As¨ª extrae China ilegalmente madera y minerales en el norte del Congo
Distintas autoridades y mandos militares facilitan el comercio il¨ªcito de ¨¢rboles amenazados y diamantes destinados al mercado mundial, mediante permisos y cuotas de exportaci¨®n irregulares
- Una investigaci¨®n de Planeta Futuro/EL PA?S halla pruebas de la extracci¨®n ilegal de especies de ¨¢rboles amenazadas, minerales preciosos y metales estrat¨¦gicos destinados al mercado mundial.
- La investigaci¨®n revela que varias empresas de propiedad china utilizan permisos irregulares para talar y exportar afrormosia, una especie amenazada que la demanda internacional llev¨® a la extinci¨®n en pa¨ªses de ?frica Occidental, y pone de relieve irregularidades en el c¨¢lculo de la cuota de exportaci¨®n. La UE valora medidas m¨¢s estrictas para las importaciones de la RDC.
- Las concesiones protegidas por militares congole?os llevan m¨¢s de un a?o extrayendo ilegalmente oro, diamantes y metales raros. Adem¨¢s, emplean mercurio en aguas que las comunidades usan para pescar, ba?arse y beber.
En Yaliwasa, al norte de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC), maderas preciosas de 200 a?os yacen pudri¨¦ndose en el coraz¨®n de la segunda selva m¨¢s extensa del mundo. Fueron taladas a toda prisa para ser exportadas a centros de transformaci¨®n en China y luego redistribuirlas a mercados de lujo en Asia y otros continentes. Y, sin embargo, la madera se est¨¢ desintegrando, convirti¨¦ndose en un serr¨ªn rodeado de setas naranjas.
Algunos de los troncos no est¨¢n marcados, pero todos pertenecen a Fodeco, una empresa de propiedad china sin experiencia en la tala industrial, que en 2015 obtuvo una concesi¨®n del tama?o de 3,5 veces la ciudad de Nueva York. La entidad entr¨® en conflicto con las comunidades locales por las compensaciones econ¨®micas y, desde entonces, estas boicotean la extracci¨®n de sus recursos.
¡°Otras concesiones [de propiedad china] pagan a polic¨ªas o militares para proteger sus intereses, pero nosotros no nos lo podemos permitir porque nuestra madera no est¨¢ llegando al mercado¡±, dice el gerente de la concesi¨®n, Liga Guo. Las ¡°otras concesiones¡± a las que se refiere son las de ex empleadora, Maniema Union, que las obtuvo de manera ilegal a trav¨¦s de un general congole?o sancionado por la Uni¨®n Europea (UE) y Estados Unidos por violaciones de derechos humanos.
¡°Lo ¨²nico que quiero es sacar los troncos [de Fodeco del bosque], embarcarlos y largarme de aqu¨ª. Pero es imposible trabajar as¨ª. Sal¨ª de China para ganarme la vida, pero este trabajo me va a matar¡±, se queja Guo, mientras traslada docenas de cajitas de medicinas antiparasitarias al contenedor prefabricado en el que reside.
Lo que posee Fodeco es uno de los 18 contratos que diversos ministros otorgaron consecutivamente, violando la moratoria sobre nuevas concesiones madereras industriales, en vigor desde hace dos d¨¦cadas. Se trata de ¡°una venta pura y simple de concesiones forestales¡±, seg¨²n consta en un informe de inspectores de finanzas congole?os. Este documento solo se public¨® en abril tras meses de presi¨®n por parte de ONG y medios internacionales.
R¨ªo abajo, una filial de la compa?¨ªa Booming Group International, registrada en Hong Kong, tambi¨¦n est¨¢ talando ¨¢rboles amenazados contra la ley congole?a, mientras que Xiang Jiang Mining est¨¢ extrayendo minerales preciosos y estrat¨¦gicos de forma ilegal desde hace m¨¢s de un a?o. Una investigaci¨®n de Planeta Futuro/EL PA?S ha obtenido pruebas de c¨®mo distintas empresas de propiedad china est¨¢n extrayendo ilegalmente recursos naturales en los bosques tropicales del norte de la RDC: trabajan con permisos de tala a la carta; extraen y exportan minerales especies en peligro de extinci¨®n en contra de la legalidad congole?a, e infringen derechos laborales y humanos. Y lo hacen con la connivencia de individuos en el poder: autoridades que han comerciado con los bosques congole?os a expensas de las comunidades, la biodiversidad y los ecosistemas vitales para el clima mundial.
