Las tasas de escolarizaci¨®n empeoraron en uno de cada 10 pa¨ªses

Dos de cada tres pa¨ªses no va por buen camino para alcanzar sus objetivos en finalizaci¨®n de la educaci¨®n preescolar y secundaria superior, seg¨²n un nuevo informe de la Unesco, publicado este martes con motivo del D¨ªa Internacional de la Educaci¨®n. Es el primer estudio que muestra la velocidad a la que los pa¨ªses avanzan hacia la consecuci¨®n de las metas en materia de calidad de educaci¨®n que han fijado sus propios Gobiernos para 2025 y cuya fecha l¨ªmite de implantaci¨®n es 2030 ¡ªpara cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible de educaci¨®n (ODS 4).

¡°La mayor¨ªa de pa¨ªses avanza bien en lo que refiere a las tasas de finalizaci¨®n de la ense?anza primaria. Sin embargo, las tasas de no escolarizaci¨®n empeoraron en uno de cada 10 pa¨ªses entre 2015 y 2020¡å, resume en conversaci¨®n con este diario Manos Antoninis, director del estudio, que ha sido elaborado por el Instituto de Estad¨ªstica de la Unesco (IUS, por sus siglas en ingl¨¦s) y el Informe de Seguimiento de la Educaci¨®n en el Mundo (Informe GEM). ?Las razones? ¡°Depende de cada caso¡±, argumenta Antoninis, ¡°pero el r¨¢pido crecimiento demogr¨¢fico de los pa¨ªses m¨¢s pobres [hay muchos ni?os, pero pocas escuelas y maestros], los conflictos de alto nivel y la pobreza son tres de ellas¡±.

Adem¨¢s, al menos uno de cada tres pa¨ªses retrocedi¨® en competencias de aprendizaje y en docentes formados en los niveles de preescolar y primaria. ¡°Y eso que este informe no cubre la pandemia de covid-19, que afect¨® much¨ªsimo a la educaci¨®n¡±, enfatiza el experto. Sobre las consecuencias del coronavirus, Silvia Montoya, directora del IUS, dice: ¡°El impacto del cierre de las escuelas se ver¨¢, sobre todo, en los niveles de aprendizaje de los alumnos de preescolar y especialmente en pa¨ªses de bajos ingresos, que a su vez sufrir¨¢n efectos a largo plazo en otros indicadores. Pero las consecuencias no ser¨¢n tan dram¨¢ticas como se esperaba porque los gobiernos reaccionaron r¨¢pido en su momento, por ejemplo, facilitando la obtenci¨®n de diplomas, y por los avances de Internet y la tecnolog¨ªa¡±.

Clasificamos a los pa¨ªses en t¨¦rminos de la probabilidad de que alcancen sus puntos de referencia nacionales para 2025, que deben ser a la vez realistas y ambiciosos

Una cultura de responsabilidad compartida

¡°El fin del informe es fomentar una cultura de responsabilidad compartida, dando seguimiento, revisando. Hacer lo mismo que con el Acuerdo de Par¨ªs [que busca limitar el aumento de la temperatura global promedio a 1,5 ¡ãC], pero con la educaci¨®n¡±, explica Antoninis. Y para ello se emplea el Marco de Acci¨®n Educaci¨®n 2030, aprobado en Par¨ªs en 2015. ¡°Hubo un compromiso de los pa¨ªses de hacerse responsables; lo cumplieron estableciendo metas nacionales¡±, contin¨²a el experto.

¡°Como los pa¨ªses deben ser evaluados en relaci¨®n con sus puntos de partida, este proceso no solo supone una responsabilidad, sino una que es justa¡±, detalla. ¡°El problema, sin embargo, es la falta de datos, que es m¨¢s importante en los pa¨ªses m¨¢s pobres: el 24% de los de ingresos bajos, el 15% de los de ingresos medios y el 6% de los de ingresos altos no comunican cifras sobre el gasto p¨²blico en educaci¨®n¡±, lamenta el director del estudio.

Dos indicadores

El informe de este a?o analiza en profundidad dos indicadores: la tasa de finalizaci¨®n del segundo ciclo de secundaria (entre 16-18 a?os) y la de participaci¨®n en la educaci¨®n preescolar (entre 3-5 a?os). En ambos casos, apenas uno de cada tres pa¨ªses va por el buen camino para alcanzar con alta probabilidad su propia meta nacional para 2025. Son, en su mayor¨ªa, los pa¨ªses m¨¢s ricos. Esto significa que m¨¢s de la mitad, dos tercios, no avanzan a un ritmo suficiente para lograr sus objetivos. ¡°Hay lugares en los que, claramente, hay otras necesidades m¨¢s importantes que la educaci¨®n, como sobrevivir¡±, aclara Montoya.

