?Por qu¨¦ hay 264 millones de ni?os que no van al colegio?
Casi un tercio de los menores sin escolarizar viven en 35 pa¨ªses afectados por distintos tipos de crisis y apenas el 2% de la ayuda humanitaria se destina a educaci¨®n


Siria ha pasado de rozar una tasa del 100% de escolarizaci¨®n antes del conflicto a contar con 2,8 millones de ni?os fuera de las aulas. En Yemen, ya son dos millones. Sud¨¢n del Sur tiene la tasa m¨¢s alta de abandono escolar en educaci¨®n primaria con un 72% de la infancia fuera del sistema escolar. Y lo mismo sucede en Chad, Nigeria, Afganist¨¢n y muchos otros pa¨ªses asolados por conflictos u otros tipos de emergencia. Los menores de 18 a?os de todo el mundo sin escolarizar son 264 millones, seg¨²n datos de Unicef. De ellos, 75 millones viven en 35 pa¨ªses afectados por distintos tipos de crisis. Sin embargo, desde 2010, menos del 2% de los fondos humanitarios se ha destinado a la educaci¨®n.
La edici¨®n de este a?o de la Semana de Acci¨®n Mundial por la Educaci¨®n, que se celebra del 23 al 29 de abril en 120 pa¨ªses, reivindica la importancia de que los menores acudan a la escuela incluso en las crisis y pide un incremento del presupuesto de ayuda humanitaria destinado a este fin hasta el 4%.
Uno de cada cuatro ni?os que no van a la escuela vive en un pa¨ªs asolado por conflicto y las ni?as sumidas en estos contextos se enfrentan a una probabilidad 2,5 mayor de quedarse fuera del colegio en comparaci¨®n con los varones. ¡°Hay que prestar mayor atenci¨®n a la educaci¨®n desde el primer momento en el que se produce una emergencia¡±, sostiene Blanca Carazo, responsable de Programas para Unicef. ¡°Cuando un ni?o deja de asistir a la escuela, se pone a riesgos a corto plazo como ser v¨ªctima de trata, explotaci¨®n laboral, matrimonios precoces, reclutamiento en los combates. A largo plazo, est¨¢ perdiendo una oportunidad para el futuro¡±, a?ade.
Volver a las aulas, adem¨¢s, contribuye a crear una rutina que puede ayudar a superar los traumas, agrega Emilia S¨¢nchez, directora de Incidencia Pol¨ªtica y Comunicaci¨®n de Plan International. ¡°El profesorado se convierte en un aliado clave para la protecci¨®n ya que puede identificar casos m¨¢s graves y derivarlos, al mismo tiempo que en las escuelas se atienden otras necesidades b¨¢sicas como la alimentaci¨®n, el higiene y el saneamiento¡±.
Uno de cada cuatro ni?os que no van a la escuela vive en un pa¨ªs asolado por conflicto
¡°Si la educaci¨®n ya vive un momento dif¨ªcil en general, cuando se produce un desastre natural, un conflicto como el de Siria o una crisis de tracto lento el riesgo es a¨²n mayor para la infancia¡±, explica Alberto Casado, responsable de campa?as de Ayuda en Acci¨®n. ¡°Y si garantizar el derecho a la educaci¨®n entre la poblaci¨®n desplazada en asentamientos es complicado, hacerlo entre los que se encuentran en movimiento es pr¨¢cticamente imposible¡±.
En 2016, los desplazamientos forzosos marcaron un nuevo r¨¦cord con 65,6 millones de personas ¡ªla mitad de los cuales, menores¡ª que abandonaron sus hogares, principalmente a causa de graves conflictos, pero tambi¨¦n por otros motivos como el cambio clim¨¢tico, la situaci¨®n econ¨®mica de sus pa¨ªses de origen o por persecuci¨®n pol¨ªtica y religiosa.
