Cuando la energ¨ªa solar no es tan limpia
Comunidades de Namasig¨¹e, al sur de Honduras, se resisten a un proyecto fotovoltaico que les ha despojado de sus principales medios de subsistencia y ha provocado la escasez de agua en su territorio
Costa Azul, en el municipio de Namasig¨¹e, es un caser¨ªo al sur de Honduras en el que viven cerca de 65 familias. Es una zona caliente y pr¨¢cticamente des¨¦rtica donde la comunidad sobrevive con cultivos de ma¨ªz, frijol verde y unas pocas vacas. El agua es un recurso que escasea. Y los residentes aseguran que ahora a¨²n m¨¢s con la instalaci¨®n de una empresa de energ¨ªa solar fotovoltaica que ha deforestado una zona importante para la ganader¨ªa, ha provocado el aumento de las temperaturas por el reflejo del sol en las placas y la desaparici¨®n de las quebradas. As¨ª lo ha venido denunciando permanentemente F¨¦lix Pastrana desde Est¨¦reo Namasig¨¹e, la radio comunitaria que dirige y donde los habitantes de las nueve aldeas del municipio pueden informarse sobre las concesiones de los proyectos como parte de la estrategia local para defender los pocos recursos naturales que dicen les quedan.
La empresa Los Prados, afirman, que lleg¨® con enga?os y subterfugios, prometiendo generar empleo y desarrollo social. Pero en realidad quer¨ªa expandir la instalaci¨®n de paneles solares y consolidar as¨ª su proyecto de generaci¨®n de energ¨ªa solar en la regi¨®n. ¡°La estrategia de los gobernantes del pa¨ªs fue manipular la informaci¨®n para confundir a las comunidades. Primero dijeron que el proyecto iba a ser una melonera, despu¨¦s una empresa ca?era y en 2017 se deforest¨® la zona y el proyecto se instal¨® finalmente con irregularidades¡±, afirma Pastrana a trav¨¦s de videollamada.
El comunicador, que se presentar¨¢ como candidato a alcalde en los comicios de finales de a?o, no est¨¢ en contra de la energ¨ªa solar, pero s¨ª de la forma en que ha llegado al territorio. Asegura que para la construcci¨®n de la fotovoltaica se deforest¨® un ¨¢rea de ¨¢rboles de m¨¢s de 200 a?os de vida, mermando las pocas superficies arb¨®reas en el territorio. A pesar de que la empresa afirma seguir los est¨¢ndares internacionales, Pastrana no lo tiene tan claro y argumenta que no era necesaria la deforestaci¨®n.
Estos proyectos han generado da?os al medio ambiente y la biodiversidad de la zona, alterando tambi¨¦n la convivencia pac¨ªfica en las familias¡±Reymundo Cepeda, representante de la Asociaci¨®n de Mujeres Defensoras de la Vida (AMDV)
De la misma manera opina Donald Hern¨¢ndez, abogado defensor de derechos humanos del Centro Hondure?o de Promoci¨®n para el Desarrollo Comunitario (Cehprodech), una organizaci¨®n que trabaja con comunidades ind¨ªgenas y campesinas, empoder¨¢ndolas para que exijan sus derechos. ¡°No estamos en contra de los proyectos de energ¨ªa solar. Ratificamos la necesidad de revertir la matriz energ¨¦tica de los biocombustibles f¨®siles, pero no a costa de las comunidades porque esa energ¨ªa limpia est¨¢ cargada de sangre. No necesitamos energ¨ªa limpia a ese precio¡±, afirma a trav¨¦s de videoconferencia.
El abogado destaca que en Namasig¨¹e se encuentran algunas de las comunidades m¨¢s pobres del pa¨ªs y por esta raz¨®n es m¨¢s f¨¢cil vender un proyecto que promete mano de obra y que al final no llega a emplear ni a 40 de las miles de personas que viven all¨ª. ¡°La mentira se vuelve una bola de nieve porque ahora el gran problema es que hay gente que estaba a favor de la empresa que hoy est¨¢ en contra¡±. Hern¨¢ndez denuncia las artima?as que las compa?¨ªas utilizan para asentarse en los territorios ¡°cooptando los liderazgos, provocando la ruptura del tejido social y criminalizando a las personas que se oponen a los proyectos¡±.
En este municipio son m¨¢s de 20 los procesos de judicializaci¨®n abiertos contra pobladores de las comunidades que se oponen al proyecto de energ¨ªa solar y que han de presentarse en los juzgados de la ciudad de Choluteca, a 17 kil¨®metros de la cabecera municipal de Namasig¨¹e, cada 15 d¨ªas. Para Hern¨¢ndez, el sistema lo que quiere es alargar su proceso penal para cansarlos: ¡°Es parte de un circo muy bien montado. El Ministerio P¨²blico utiliza argumentos de delito que no existen y al final terminan dando por inocente a nuestra gente, pero cuatro o cinco a?os m¨¢s tarde, cuando ya el proyecto ha tenido la oportunidad de comprar voluntades, entrar en el territorio e instalarse¡±.