Permisos de tala a la carta
La UE, el Reino Unido, Noruega y otros nueve donantes est¨¢n pendientes de la RDC. Sobre todo, despu¨¦s de haber prometido desembolsar 475 millones de euros para la conservaci¨®n de la selva del Congo durante la ¨²ltima cumbre del clima de la ONU. La primera condici¨®n del acuerdo era que el Gobierno congole?o publicase los resultados de la auditor¨ªa de las concesiones madereras, que su Inspecci¨®n de Finanzas hab¨ªa finalizado en mayo de 2020.
El documento vio finalmente la luz en abril de 2021 y la ministra de Medio Ambiente se comprometi¨® a suspender a las empresas que acusaba de infracciones e impagos hasta nuevo aviso. La orden de suspensi¨®n se public¨®, pero Fodeco no estaba en la lista.
En enero de 2020, unos informes internos elaborados por la Coordinaci¨®n Provincial de Medio Ambiente a los que ha accedido este medio ya alertaban de las infracciones de Fodeco: han presentado declaraciones trimestrales de tala falsas, han destruido plantones con maquinaria pesada y tambi¨¦n carecen de un plan de gesti¨®n obligatorio. Esta investigaci¨®n tambi¨¦n obtuvo una declaraci¨®n de diciembre de 2020 en la que la empresa admite apa?os con las autoridades para rebajar el pago de ciertos impuestos, incluyendo el impago total de los aranceles sobre la renta y la contaminaci¨®n.
Fodeco tambi¨¦n solicit¨® un permiso de tala anual con un inventario de ¨¢rboles imaginarios, que, sin embargo, fue aprobado por el ministro de Medio Ambiente de la ¨¦poca, Amy Ambatobe Nyongolo.
¡°En la RDC se puede comprar cualquier documento, cualquier prueba de legalidad; las administraciones son m¨¢quinas de legalizar¡±, explica un consultor internacional radicado en el pa¨ªs. El experto habla en condici¨®n de anonimato porque est¨¢ apoyando a las autoridades congole?as en materia de gobernanza forestal.
Distintos documentos consultados por esta investigaci¨®n muestran que Fodeco obtuvo permisos de tala, que la autorizaban a extraer 2.885 pies de afrormosia (Pericopsis elata) entre 2018 y 2019. El norte de la RDC tiene las mayores poblaciones del mundo de esta especie amenazada de madera noble, un ¨¢rbol de hasta 45 metros, el equivalente a un edificio de 15 pisos de altura, que necesita entre 120 y 200 a?os para alcanzar el di¨¢metro de tala.
La demanda internacional ya ha extinguido este ¨¢rbol en varios pa¨ªses de ?frica Occidental y Central, y sus exportaciones est¨¢n ahora reguladas por la Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) mediante un sistema de cuotas y certificados de exportaci¨®n.
Fodeco fue autorizada a recolectar la llamada teca africana bas¨¢ndose en un inventario ficticio. Como la especie constaba sobre el papel, pero no en la zona asignada de bosque, la empresa fue a buscar la madera adonde quiera que se encontrara: m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites autorizados y sin tener en cuenta a las comunidades que dependen del bosque para sobrevivir.
Este medio comprob¨® que la empresa tambi¨¦n hab¨ªa comprado afrormosia a le?adores congole?os sin permiso de tala artesanal, y que la Polic¨ªa Judicial declar¨® la incautaci¨®n de 500 piezas.
Samuel Ekomba (nombre ficticio) es uno de los le?adores informales que ha recolectado este preciado recurso para la compa?¨ªa. Ekomba pagaba 18 euros por ¨¢rbol a los propietarios ancestrales del bosque y vend¨ªa el producto aserrado a Fodeco un 30% por debajo del precio local de 235 euros por metro c¨²bico. En Europa, esta madera es apreciada por su color pardo-amarillento y su incre¨ªble resistencia, y se utiliza para fabricar accesorios y muebles de alta gama. Su precio est¨¢ entre 1.100 y 2.000 euros el metro c¨²bico.