Tan solo la mitad de la infancia refugiada o en situaciones de desplazamiento interno va a la escuela primaria y apenas un 25% de los menores asiste al primer ciclo de educaci¨®n secundaria. Este porcentaje baja al 1% en el caso de los estudios universitarios, seg¨²n datos de Unicef.

El conflicto en Siria, que ha cumplido recientemente siete a?os y que en 2017 se cobr¨® la vida de 910 ni?os y ni?as, solo es la cara m¨¢s visible de este problema. Un 43% de la llamada generaci¨®n perdida no est¨¢ escolarizada. Desde el principio de la guerra, m¨¢s de 300 escuelas han sido blancos de ataques, mientras que se han perdido m¨¢s de 180.000 docentes, que han muerto o han huido. Los que se han quedado, adem¨¢s de lidiar con la escasez de infraestructuras y la falta de seguridad, no siempre pueden prestar una ense?anza de calidad, al estar hacinados en clases abarrotadas con alumnos de distintas edades.
La situaci¨®n no mejora entre los ni?os que llegan a Europa, donde sus necesidades educativas b¨¢sicas chocan con barreras legales. Por ejemplo, apenas 10 pa¨ªses miembros de la Uni¨®n Europea reconocen el derecho de los menores indocumentados a los estudios, mientras que cinco les excluyen de manera expl¨ªcita. Una vez dentro del sistema escolar del lugar de acogida, obst¨¢culos culturales o de idioma frenan su integraci¨®n, al mismo tiempo que a menudo tienen que lidiar con xenofobia y estigmatizaci¨®n.
Pese a las dificultades, la educaci¨®n se mantiene arriba entre las preocupaciones de las familias desplazadas, pero no siempre recibe la atenci¨®n adecuada en el marco de la ayuda humanitaria y se destinan fondos escasos y de corta duraci¨®n. De media, menos del 2,7% de los llamamientos humanitarios globales se destina a la educaci¨®n.
¡°Tradicionalmente, la educaci¨®n se encuentra en un limbo entre ayuda humanitaria y cooperaci¨®n al desarrollo y no se considera como algo que salva vidas. Esta visi¨®n es muy limitada y poco a poco se est¨¢ superando, porque las crisis son cada vez m¨¢s complejas¡±, asegura Valeria M¨¦ndez de Vigo, responsable de Estudios e Incidencia de Entreculturas.
M¨¢s all¨¢ de Siria
El porcentaje de ni?os de entre 6 y 15 a?os que no van a la escuela apenas ha descendido en la ¨²ltima d¨¦cada, pasando del 12,8% de 2007 (135 millones de ni?os que no reciben educaci¨®n) al 11,5% (123 millones). Las causas residen en los niveles de pobreza generalizados, los conflictos prolongados y la complejidad de las emergencias humanitarias, seg¨²n Unicef.
?frica Subsahariana y el Sur de Asia son las regiones m¨¢s afectadas, al concentrar el 75% de ni?os en edad de cursar educaci¨®n primaria y primer ciclo de secundaria que est¨¢n fuera de la escuela.
Desde que estall¨® la violencia del grupo terrorista Boko Haram en el noreste de Nigeria hace casi nueve a?os, al menos 2.300 profesores han sido asesinados, m¨¢s de 1.400 colegios han sido destruidos y se ha producido un millar de secuestros de menores. Cuatro a?os despu¨¦s de que 276 chicas fueran raptadas en una escuela secundaria en Chibok, 100 a¨²n no han regresado a sus hogares. M¨¢s de reciente, otras 90 alumnas desaparecieron tras un ataque de los yihadistas en un centro de Dapchi en el que murieron cinco ni?as.
Sud¨¢n del Sur, donde uno de cada dos menores no est¨¢ escolarizado, ostenta el mayor ¨ªndice de ni?as fuera de la escuela (76%), seguido por Afganist¨¢n (55%) y Chad (53%).