A diferencia de Costa Azul, en el caser¨ªo vecino de Prado Uno s¨ª consiguieron parar el proyecto. De momento. Kethy Maricelis es una de las vecinas de una comunidad que se mantiene firme desde el a?o 2016, cuando se declar¨® en resistencia. ¡°Nuestro mayor temor es que instalen la fotovoltaica, por eso tenemos que unirnos. Y si nos toca morir o pelear pues vamos a luchar, pero no vamos a dejar que pongan ese proyecto porque conocemos sus impactos: la escasez del agua, la deforestaci¨®n y la aparici¨®n de nuevas enfermedades¡±, destaca la lideresa a trav¨¦s de WhatsApp. Adem¨¢s, Maricelis asegura haber sido amenazada y agredida por vecinos que est¨¢n a favor de un proyecto que nunca fue consultado a la comunidad. ¡°Tan solo le dijeron al grupo del alcalde, les ofrecieron dinero y les dieron algunos beneficios como cemento para las casas¡±. La Corporaci¨®n Municipal de Namasig¨¹e s¨ª est¨¢ a favor de que el proyecto de generaci¨®n de energ¨ªa contin¨²e y se expanda porque dicen que genera trabajo, realiza obras sociales y paga impuestos al municipio.
El derecho a la autoconsulta
Al igual que en Prados Uno, tampoco hubo proceso de consulta a los habitantes del resto de las comunidades. ¡°La alcald¨ªa y el Gobierno lo ¨²nico que hicieron fue llamar solo a los representantes de la Junta Directiva de los patronatos y con esto ellos estaban dando efecto de que las comunidades s¨ª estaban de acuerdo con los proyectos, pero nunca nos consultaron¡±, destaca Pastrana. Como reacci¨®n, las comunidades organizaron su propio proceso de autoconsulta ciudadana de la mano de Cehprodech, que ya hab¨ªa organizado algunas en otros municipios hondure?os ligadas a conflictos territoriales de poblaciones que rechazaban explotaciones mineras o proyectos hidroel¨¦ctricos. Para Hern¨¢ndez, las autoconsultas son una herramienta de participaci¨®n ciudadana para que sean los pobladores los que decidan sobre su territorio y sus bienes naturales. ¡°El proceso permite que los liderazgos de las comunidades queden empoderados conociendo sus derechos, como a la participaci¨®n o a la informaci¨®n p¨²blica. No hacemos m¨¢s que fomentar la cultura ciudadana y fortalecer los procesos democr¨¢ticos, la transparencia y la rendici¨®n de cuentas¡±, afirma.
En la autoconsulta de Namasig¨¹e, el 97% de los participantes, 5.820 personas, dijeron no a la implementaci¨®n de proyectos de energ¨ªa solar fotovoltaica
En la consulta en Namasig¨¹e, realizada a finales de 2019, se habilitaron 31 urnas distribuidas en diez aldeas, hubo observadores internacionales y una alta participaci¨®n. La pregunta de la papeleta era directa: ¡°?Est¨¢ usted de acuerdo en que haya plantas solares en el municipio de Namasig¨¹e? Si o No¡±. El 97% de los participantes, 5.820 personas, dijeron no a la implementaci¨®n de proyectos de energ¨ªa solar fotovoltaica. Solo 45 votaron a favor. Con el resultado a favor del ¡®no¡¯, las comunidades quer¨ªan hacerlo valer ante la alcald¨ªa, pero la llegada de la covid-19 lo par¨® todo. Ahora, m¨¢s de un a?o despu¨¦s, lo retoman para seguir haciendo cabildeo. Quieren aprovechar que en noviembre habr¨¢ elecciones municipales. ¡°Queremos intentar que alguno de los tres candidatos a la alcald¨ªa ratifique el resultado de la autoconsulta. Si alguno quiere ser elegido alcalde, deber¨¢ aceptarlo para que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n le vote¡±, dice Reymundo Cepeda, representante de seguridad alimentaria sostenible y de los recursos naturales de la Asociaci¨®n de Mujeres Defensoras de la Vida (AMDV), organizaci¨®n aliada de Cehprodech.