¡°Llevo una d¨¦cada ejerciendo sin permiso de tala artesanal¡±, se?ala Ekomba. ¡°Esperaba que Fodeco me diera el dinero para ponerme en regla y poder trabajar para ellos legalmente, pero estoy como al principio¡±.
Parte de la madera que vendi¨® a Fodeco sigue en el recinto de la empresa, ennegreciendo con el paso del tiempo en un contenedor de transporte que nunca lleg¨® al mar.
Tierra rica, gente pobre
¡°Esta gente [de Fodeco] lleg¨® aqu¨ª sin experiencia y sin traductor, as¨ª que apenas pueden comunicarse con nadie¡±, afirma un empleado congole?o con a?os de experiencia en el sector, que pide proteger su identidad por temor a las represalias. ¡°Nos preguntamos c¨®mo consiguieron el permiso para poner en marcha este negocio¡±, a?ade, se?alando montones de troncos centenarios en descomposici¨®n.
Este hombre result¨® herido de gravedad debido a un accidente laboral, pero nunca recibi¨® ninguna compensaci¨®n ni atenci¨®n m¨¦dica m¨¢s all¨¢ de los primeros auxilios. La ley congole?a exige a las empresas que contraten a sus trabajadores pasados tres meses, pero tras tres a?os, este profesional y sus compa?eros, que se separaron de sus familias en Kinshasa para unirse a Fodeco, siguen siendo jornaleros por menos de tres euros al d¨ªa.
En la remota Yawinawina, exempleados locales de Fodeco se abren camino hacia un claro en la selva, mostrando las endebles chozas de ramas donde sol¨ªan dormir durante las operaciones de tala. Sin embargo, el C¨®digo Forestal de la RDC ordena equipar dichos campamentos con viviendas adecuadas, agua potable e instalaciones sanitarias.
¡°Media taza de arroz al d¨ªa, durmiendo en el suelo, sin mosquiteras, sin contrato, sin dispensario... ?Somos bestias?¡±, lamenta Joseph Atuku, uno de los exempleados de Fodeco. ¡°Ten¨ªamos muchas esperanzas de que ser¨ªa bueno para nosotros, bueno para la comunidad.¡±
La empresa opera en el territorio de Basoko, una zona pantanosa con cinco concesiones de tala industrial, una de las mayores plantaciones de aceite de palma de la regi¨®n y una empresa minera que funciona 24 horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana.
Los recursos naturales atraen a inversores de China, Europa, Sud¨¢frica y Estados Unidos, e implican redes de inversi¨®n registradas en jurisdicciones secretas como Liechtenstein, Islas Caim¨¢n, Isla Mauricio, Delaware y Hong Kong. Pero esta afluencia no se refleja en el nivel de vida de las comunidades en la zona, donde uno de cada tres ni?os sufre desnutrici¨®n cr¨®nica, seg¨²n la ONG Acci¨®n contra el Hambre.
En las orillas del r¨ªo, ni?os de pelo anaranjado, s¨ªntoma de una deficiencia grave de prote¨ªnas, se ba?an sin saberlo sobre campos de diamantes, a la sombra de ¨¢rboles de maderas preciosas que valen miles de euros en mercados internacionales.
Jean Francis Ilinga Mokonzi es un l¨ªder tradicional con un tocado de leopardo, un collar de 40 colmillos donde cada pieza representa una aldea y una licenciatura en Derecho: ¡°Nuestro bosque ancestral est¨¢ siendo saqueado con la connivencia de nuestras propias autoridades. [El Gobierno] habla mucho del cambio clim¨¢tico, pero la administraci¨®n forestal est¨¢ corrompida hasta los huesos¡±.
