La pandemia golpea con fuerza a los trabajadores de la confecci¨®n asi¨¢ticos
Las ONG dicen que en Camboya y Banglad¨¦s se han enfrentado a un empeoramiento de las condiciones laborales desde la llegada de la covid-19
Durante 15 a?os, Mom trabaj¨® en una de las f¨¢bricas textiles de Camboya, sometida a largas jornadas laborales y presenciando innumerables casos de explotaci¨®n en su puesto de trabajo. Desde que golpe¨® la pandemia de covid-19 en marzo de 2020, su situaci¨®n empeor¨®. Los objetivos de producci¨®n de la compa?¨ªa aumentaron de 350 a 400 art¨ªculos por hora, pero su salario sigui¨® siendo el mismo. M¨¢s all¨¢ de eso, tuvo que soportar el fuerte aumento de precios derivados de la situaci¨®n de incertidumbre y las restricciones impuestas por los gobiernos para impedir la expansi¨®n del virus.
La historia de Mom fue recopilada por la ONG Action Aid Australia para preparar el informe V¨ªctimas de la moda: c¨®mo los trabajadores de la confecci¨®n en Banglad¨¦s y Camboya est¨¢n sufriendo las consecuencias de la covid-19, publicado en diciembre despu¨¦s de entrevistar a m¨¢s de 200 empleados de la confecci¨®n en ambos pa¨ªses.
La ONG confirma en un correo electr¨®nico que, desde esta publicaci¨®n, no han realizado nuevas investigaciones sobre c¨®mo han cambiado las condiciones laborales en Banglad¨¦s y Camboya para analizar posibles mejoras a lo largo del primer trimestre de 2022. Sin embargo, siguen con atenci¨®n el caso de los despedidos de la empresa Violet Apparel de Camboya, el cual se menciona en el informe. El taller cerr¨® en julio de 2020 y no pag¨® a los damnificados la totalidad de los salarios, beneficios e indemnizaciones que se les deb¨ªan. Produc¨ªa ropa para Nike y Matalan.
La Alianza Camboyana de Sindicatos (CATU), que representa a los perjudicados por el cierre, sigue peleando por conseguir indemnizaciones. Exige 320 euros en concepto de honorarios no pagados, prestaciones e indemnizaciones por despido, las cuales incluyen compensaci¨®n por no haber notificado previamente el cese laboral, indemnizaci¨®n por antig¨¹edad y el pago de vacaciones anuales no disfrutadas, a?aden.
En febrero, ActionAid Camboya, ActionAid Australia, la CATU y otros miembros de la Campa?a Ropa Limpia escribieron a los representantes de las marcas exigiendo que resolvieran la disputa. Seg¨²n explicaron a este diario a mediados de abril, todav¨ªa no han recibido una respuesta.
El informe de Action Aid Australia resume el inmenso impacto de los ¨²ltimos dos a?os en quienes fabrican la ropa que se env¨ªa a Europa y Estados Unidos, los principales mercados de exportaci¨®n para los sectores de la confecci¨®n de estos pa¨ªses asi¨¢ticos, cuyas econom¨ªas son unas de las m¨¢s dependientes del sector textil en todo el mundo.
¡°Al ver que los supervisores explotaban a sus subordinados, quise hacer algo al respecto¡±, expres¨® Mom. ¡°Cuando los trabajadores ped¨ªan irse a casa despu¨¦s de haber terminado toda su labor, ellos no les dejaban, les obligaban a quedarse horas extras. Sent¨ª que esto no estaba bien, pero nosotros no tenemos ning¨²n poder para hablar con los responsables¡±.
Mom decidi¨® unirse a la CATU para proteger sus derechos. La mujer ya viv¨ªa por debajo del salario m¨ªnimo antes de la pandemia. Cuando el virus se propag¨® en Camboya, en algunas marcas comenzaron los despidos debido a las interrupciones en la cadena de suministro, el cierre de tiendas y la recesi¨®n econ¨®mica. Con recortes de puestos y sueldos, y con sus derechos amenazados, los empleados se vieron en una situaci¨®n extrema: en la pobreza y con deudas, detalla la ONG en el informe.
Cuando el virus se propag¨® en Camboya, en algunas marcas comenzaron los despidos debido a las interrupciones en la cadena de suministro, el cierre de tiendas y la recesi¨®n econ¨®mica
Como explica por correo electr¨®nico Christie Miedema, coordinadora de campa?a y divulgaci¨®n de Campa?a Ropa Limpia, al comienzo de la pandemia, muchas marcas cancelaron todos sus pedidos en un ataque de p¨¢nico, incluso los que ya estaban en producci¨®n. ¡°Esto fue un gran golpe para los propietarios de las industrias, muchos de los cuales pasaron el siguiente a?o compensando esto¡±, reflexiona la experta. ¡°Como resultado, los due?os, desesperados, se mostraron favorables a aceptar cualquier pedido y precio que una marca estuviera dispuesta a ofrecer¡±, a?ade.
La oleada de la variante Delta de la covid-19, golpe¨® mucho m¨¢s fuerte en Asia que en Europa y Estados Unidos, donde los programas de vacunaci¨®n cobraban fuerza. En aquel momento, las asociaciones de empleadores de muchos pa¨ªses de la confecci¨®n presionaron a sus gobiernos para que no cerraran sus f¨¢bricas, porque sent¨ªan que no pod¨ªan darse el lujo de perder m¨¢s encargos, recuerda Miedema.
