?Y qu¨¦ pasa con aquellos que hacen nuestra ropa?
Con una industria textil que emplea a millones de personas, Banglad¨¦s es uno de los pa¨ªses que m¨¢s sufre por el corte de pedidos de grandes firmas de moda, afectadas por el cierre de tiendas en el mundo. Un rastreador llamado Covid-19 Tracker actualiza la lista de marcas que pagan o no a sus proveedores
En Dacca, Banglad¨¦s, el 5 de abril de 2020 ser¨¢ recordado como el d¨ªa en que estallaron el caos y la desesperaci¨®n. El momento en que las consecuencias sociales y econ¨®micas de la pandemia de covid-19 se hicieron evidentes, con toda su claridad y violencia. Ese d¨ªa, miles de trabajadores del sector textil llegaron a la capital, muchos de ellos a pie desde las zonas rurales, para cobrar el sueldo de marzo y volver al trabajo 10 d¨ªas despu¨¦s del cierre de las f¨¢bricas impuesto por el Gobierno para contener el contagio. Sin embargo, el bloqueo se hab¨ªa prorrogado, y ¡°a la mayor¨ªa de los trabajadores se les dijo que estaban despedidos o que la f¨¢brica abrir¨ªa cuando fuera posible¡±, cuenta Khadiza Akter, vicepresidente del sindicato Somramito Garments Sramik. Las im¨¢genes de los trabajadores que volv¨ªan a casa aterrados, una marea humana que invadi¨® el muelle de Mawa asaltando los transbordadores, dieron la vuelta al mundo.
Con una industria textil que supone un 80% de las exportaciones, con alrededor de 4.000 f¨¢bricas que emplean a cuatro millones de personas, Banglad¨¦s es uno de los pa¨ªses que m¨¢s sufre por la suspensi¨®n de pedidos de las principales marcas de ropa, que est¨¢n a su vez contra las cuerdas por el cierre de las tiendas en todo el mundo. Seg¨²n los ¨²ltimos datos (del 20 de abril), de las 1.144 f¨¢bricas censadas por la Asociaci¨®n de Productores y Exportadores de Ropa de Banglad¨¦s, en el pa¨ªs se hab¨ªan cancelado o suspendido pedidos por valor de 3.170 millones de d¨®lares, con un total de 980 millones de prendas y casi dos millones y medio de trabajadores locales despedidos, no remunerados o suspendidos del servicio. En todo Asia se extiende la angustia por este efecto colateral del virus en el sector textil, que emplea de 60 a 75 millones de trabajadores y que, incluso antes de la pandemia, ten¨ªa unas condiciones de trabajo precarias.
En Sri Lanka, Anton Marcus, subsecretario del sindicato Free Trade Zones & General Services Employees, lo explica as¨ª: "Los empresarios aprovechan la situaci¨®n para despedir y reducir las prestaciones y los salarios de los empleados, haci¨¦ndolos responsables de la cancelaci¨®n o la disminuci¨®n de los pedidos de sus clientes. Los que tienen contrato ser¨¢n los m¨¢s afectados".
En Camboya, la Asociaci¨®n de Fabricantes de Textiles Gmac ya ha informado al Gobierno de que no puede cubrir m¨¢s del 40% de los salarios. Los trabajadores recibir¨¢n solo 70 d¨®lares al mes, en lugar de los 120 prometidos, pagados tanto por el Gobierno como por los empresarios. En India, la organizaci¨®n de Mujeres con Empleo Informal (Wiego) recuerda que el 90% de los empleados en la industria de la confecci¨®n trabaja en negro, pero el Gobierno est¨¢ haciendo poco para evitar que caigan en la miseria m¨¢s absoluta. En Pakist¨¢n, la Federaci¨®n de Trabajadores ha comunicado que, desde marzo y solo en la provincia de Punjab, aproximadamente medio mill¨®n de empleados textiles han sido despedidos, y otro mill¨®n en todo el pa¨ªs est¨¢ destinado a perder su empleo. En Vietnam se calcula una p¨¦rdida para el sector cercana a los 500 millones de d¨®lares, lo que provocar¨¢ una ca¨ªda en el crecimiento de la econom¨ªa nacional de entre el 4,9% y el 7%. Y Tailandia, Myanmar, Malasia tambi¨¦n pasan por serias dificultades.
Lo que est¨¢ por venir
?C¨®mo hemos llegado a esto? Los activistas de la campa?a Ropa Limpia apuntan que la crisis de la industria textil como consecuencia de la covid-19 se ha desarrollado en tres etapas. La primera, cuando China, agotada por el virus, detuvo las exportaciones de materias primas necesarias para la industria de la moda. La segunda, cuando el virus se extendi¨® por Europa y Estados Unidos: ¡°Las empresas de moda cancelaron los pedidos que ya estaban en marcha sin pagarlos. Las f¨¢bricas proveedoras, que operan con m¨¢rgenes reducidos, porque los precios son demasiado bajos, se han visto obligadas a cerrar y mandar a los trabajadores a casa sin paga¡±. Por ¨²ltimo, la tercera oleada estall¨® cuando el virus lleg¨® a los pa¨ªses productores: cierres de plantas para evitar contagios, o lo contrario, apertura a ultranza con grandes riesgos para la salud de los trabajadores.
Dos informes del Worker Rights Consortium (WRC) y del Center for Global Workers' Rights de la Universidad de Pensilvania investigan a¨²n m¨¢s a fondo las ra¨ªces de la cat¨¢strofe, humana y econ¨®mica, que se est¨¢ consumando en las cadenas de suministro. Los autores de la investigaci¨®n escriben que las marcas y los distribuidores est¨¢n descargando sobre los proveedores las consecuencias de la ca¨ªda de la demanda. "Las empresas de ropa pagan solo a la entrega, mientras que las f¨¢bricas se hacen cargo de los costes generales y de mano de obra, y tienen el poder de decidir no pagar los pedidos, aunque eso suponga, de hecho, una violaci¨®n contractual", se?alan.
