Mohammedia. Hac¨ªamos cola, nos empuj¨¢bamos. Era todo un espect¨¢culo, impresionante. Si te daban la hoja verde es que lo hab¨ªas conseguido. Nos re¨ªmos mucho. Y si lo piensas, luchamos por trabajar en la miseria. Y era la miseria la que hac¨ªa que nos fu¨¦ramos¡±. As¨ª expresa Saida ¡ªnombre ficticio¡ª su experiencia como jornalera del oro rojo en uno de los testimonios recogidos por la investigadora Chadia Arab en su obra Se?oras de la Fresa.
La miseria de la que habla Saida es lo que buscan los que emplean a estas jornaleras que acuden cada a?o a trabajar en los campos onubenses. El perfil es claro: divorciada o viuda y con hijos a cargo, rural y pobre. ¡°Buscan mujeres vulnerables para poder explotarlas f¨¢cilmente. Se aprovechan de la enorme necesidad que tienen¡±, argumenta Ana Pinto, portavoz del grupo Jornaleras de Huelva en Lucha, que tienen en marcha varias iniciativas de mejora de las condiciones laborales en el campo. El sesgo de este proceso de selecci¨®n tiene como objetivo garantizar el retorno de las trabajadoras tras la temporada: ¡°Se busca que sean los sostenes de sus familias para que no se queden en Espa?a¡±, a?ade Pinto.
Como se?ala Arab en su investigaci¨®n, estas migraciones circulares se inscriben dentro del programa Aenas, financiado por la UE. El objetivo del mismo es reducir las migraciones irregulares, pero tambi¨¦n mejorar la situaci¨®n econ¨®mica de Espa?a y el pa¨ªs de origen. En cambio, tal y como apuntan los testimonios, investigaciones y colectivos que hacen trabajo directo, todos ganan menos las propias trabajadoras. ¡°La explotaci¨®n y los abusos son intr¨ªnsecos al trabajo aqu¨ª. Adem¨¢s, con la covid ha aumentado el miedo y las medidas de seguridad han sido insuficientes¡±, subraya Pinto.
En los campos de Huelva trabajan mujeres de distintas procedencias: Marruecos, Polonia, Ruman¨ªa y otros pa¨ªses de ?frica. Sin embargo, las marroqu¨ªes est¨¢n sometidas a unas condiciones de aislamiento espec¨ªfico: ¡°Una de nuestras principales reivindicaciones es que se abran las cancelas de los tajos para que podamos entrar y comprobar que se respetan sus derechos o poner las denuncias correspondientes¡±, cuenta la portavoz. Adem¨¢s, a mediados de abril de este a?o, las temporeras se manifestaban en Casablanca porque, a pesar de tener contrato en origen y haber pagado su visado no pudieron trabajar en la fresa, siendo un ingreso esencial para cubrir sus necesidades m¨¢s b¨¢sicas.
Sobrevivir a la violencia sexual
En los ¨²ltimos a?os, han hecho visibles varios casos de violencia sexual que han sufrido en el contexto laboral y que ha tenido graves consecuencias sobre sus vidas. En febrero se produjo uno de los juicios por la vulneraci¨®n de derechos de cuatro temporeras marroqu¨ªes contra la empresa Agr¨ªcola El Bosque. De la defensa se ha encargado la organizaci¨®n Women¡¯s Link desde 2018. Aintzane M¨¢rquez, una de las abogadas del caso, lamenta la decisi¨®n de la jueza al inadmitir la demanda laboral, un hecho que conoci¨® la primera semana de marzo. ¡°No se analiz¨® con una perspectiva de g¨¦nero el contexto que permiti¨® y propici¨® las vulneraciones de derechos que sufrieron nuestras representadas¡±, denuncia M¨¢rquez. Especialmente le preocupa que a las denunciantes no se les haya vuelto a contratar los a?os siguientes y creen que no es casual: ¡°Es un mensaje muy grave a otras: si denuncias, te quedas sin trabajo¡±, sentencia. Con otros procedimientos abiertos por acoso y abuso sexual y una petici¨®n de investigaci¨®n ante la ONU, esta organizaci¨®n se mantiene optimista. ¡°Creemos que tarde o temprano la justicia se impondr¨¢ y se producir¨¢ el cambio estructural que las organizaciones venimos demandando desde hace a?os¡±, concluye.
El impulso de la Primavera ?rabe
Estas migraciones circulares tambi¨¦n est¨¢n ¨ªntimamente relacionadas con la situaci¨®n de las mujeres en este pa¨ªs norteafricano. Rajae El Khamsi, soci¨®loga e investigadora en el Instituto de Estudios Hispano-Lusos de la Universidad Mohammed V de Rabat, es experta en el movimiento feminista en Marruecos. El movimiento ha conseguido grandes logros en las ¨²ltimas d¨¦cadas, seg¨²n detalla esta experta, aunque todav¨ªa queda camino para alcanzar la igualdad. ¡°Se han puesto en marcha much¨ªsimas pol¨ªticas institucionales para fomentar el desarrollo local, apoyando el cooperativismo y el asociacionismo para mejorar la situaci¨®n de las mujeres, pero queda mucho por hacer¡±, asegura.