Comercio internacional de especies amenazadas
Al otro lado del r¨ªo, la empresa de capital chino Booming Green controla m¨¢s de un mill¨®n de hect¨¢reas de selva. El gigante maderero, que tambi¨¦n trabaja en Liberia, obtuvo cinco concesiones en 2017, violando la moratoria sobre nuevas operaciones de tala industrial. Los inspectores congole?os tambi¨¦n les acusan de deber casi dos millones y medio de euros al Tesoro P¨²blico, en concepto de tasas de adquisici¨®n e impuestos. Y, sin embargo, los n¨²meros de sus concesiones tampoco figuran en la orden de suspensi¨®n emitida por el ministerio de Medio Ambiente.
Un permiso de tala de Booming Green muestra que, en enero de 2021, el ministro de Medio Ambiente saliente, Claude Nyamugabo, les autoriz¨® a talar 91.455 metros c¨²bicos de afrormosia, casi el doble de la cuota de exportaci¨®n (fijado en) la mencionada Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), aprobada para todo el pa¨ªs en 2020 y publicada en la web del Secretariado de la Convenci¨®n. El volumen tambi¨¦n representa el 93% de la cuota de exportaci¨®n de CITES para 2021, una cifra que no se public¨® hasta finales de a?o.
Buena parte de la producci¨®n se exporta el a?o siguiente a su tala. Ello significa que, ahora mismo, el grueso de las exportaciones de afrormosia congole?a est¨¢n en manos de una empresa que est¨¢ rompiendo una moratoria de dos d¨¦cadas.
Ese permiso anual deja talar un mill¨®n de metros c¨²bicos en una temporada, aunque la RDC, oficialmente, nunca ha exportado m¨¢s de 400.000. Adem¨¢s, cita una especie que no existe en la zona (moabi o Baionella taxisperma) y no hay correspondencia entre el n¨²mero de ¨¢rboles y los vol¨²menes de madera que permite extraer, incluso para la especie amenazada conocida como mukulungu (Autranella congolensis).
¡°Este tipo de permisos se vende a precio de oro¡±, dice el consultor internacional, que apoya la mejora de la gobernanza de bosques en RDC. ¡°Los concesionarios podr¨ªan utilizarlos para blanquear la madera comprada en cualquier lugar del pa¨ªs, para hacer pasar una especie por otra y para exportar de manera fraudulenta ¨¢rboles amenazados¡±.
Mientras tanto, los cargamentos de le?a de Booming Green han continuado saliendo del puerto de Matadi hacia destinos como Jinjiang, en China, un centro mundial de procesamiento de este recurso.
Ni Booming Green ni Fodeco han respondido a peticiones de comentarios enviadas por correo electr¨®nico.
¡°Motivos de preocupaci¨®n¡± para pa¨ªses de la UE
La forma en que la RDC calcula sus cuotas de exportaci¨®n de especies protegidas tambi¨¦n genera dudas. La ¨²ltima cuota disponible para afrormosia, por ejemplo, se basa en un estudio financiado por la UE a trav¨¦s de la CITES y realizado por universidades congole?as bajo la coordinaci¨®n del Gobierno. El trabajo se public¨® a principios de 2022, con casi un a?o de retraso y algunas sorpresas.
La primera pregunta a la que deb¨ªa responder la investigaci¨®n era qu¨¦ volumen de afrormosia deb¨ªa entrar en un aserradero del Congo para generar un metro c¨²bico de productos como tablones y chapas. Fijar esta cifra, conocida como tasa de conversi¨®n, es una cuesti¨®n altamente sensible porque cu¨¢nto mayor es, m¨¢s ¨¢rboles pueden talar las compa?¨ªas.
Sin embargo, la tasa que el pa¨ªs acab¨® presentando este a?o no se basa en un estudio cient¨ªfico independiente, como se pretend¨ªa en un principio, sino en datos de dos a?os ofrecidos por un par de empresas madereras.
Un segundo objetivo era verificar la trazabilidad de la madera desde el bosque hasta la frontera. Sin embargo, seg¨²n fuentes conocedoras consultadas para esta investigaci¨®n, la autoridad de gesti¨®n de la CITES en la RDC obstruy¨® el acceso de los investigadores a los permisos de exportaci¨®n en diversas ocasiones. Tampoco les facilit¨® el acceso al puerto mar¨ªtimo de Matadi para revisar los datos aduaneros.