Para el abogado de Cehprodech, el problema de las autoconsultas es que se suelen hacer sobre hechos ya consumados, lo que plantea a menudo una gran pelea jur¨ªdica. ¡°Es a partir de ah¨ª donde el Estado entra en conflicto con la empresa que le exige la no retroactividad de la ley y amenaza con demandarlos, por lo que el Gobierno se ver¨ªa obligado a pagar multas importantes. A ra¨ªz de esta situaci¨®n hay empresarios internacionales que, al ver la oposici¨®n de la comunidad, si no han invertido mucho se van¡±. Sin embargo, cuando se ha invertido mucho y no se puede echar marcha atr¨¢s, es cuando comienza la estrategia de amenazas y cooptaci¨®n a los liderazgos sociales.
En el caso de la fotovoltaica de Namasig¨¹e, los proyectos fueron concesionados por el Estado hondure?o a la empresa noruega Scatec Solar que adquiri¨® el proyecto Los Prados con sus 88 hect¨¢reas. La multinacional considera que siempre ha realizado esfuerzos para dialogar y encontrar soluciones constructivas con la comunidad. En este sentido, aseguran que lograron mitigar todos los impactos ambientales producidos impulsando programas de desarrollo comunitario y de reforestaci¨®n, adem¨¢s de tomar las medidas oportunas para que los arroyos y cursos de agua no se vieran afectados. ¡°No hay manantiales naturales en la propiedad donde est¨¢n instalados los parques solares, y los cursos de agua estacionales no son una fuente de agua potable para las comunidades vecinas¡± afirman.
Ratificamos la necesidad de revertir la matriz energ¨¦tica de los biocombustibles f¨®siles, pero no a costa de las comunidadesDonald Hern¨¢ndez, abogado defensor de derechos humanos del Centro Hondure?o de Promoci¨®n para el Desarrollo Comunitario (Cehprodech)
Igualmente, la empresa noruega insiste que el proyecto cont¨® con la aprobaci¨®n inicial de las comunidades y el di¨¢logo con ellas es transparente y continuo: ¡°Disponemos de una casa comunitaria con una pol¨ªtica de puertas abiertas, un mecanismo de quejas y hacemos reuniones de consulta con los miembros de la comunidad¡±. Y en cuanto al resultado de la autoconsulta que mostr¨® una oposici¨®n absoluta al proyecto, aseguran que la han registrado pero no fueron informados ni consultados sobre la metodolog¨ªa utilizada en el estudio. ¡°Nuestra propia observaci¨®n y comprensi¨®n actual, es m¨¢s bien que existe en general un sentimiento positivo y una buena reputaci¨®n entre la poblaci¨®n local y el proyecto en la actualidad¡±, concluyen fuentes de la empresa v¨ªa email. Por su parte, la empresa espa?ola Grupo Cobra que particip¨® en la construcci¨®n del proyecto no ha querido hacer declaraciones.
En los territorios, sin embargo, se difiere bastante de la visi¨®n de la empresa. ¡°Estos proyectos han generado da?os al medio ambiente y la biodiversidad de la zona, alterando tambi¨¦n la convivencia pac¨ªfica en las familias, poni¨¦ndolas en contra con los bulos y las mentiras. Los impactos son numerosos y el beneficio ninguno¡±, matiza Cepeda.
¡°El agua ya no corre por la quebrada, los riachuelos y los pozos se han ido secando. Ahora se est¨¢ abasteciendo a las familias de un proyecto de agua potable, pero no es suficiente porque es para dos comunidades. La fotovoltaica ha deforestado, ha acaparado terrenos donde antes iba el ganado, ha reducido zonas de cultivo y por tanto la alimentaci¨®n se resiente¡±, dice Pastrana quien, adem¨¢s, destaca el hecho de que les venden la energ¨ªa el¨¦ctrica mucho m¨¢s cara.
Lo cierto es que desde el golpe de Estado de 2009, en Honduras los proyectos extractivos no han dejado de llegar y se acusa al pa¨ªs centroamericano de ser firmante de tratados internacionales que no cumple y de convertirse en uno de los pa¨ªses m¨¢s peligrosos para defender el territorio. ¡°Desde 2015 empezamos a tener muertos, m¨¢rtires por el simple hecho de exigir el derecho de participaci¨®n. Los gobiernos locales hacen o¨ªdos sordos ante los consejos ind¨ªgenas y campesinos¡±, recuerda Hern¨¢ndez.
El abogado relaciona los impactos que causan las multinacionales en Honduras, principalmente los proyectos hidroel¨¦ctricos, con el desplazamiento y la violencia, la persecuci¨®n y la criminalizaci¨®n de la protesta y la migraci¨®n en caravana hacia Estados Unidos. ¡°Pocas personas est¨¢n entendiendo que la expulsi¨®n de la gente de sus territorios se da principalmente por estos temas y no tanto por la inseguridad. Les quitaron su derecho al r¨ªo y al agua, le est¨¢n quitando su derecho a la tierra. Y de ah¨ª viene toda esta din¨¢mica de la migraci¨®n que es global, no solo de Centroam¨¦rica¡±.
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