El punto de inflexi¨®n en Marruecos tuvo lugar en 2011, despu¨¦s de las movilizaciones de la Primavera Democr¨¢tica, como se suele conocer en el pa¨ªs magreb¨ª. Fue un a?o marcado, como dice El Khamsi, por la promulgaci¨®n de la nueva Constituci¨®n de 2011, que introdujo la paridad y la creaci¨®n de instituciones encargadas de garantizarla.
El movimiento de mujeres en Marruecos, seg¨²n El Khamsi, ha registrado muchos avances en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en materia de estatuto personal, participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres, etc. y a¨²n sigue planteando varias reivindicaciones en relaci¨®n con la lucha contra la violencia machista. En 2018 se aprob¨® la ley de violencia contra las mujeres: un logro que no ha sido f¨¢cil. La soci¨®loga cuenta que ha costado seis a?os de negociaci¨®n entre las instituciones p¨²blicas y las asociaciones de mujeres, pero la ley est¨¢ lejos de recoger las demandas de las feministas. Como aclara la experta, la preocupaci¨®n por el problema data de mucho antes de que saltara al debate p¨²blico: ¡°Las organizaciones de mujeres ya trabajaban antes con las v¨ªctimas haciendo acompa?amiento y creando centros de acogida¡±, afirma.
Esta ley esperada desde hace a?os, como explica la investigadora, fue calificada como insuficiente por organizaciones como la Red de Primavera de la Dignidad o Human Rights Watch entre otras. Por eso, tras su aprobaci¨®n multitud de organizaciones pidieron que retiraran el proyecto y exigieron una ley que aborde el problema de manera integral. ¡°Las feministas consideran que siempre ser¨¢ insuficiente mientras no se base en una aproximaci¨®n global de la violencia contra las mujeres en el espacio p¨²blico y el privado, y en una definici¨®n completa de todas las formas de violencia conforme a los est¨¢ndares internacionales¡±, expone El Khamsi.
Derechos sexuales y reproductivos
El derecho al aborto ha saltado a la escena internacional con las grandes movilizaciones que han recorrido parte de Am¨¦rica Latina con el ejemplo victorioso de Argentina, pero tambi¨¦n pa¨ªses de Europa como Polonia. En Marruecos tambi¨¦n ha sido una de las prioridades del movimiento, aunque por ahora no se ha logrado la legalizaci¨®n en los t¨¦rminos que proponen las asociaciones. Este debate tuvo gran importancia en 2015, donde organizaciones como la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Lucha contra los Abortos Clandestinos (AMLAC) denunciaron que en Marruecos se producen entre 600 y 800 abortos clandestinos diarios que ponen en riesgo la salud y la vida de las mujeres. Desde Primavera de la Dignidad est¨¢n proponiendo mejoras en la ley del aborto actual, que solo contempla el supuesto en el que la vida de la mujer est¨¦ en riesgo. La detenci¨®n de Hajar Raissouni, una periodista arrestada por interrumpir su embarazo en 2019, activ¨® al movimiento para exigir modificar esta ley. A pesar de haber un proyecto sobre la mesa desde 2016, todav¨ªa no ha sido votado ni aprobado, por lo que no tiene ninguna vigencia.
Desde Primavera de la Dignidad se proponen mejoras en la ley del aborto actual que en Marruecos solo contempla el supuesto en el que la vida de la mujer est¨¦ en riesgo
Las feministas del norte de Marruecos tambi¨¦n se unieron al clamor internacional de El violador eres t¨², con su versi¨®n, Mi cuerpo mi libertad, en la que ped¨ªan mayor protecci¨®n de los derechos sexuales. Asimismo, otras organizaciones como Fuera de la ley han lanzado la campa?a #STOP490. Su fin es lograr la derogaci¨®n del art¨ªculo 490 del C¨®digo Penal que penaliza las relaciones extramatrimoniales, llegando incluso a setenciar penas iguales o superiores a las que se imponen a violadores, tal y como expresan en sus redes sociales.
El ¨²ltimo repunte
Para El Khamsi, el movimiento feminista atraviesa una oportunidad ¨²nica en el pa¨ªs: ¡°Es un buen escenario porque la Constituci¨®n del 2011 las ampara¡±, celebra. Adem¨¢s, este momento clave, ha tenido un nuevo repunte en las ¨²ltimas semanas. La coalici¨®n de organizaciones Paridad Ahora present¨® a principios de febrero el resultado de una recogida de firmas de la campa?a en la que piden paridad plena en el ¨¢mbito pol¨ªtico e institucional, que dista mucho del panorama actual. La iniciativa surge meses antes de las elecciones que se celebrar¨¢n en septiembre de 2021. ¡°Espero que el pr¨®ximo gobierno las escuche y tenga a m¨¢s mujeres en sus filas¡±, desea El Khamsi.
A pesar de la pandemia, el movimiento feminista sigue avanzando hacia la sociedad a la que aspira. Aunque las victorias tardan en llegar, ellas se han mostrado imparables y han comprobado que su lucha tiene resultados logrando cambios hist¨®ricos que mejoran la vida de millones de mujeres.
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