La autoridad de gesti¨®n de la CITES en Kinshasa no respondi¨® a las solicitudes de comentarios enviadas por correo electr¨®nico.
Este medio comparti¨® estas irregularidades con la administraci¨®n responsable de la CITES en B¨¦lgica, el principal importador de afrormosia congole?a de la UE, y pregunt¨® por su posicionamiento: ¡®¡¯El elevado ¨ªndice de conversi¨®n y la auditor¨ªa del Ministerio de Finanzas de la RDC son, en efecto, motivos de preocupaci¨®n¡¯', respondieron desde el Servicio P¨²blico Federal encargado de Medio Ambiente.
¡°Sugeriremos [al Grupo de Revisi¨®n Cient¨ªfica de la UE] una consulta oficial con la RDC, solicitando m¨¢s informaci¨®n sobre su sistema de gesti¨®n, la auditor¨ªa, el estudio y la tasa [de conversi¨®n]¡±, a?adieron. ¡°La auditor¨ªa plantea un debate m¨¢s amplio sobre los problemas de gesti¨®n de la RDC y que tendr¨¢ que discutirse en la UE, y es posible que se adopten medidas m¨¢s estrictas¡±.
Mercados globales expuestos a madera ilegal
Para reducir el riesgo de importar madera ilegal, los socios comerciales de la RDC pueden adoptar una doble medida: confirmar la autenticidad de los permisos de exportaci¨®n CITES y comprobar la coherencia de los correspondientes permisos de tala.
Aun as¨ª, los mercados con normativas estrictas como la UE y Estados Unidos corren el riesgo de importar madera ilegal con papeles; o sea, que se ha obtenido infringiendo las leyes congole?as o los principios de tala sostenible, pero tiene toda la documentaci¨®n en regla seg¨²n la RDC.
¡°Salvo que haya alguna alerta, tenemos que dar por buenos los documentos expedidos por el pa¨ªs de origen¡±, indica el experto Alfonso San Miguel, asesor de flora de la Autoridad CITES espa?ola. La ¨²ltima palabra la tiene el comit¨¦ cient¨ªfico europeo, que busca proteger al mercado com¨²n de las importaciones dudosas.
Sin embargo, el riesgo se multiplica cuando Europa no compra la madera directamente, sino que importa productos acabados que proceden de Asia y se venden en todo el mundo. Por ejemplo, muebles. China y Vietnam han sido los principales importadores de afrormosia congole?a en los ¨²ltimos cuatro a?os, seg¨²n cifras declaradas por la RDC, mientras que B¨¦lgica contin¨²a siendo el principal puerto de entrada de esta madera en Europa, seguida por Portugal, Italia y Espa?a.
En la base de datos de comercio de la CITES, los vol¨²menes declarados por los pa¨ªses exportadores e importadores rara vez coinciden, lo que hace a¨²n m¨¢s complicado seguir la madera congole?a desde el bosque hasta el consumidor final. Pero bajo los ¨¢rboles y dentro del r¨ªo se esconden riquezas a¨²n m¨¢s dif¨ªciles de rastrear.
Miner¨ªa ilegal de oro y diamantes
El mundo de las empresas chinas en el norte de la RDC es peque?o. El director de operaciones de Fodeco, por ejemplo, se uni¨® a ellos procedente de Maniema Union para sustituir a un cargo que se hab¨ªa pasado a Xian Jiang Mining. Esta empresa minera, que empez¨® a operar en enero de 2021, y que controla 5.000 hect¨¢reas repartidas entre dos concesiones en el territorio de Basoko y una tercera en Banalia.
Sin lanchas r¨¢pidas, llegar a las concesiones de Basoko desde la capital de la provincia supone navegar durante d¨ªas por el r¨ªo Congo en canoas fabricadas con troncos vaciados; remar a contracorriente; arreglar motocicletas todoterreno en senderos selv¨¢ticos embarrados y llevarlas a hombros a trav¨¦s de pantanos tropicales, vadeando aguas que llegan hasta la cintura. El destino es una aldea ribere?a donde se oye, d¨ªa y noche, el zumbido de las dragas.