El mes de abril de 2021 fue especialmente dif¨ªcil en Camboya y el taller de Mom cerr¨® temporalmente por el aumento de contagios. Como resultado, ella perdi¨® su salario y, aunque pudo acceder a un pago de 36 euros del Gobierno, su empleador se neg¨® a abonarle nada. Entonces Mom y la CATU defendieron su caso y la empresa accedi¨® a retribuirle el 20% de su sueldo y algunos beneficios complementarios. La suma alcanz¨® un total de 55 euros, insuficiente para cubrir sus gastos diarios.
Michelle Higelin, directora ejecutiva de Action Aid Australia, anota que la industria de la moda en Banglad¨¦s y Camboya ha comenzado a recuperarse debido a la reapertura de tiendas en Europa y Estados Unidos. Aun as¨ª, considera que los impactos de la pandemia ¡°siguen devastando a los trabajadores en la parte inferior de las cadenas globales de suministro¡±.
El principal problema son los bajos salarios, lo que significa que los operarios no solo tienen dificultades para cubrir sus gastos m¨¢s b¨¢sicos, sino que tampoco pueden generar ahorros en caso de perder el empleo
El principal problema son los bajos salarios, lo que significa que los operarios no solo tienen dificultades para cubrir sus gastos m¨¢s b¨¢sicos, sino que tampoco pueden generar ahorros en caso de perder el empleo o de que sufran una reducci¨®n de las horas de laborales.
Higelin explica que en Camboya el sueldo medio aument¨® de 223 euros en enero de 2020 a 236 euros en agosto de 2021. El m¨ªnimo ascendi¨® a 167 euros al mes y no alcanz¨® los 10 euros de subida demandados por los sindicatos.
¡°A pesar de la acci¨®n continua, los aumentos no han seguido el ritmo de la tasa de inflaci¨®n y se mantienen muy por debajo de una cantidad digna, de acuerdo al coste de vida en este pa¨ªs, que la Asia Floor Wage Alliance (AFWA) calcul¨® en 537 euros en 2020¡å, afirma Higelin. AFWA es una alianza laboral y social mundial que est¨¢ liderada por el continente y que desarroll¨® una metodolog¨ªa para calcular un jornal suficiente.
En enero de 2020, el sueldo medio en Banglad¨¦s era de 97 euros; en agosto de 2021, hab¨ªa ca¨ªdo a 89 euros. La profesional explica que aunque estas cantidades est¨¢n por encima de la que hab¨ªa en 2018, todav¨ªa?est¨¢ a menos de una cuarta parte de la que la AFWA considera adecuada para este pa¨ªs en 2020, de 509 euros.
¡°La presi¨®n de los lobbies del sector privado ha provocado que el Gobierno retrase una subida, dejando a los trabajadores con problemas para cubrir un coste de vida cada vez mayor, con unas retribuciones que ya eran insuficientes¡±, detalla.
Antes de la pandemia, muchas f¨¢bricas de ropa en Camboya no defend¨ªan los derechos de los trabajadores. Ahora, ellos informan que la situaci¨®n ha ido a peor. M¨¢s del 90% de los encuestados por Action Aid Australia dijeron que est¨¢n m¨¢s preocupados por su seguridad laboral desde la llegada del coronavirus, mientras que el 56% inform¨® de que sus derechos han empeorado.
Muchos, adem¨¢s, mencionaron que ten¨ªan miedo a presentar una queja y se?alaron las consecuencias personales que podr¨ªan derivar de hacerlo, como que su supervisor les gritara o les aumentara la faena. Los encuestados tambi¨¦n dijeron que desde el inicio de la crisis sanitaria, los jefes tardan m¨¢s en responder a las quejas, pero como su situaci¨®n es muy precaria, tienen miedo de organizar una protesta.
M¨¢s del 90% de los trabajadores encuestados est¨¢n m¨¢s preocupados por su seguridad laboral desde la llegada del coronavirus, mientras que el 56% inform¨® de que sus derechos han empeorado
Miedema explica que, aunque muchas marcas est¨¢n obteniendo grandes ganancias de nuevo, algunas de las empresas todav¨ªa est¨¢n sufriendo y los empleados lo perciben. La alianza que ella representa siente que no ha habido un avance real en las medidas para hacer justicia ni para asegurar que la situaci¨®n en la que han tenido que vivir debido a la pandemia no vuelva a ocurrir.
¡°Los sindicatos y organizaciones laborales de varios pa¨ªses han lanzado una propuesta para que las marcas firmen un acuerdo vinculante en el que se comprometen a pagar los salarios que los empleados han perdido y contribuir a un fondo que les compensar¨ªa si una f¨¢brica quiebra. Y que garantice el derecho a la actividad sindical¡±, apostilla.
En su opini¨®n, esto proteger¨ªa a los trabajadores de quedarse sin dinero en el futuro si el negocio se va a pique. El modelo tambi¨¦n es asequible, seg¨²n c¨¢lculos de la Campa?a Ropa Limpia. A las marcas les costar¨ªa aproximadamente diez c¨¦ntimos por cada camiseta que producen, el brindar seguridad salarial a empleadas como Mom.
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