Junto con la guerra de Irak, el conflicto sirio es la causa de que la tasa de escolarizaci¨®n en Oriente Medio y el Norte de ?frica regrese a los niveles de 2007, con 16 millones de ni?os fuera de la escuela.
Tres a?os de conflicto en Yemen han causado que dos millones de ni?os abandonaran los estudios, mientras casi tres cuartas partes de los maestros de escuelas p¨²blicas no est¨¢n recibiendo salarios desde hace m¨¢s de un a?o, lo que pone en riesgo la educaci¨®n de otros 4,5 millones de menores. M¨¢s de 2.5000 escuelas, seg¨²n un reciente informe de Unicef, est¨¢n fuera de uso, da?adas en los ataques, cerradas (27%) o utilizadas con fines militares o como refugios para personas desplazadas (7%). Muchos padres prefieren que sus hijos no estudien para que no tengan que recorrer el camino al colegio y exponerse al riesgo de ataques. Una vez fuera de la escuela, pero, se abren otros peligros para ellos, como ser v¨ªctimas de matrimonio temprano, explotaci¨®n laboral o ser reclutados para el combate.
Espa?a tambi¨¦n est¨¢ llamada a contribuir a solucionar estos problemas. La actual Semana de Acci¨®n Mundial por la Educaci¨®n exige al Gobierno que se respeten los compromisos marcados por la Agenda 2030, en particular por el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 (garantizar una educaci¨®n inclusiva, equitativa y de calidad).
Para Miriam Toran, responsable de Campa?as en Educo, es necesario que se introduzcan asignaturas curriculares para que los alumnos espa?oles aprendan a conocer los obst¨¢culos que impiden el acceso universal a la escuela y que la educaci¨®n se convierta en herramienta para la construcci¨®n de la paz.
¡°Tenemos que ser conscientes de lo que pasa en otros lugares del mundo y, como lugar de acogida, tenemos que fomentar los valores de la cooperaci¨®n y la solidaridad entre los estudiantes¡±, insiste Cristina ?lvarez. La coordinadora de la plataforma espa?ola de la Campa?a Mundial por la Educaci¨®n lamenta que su pa¨ªs haya incumplido el compromiso para la acogida de personas refugiadas (solo recibi¨® el 11,4% del total fijado en 2015 al cumplirse el plazo el a?o pasado) y pide que para 2020 se destine el 0,4% de la renta nacional bruta a la ayuda al desarrollo, en particular a educaci¨®n.
Valeria M¨¦ndez de Vigo, responsable de Estudios e Incidencia de Entreculturas, sabe que es dif¨ªcil que se alcance tal nivel de ayuda en solo dos a?os. Espa?a est¨¢ lejos todav¨ªa de esa cifra tras a?os de recortes de la ayuda oficial al desarrollo, especialmente en la partida para educaci¨®n b¨¢sica, que se desplom¨® en un 90% entre 2008 y 2015. ¡°No hay datos disgregados sobre lo que Espa?a destina a la educaci¨®n en emergencia, pero, si la Ayuda Oficial al Desarrollo ya de por s¨ª es muy baja, el presupuesto para la ense?anza se estima ¨ªnfimo¡±.
El pasado mes de febrero, Espa?a se comprometi¨® a destinar 1,5 millones de d¨®lares (1,2 millones de euros) en el per¨ªodo 2018-2020 a la Alianza Mundial por la Educaci¨®n, ocho a?os despu¨¦s de haber interrumpido sus contribuciones debido a los estragos de la crisis econ¨®mica. Para Emilia S¨¢nchez, directora de Incidencia Pol¨ªtica y Comunicaci¨®n de Plan International, se trata de toda una declaraci¨®n de intenciones. ¡°Espa?a vuelve a ser donante l¨ªder del fondo, pero a¨²n falta que esta voluntad se traduzca en una partida clara de los Presupuestos Generales del Estado¡±.
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