Por lo tanto, las f¨¢bricas se quedan sin liquidez para pagar los salarios, y en el futuro, cuando probablemente ya no lleguen m¨¢s pedidos, se espera lo peor. Adem¨¢s, ¡°en la inmensa mayor¨ªa de los pa¨ªses productores de ropa, los mecanismos de protecci¨®n social, como el seguro de salud, las prestaciones por desempleo o los fondos de garant¨ªa en caso de insolvencia, no existen o son insuficientes¡±, a?aden los analistas de la campa?a Ropa limpia. ¡°Esto se debe, en parte, a d¨¦cadas de presi¨®n a la baja sobre los precios pagados por las empresas que hacen el encargo. A?os de incapacidad para tomar medidas significativas sobre los salarios han dejado a los trabajadores sin ahorros y sin protecci¨®n¡±, a?aden.
Los empresarios aprovechan la situaci¨®n para despedir y reducir las prestaciones y los salarios de los empleados, haci¨¦ndolos responsables de la cancelaci¨®n o la disminuci¨®n de los pedidos de sus clientes
Seg¨²n el Centro para los Derechos Globales de los Trabajadores, cuando se cancelaron los pedidos, el 72,1% de los compradores se neg¨® a pagar las materias primas ya compradas al proveedor, mientras que el 91,3% no cubri¨® el coste de producci¨®n. Por lo tanto, escriben los investigadores, ¡°el 58% de las f¨¢bricas entrevistadas informan de que tienen que detener la mayor¨ªa, si no todas, las operaciones¡±.
Human Rights Watch tambi¨¦n realiz¨® un an¨¢lisis sobre el asunto, entrevistando a expertos del sector y representantes de las principales marcas de moda: en varios pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, los productores confirman que muy pocas marcas asumen riesgos corporativos al realizar el pedido.
?Pero cu¨¢les son las marcas que mejor o peor se est¨¢n comportando? El Consorcio de Derechos de los Trabajadores (WRC, por sus siglas en ingl¨¦s) ha creado, en asociaci¨®n con el Centro de Trabajadores Globales de Penn State Derechos (CGWR), el Covid-19 Brand Tracker. El rastreador proporciona una lista actualizada regularmente de qu¨¦ firmas y minoristas est¨¢n pagando a sus proveedores por los pedidos que est¨¢n en producci¨®n o los ya completados y tambi¨¦n las que se niegan a hacerlo.
Las principales marcas que se comprometen a pagar toda la producci¨®n o los pedidos completados son (hasta el 20 de abril): Adidas, H&M, Inditex (due?a de Zara), Kiabi, la polaca LPP, Marks & Spencer, Nike, PVH (que posee Tommy Hilfiger y Calvin Klein), Target USA, Uniqlo y VF Corporation. Los que no se hab¨ªan comprometido p¨²blicamente hasta esa fecha a pagar eran: Arcadia, ASOS, Bestseller, C&A, EWM/Peacocks, Gap, JCPenney, Mothercar, Next, Tesco, Under Ampour, Urban Outfitters, Walmart/Asda y Primark.
Esta ¨²ltima marca anunci¨® el 7 de abril que crear¨¢ un fondo para ayudar a pagar los salarios de los millones de trabajadores textiles afectados por la decisi¨®n corporativa de cancelar los pedidos. Con el cierre de sus tiendas en todo el mundo, el gigante de la moda irlandesa de bajo costo est¨¢ perdiendo ganancias de m¨¢s de 800 millones de d¨®lares al mes, aseguran sus portavoces.
"Algunos aseguran que pagar¨¢n ahora, pero con un descuento. Otros dicen que pagar¨¢n, pero en 120 d¨ªas. A¨²n otros dicen que solo cubrir¨¢n el componente de salarios del coste final del trabajador (o alrededor del 10 o 15% de los costes totales de producci¨®n, si incluimos el costo de la tela)", indica Mark Anner, director del Centro para los Derechos Globales de los Trabajadores. Por lo tanto, las predicciones de Anner no son optimistas: "Si bien los compradores afrontan un enorme estr¨¦s econ¨®mico, la situaci¨®n de los proveedores y sus trabajadores es absolutamente desesperada", admite. "La incapacidad de los principales compradores para pagar a los proveedores lo que deben, seguramente contribuir¨¢ a su fracaso, despidos masivos y la incapacidad de los trabajadores para cubrir sus gastos de vida m¨¢s b¨¢sicos, incluida la comida".
A escala local, se ha visto alg¨²n comportamiento honrado. En el distrito de Gazipur, en Banglad¨¦s, los sindicatos que representan a 10.000 trabajadores en las f¨¢bricas de Hop Lun Ltd., la marca de Hong Kong que fabrica ropa interior y trajes de ba?o, han negociado las principales medidas: los trabajadores recibir¨¢n el sueldo de marzo completo y, cuando vuelvan al trabajo, tendr¨¢n una l¨ªnea telef¨®nica dedicada a problemas de salud relacionados con la covid-19. Es lo que dice la asociaci¨®n estadounidense Solidarity Center, que a?ade que otras marcas locales, como Natural Denims Ltd. y 4 A Yarn Dyeing Ltd, han garantizado los salarios de marzo.
Y a finales de abril, en mayo o en junio, dependiendo de cu¨¢nto tiempo permanezcan cerradas las tiendas de moda en Europa y Estados Unidos, ?qu¨¦ pasar¨¢ con quienes hacen nuestra ropa?
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