Esta investigaci¨®n constat¨® que Xian Jiang Mining lleva m¨¢s de un a?o extrayendo ilegalmente oro, diamantes y metales raros del lecho del r¨ªo con un documento que solo permite la prospecci¨®n, prometiendo falsamente a las comunidades que les construir¨¢n escuelas y dispensarios cuando empiecen a vender la mercanc¨ªa. Sus cinco dragas eran vigiladas por polic¨ªas, pero la empresa acab¨® contratando a militares congole?os para ahuyentar a los lugare?os que se oponen a la operaci¨®n.
Las empresas con permisos de prospecci¨®n ¨²nicamente est¨¢n autorizadas a realizar estudios para identificar zonas ricas en minerales; todos lo que extraen pertenecen al Estado congole?o, de modo que no pueden venderse; y debe haber inspectores de la Divisi¨®n Provincial de Minas en cada draga para verificar y recoger las muestras. En cambio, Xian Jiang Mining ha estado explotando y vendiendo las materias preciosas sin supervisi¨®n, mientras las administraciones hac¨ªan la vista gorda.
Este medio accedi¨® a datos in¨¦ditos del Registro Minero que muestran que Xian Jian Mining puede buscar oro y diamantes, as¨ª como niobio, tantalio, ¨®xido de esta?o y wolframio, tambi¨¦n conocido como tungsteno. Los metales raros se utilizan para producir acero de aleaci¨®n de alta resistencia para oleoductos y gasoductos, detectores de humo, componentes de misiles y centrales nucleares, as¨ª como implantes quir¨²rgicos, entre otros.
Colusi¨®n con las autoridades
En 2020, el ministro provincial de Minas y el vicegobernador de la provincia deTshopo encabezaron misiones financiadas por Xian Jiang Mining para presionar a las autoridades locales y a las comunidades a apoyar la inversi¨®n china. Las concesiones mineras abarcan tramos del r¨ªo Aruwimi y el bosque tropical circundante, incluyendo n¨²cleos de poblaci¨®n.
Pero, al recibir 1.600 euros y puestos de trabajo de la empresa, incluso los l¨ªderes juveniles que llevaban meses bloqueando la primera draga admitieron que hab¨ªan acabado cediendo a finales de 2020. ¡°Kinshasa estaba con ellos; la provincia estaba con ellos; incluso los militares estaban con ellos¡±, dijo el ex opositor Charles Kolo (nombre ficticio). ¡°?Qu¨¦ pod¨ªamos hacer?¡±.
En 2021, hasta la Asamblea Provincial inst¨® a los lugare?os a ¡°sensibilizar¡± a los ¨²ltimos bastiones de resistencia para que los mineros pudieran empezar a trabajar en la segunda de sus dos concesiones en la zona, seg¨²n un acta obtenida por este medio.
En sus visitas, el jefe de la Divisi¨®n de Minas y los representantes del Gobierno provincial aseguraron a las comunidades que la empresa estaba en regla; insistieron en que los estudios de prospecci¨®n no afectar¨ªan a la calidad del agua ni a los medios de subsistencia locales, y dijeron que se llegar¨ªa a alg¨²n tipo de acuerdo entre los inversores extranjeros y las personas que llevaban a?os extrayendo minerales de forma artesanal en la misma zona. La mayor¨ªa de gente les crey¨®.
¡°Recurrimos al r¨ªo Aruwimi para todas nuestras necesidades, pero ahora est¨¢ tan turbio que debemos ir al bosque para conseguir agua potable¡±, afirma el jefe del Sector Bangelema-Mongandjo, Jean Christophe Njanjale. Los pescadores tambi¨¦n se vieron obligados a desplazarse r¨ªo abajo. Las canoas se atascan en los bancos de arena creados por las dragas, las lanchas r¨¢pidas desgarran las redes y el ruido constante ahuyenta a los peces. En la orilla, bloques enteros de tierra firme se han desmoronado.