En cuanto a finalizaci¨®n del segundo ciclo de secundaria, el avance de la mayor¨ªa de los pa¨ªses de los que el estudio ofrece cifras ha sido lento, seg¨²n los autores. Ruanda es el ¨²nico pa¨ªs de ingresos bajos que ha logrado un progreso r¨¢pido; la mayor¨ªa de los dem¨¢s pa¨ªses de ingresos bajos no dispone de datos suficientes para analizar su progreso en este cap¨ªtulo o no tiene una meta nacional. ¡°Lo de Ruanda es por dos motivos: por un lado, el pa¨ªs, que ya ten¨ªa el potencial, se est¨¢ poniendo al d¨ªa tras el genocidio; por el otro, el Gobierno, aunque no invierte much¨ªsimo, est¨¢ muy comprometido con la educaci¨®n y utiliza las inversiones muy eficientemente¡±, desarrolla el Antoninis.

La mayor¨ªa de los pa¨ªses de ingresos medios-bajos solo est¨¢ logrando un cambio lento, aunque otros siete, adem¨¢s de Ruanda, destacan por un progreso m¨¢s veloz que el resto: Banglad¨¦s, Bolivia, Egipto, Ghana, Kirguist¨¢n, Nepal y Rep¨²blica de Moldavia. ¡°Antes, nos habr¨ªa sorprendido el progreso r¨¢pido de estos pa¨ªses, porque med¨ªamos las mejoras en t¨¦rminos absolutos. Pero ahora, como clasificamos a los pa¨ªses en t¨¦rminos de la probabilidad de que alcancen sus propios puntos de referencia nacionales para 2025, que deben ser a la vez realistas y ambiciosos, vemos que son pa¨ªses que tienen muy en cuenta la educaci¨®n¡±, celebra el director del estudio.

En el caso de la tasa de participaci¨®n en la educaci¨®n preescolar, los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros han logrado un progreso r¨¢pido. Por el contrario, los de ingresos medios-bajos han tenido avances m¨¢s modestos y es menos probable que alcancen su meta nacional para 2025. No obstante, ente ellos hay 14 que est¨¢n en v¨ªas de lograrlo: Burkina Faso, Burundi, Guinea, Ruanda, Sierra Leona, But¨¢n, Camboya, Costa de Marfil, Ghana, India, Kirguist¨¢n, Mongolia, Rep¨²blica de Moldavia, Vanuatu y Vietnam.

Tres recomendaciones

En el informe, se recomiendan tres pol¨ªticas para ayudar a los pa¨ªses a encarrilar sus ambiciones en materia de educaci¨®n preescolar. ¡°En todo el mundo, se ha demostrado que invertir en los primeros a?os del desarrollo de un ni?o mejora los resultados de aprendizaje futuros y mantiene a los alumnos en la escuela por m¨¢s tiempo. De hecho, incluso se ha demostrado que mejora las ganancias futuras hasta en un 25%¡±, justifica Montoya.

La primera es legislaci¨®n. Es decir, que los pa¨ªses tengan leyes que ofrezcan una educaci¨®n preescolar gratuita y obligatoria, porque, en general, los que la garantizan al menos un a?o tienen mayores tasas de participaci¨®n en la educaci¨®n en general. En 2020, la mitad de los pa¨ªses no las ten¨ªan. ¡°Hay que pensar c¨®mo se estructura la oferta educativa y c¨®mo podemos apoyar a que no dependa del bolsillo privado, porque al final las posibilidades son bastante m¨¢s limitadas¡±, expresa la experta.

Solo el 26% de los pa¨ªses apoyan el pago de las cuotas de matr¨ªcula de poblaciones vulnerables espec¨ªficas

La segunda es regulaci¨®n. Dado el gran n¨²mero de proveedores privados de educaci¨®n preescolar, los gobiernos deben regularlos para garantizar la calidad y la equidad, reza el documento. Mientras que el 97% de los pa¨ªses regulan la aprobaci¨®n, la concesi¨®n de licencias y el establecimiento de proveedores privados de educaci¨®n preescolar, solo el 26% apoya el pago de las cuotas de matr¨ªcula de poblaciones vulnerables espec¨ªficas y solo el 15% proh¨ªben que los proveedores no estatales operen con ¨¢nimo de lucro. Esto es importante, pues la subvenci¨®n de las tasas de matr¨ªcula para determinados grupos de poblaci¨®n puede aumentar la participaci¨®n en la educaci¨®n preescolar en 13 puntos porcentuales.

La tercera recomendaci¨®n es destinar fondos p¨²blicos para la educaci¨®n preescolar, para el que hay dos puntos de referencia m¨ªnimos: al menos el 4% del PIB o al menos el 15% del gasto p¨²blico total. Uno de cada tres pa¨ªses ¡ªdos de cada tres entre los de ingresos bajos¡ª no cumple ninguno de los dos. Espa?a, por ejemplo, cumple solo con el primero, al igual que la mayor¨ªa de las naciones m¨¢s pr¨®speras. ¡°El gasto en educaci¨®n preescolar proporcionada p¨²blicamente, aumenta la matriculaci¨®n. Sin gasto p¨²blico, no se puede esperar alcanzar los objetivos fijados¡±, concluye Antoninis, director del estudio.

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