Cada una de las cinco dragas de la empresa extrae hasta 150 toneladas de arena del lecho del r¨ªo cada 48 horas y utilizan mercurio de manera ilegal para separar el oro, arrojando por la borda los residuos con el metal neurot¨®xico. R¨ªo abajo, los pescadores siguen bebiendo de esa agua, los ni?os se ba?an en ella y las mujeres la emplean para lavar los platos.
La empresa compra el mercurio a 4,75 euros por cent¨ªmetro c¨²bico en el mismo mostrador al que vende el oro en Kisangani, un bullicioso centro de comercio de minerales frecuentado por negociantes chinos, rusos y belgas conectados con las altas esferas.
Como ch¨®fer y asistente del jefe de Xiang Jiang Mining en Kisangani, el congole?o Joseph Dako (nombre ficticio) tuvo un acceso privilegiado al modus operandi de la empresa. ¡°Me tocaba ir a la ciudad en moto por un camino de tierra infernal, transportando paquetitos con diamantes, que se vend¨ªan en el extranjero¡±, dice. ¡°Otros trasladaban oro un par de veces por semana en el barco que va a comprar combustible y comida. En un buen d¨ªa, deposit¨¢bamos 95.000 euros en el banco solo por las ventas de oro¡±.
Por su tama?o y su potencia, est¨¢ claro que las dragas est¨¢n destinadas a explotar minerales y no a obtener muestras, y que cuestan mucho m¨¢s que el capital social de 9.500 euros que la empresa declara en sus estatutos de creaci¨®n. Entonces, ?por qu¨¦ las autoridades provinciales permitieron y defendieron su despliegue?
Los inversores chinos controlan alrededor del 70% del sector minero de la RDC, seg¨²n la C¨¢mara de Minas congole?a. Este pa¨ªs cuenta con importantes yacimientos de oro y fue el tercer mayor productor de diamantes industriales en 2019, aportando alrededor del 21% de la producci¨®n mundial. Tambi¨¦n tiene una de las poblaciones m¨¢s pobres del mundo y enfrenta dificultades en la gobernanza de sus recursos naturales.
Hablando cerca del lugar de montaje de las dragas en Kisangani, el entonces jefe de la Divisi¨®n de Miner¨ªa, Michel Liete, dijo que no hab¨ªa tenido la oportunidad de ver las m¨¢quinas ni de hablar con los representantes de la empresa sobre las alegaciones de explotaci¨®n ilegal. Todo ello, a pesar de que responsables chinos viv¨ªan al otro lado de la carretera y de que ¨¦l mismo hab¨ªa viajado hasta Basoko en 2020 para acabar con la oposici¨®n local a la primera draga.
¡°No necesitaba echar un vistazo a la draga [en Basoko]. Me f¨ªo de la palabra de la empresa¡±, afirma. ¡°Y de todos modos, ?por qu¨¦ tanto inter¨¦s en los chinos?¡±.
¡°Consecuencias muy graves¡±
Esta investigaci¨®n tuvo acceso a correspondencia oficial de la viceprimera ministra de Medio Ambiente de la RDC, Eve Baza?ba, y de la ministra nacional de Minas, Antoinette N¡¯Samba.
El 3 de septiembre de 2021, N¡¯Samba orden¨® la suspensi¨®n temporal de Xian Jiang Mining. Sin embargo, el 13 de diciembre, Baza?ba advert¨ªa que segu¨ªan ¡°explotando ilegalmente las materias primas con consecuencias muy graves¡± y la instaba a tomar todas las medidas necesarias para revocar el permiso.
Los ministerios de Medio Ambiente y de Minas no han respondido a las peticiones de comentario enviadas por correo electr¨®nico. Xian Jiang Mining tampoco ha contestado a peticiones mandadas por aplicaciones de mensajer¨ªa.
Hoy en d¨ªa, las dragas de Xian Jiang Mining contin¨²an removiendo la tierra, Fodeco sigue intentando evacuar su madera y Booming Green contin¨²a en poder de m¨¢s de un mill¨®n de hect¨¢reas de bosque tropical. Los barcos siguen emergiendo de las entra?as de la selva congole?a, transportando minerales y maderas preciosas desde ?frica hacia el resto del mundo.
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