12 fotosAdiccionesLos ¡®guardianes¡¯ del cementerio de Punchana: ¡°Cuando tienes mono, haces todo por dinero¡±Un grupo de personas con adicciones ha encontrado refugio y empleo en este camposanto de la Amazon¨ªa peruanaJos¨¦ Antonio BallesterosPunchana (Per¨²) - 19 ago 2023 - 05:30CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl Cementerio Municipal de Punchana se encuentra en Iquitos, la ciudad m¨¢s poblada de la Amazon¨ªa peruana. Los vecinos se quejan de que se ha convertido en un foco de problemas, porque all¨ª se refugian personas que cometen robos. Otros j¨®venes han llegado a convertir el camposanto pr¨¢cticamente en su hogar. Autoproclamados "guardianes del cementerio", trabajan para poder comprar drogas. Como hace ya tiempo que no se pueden realizar entierros por falta de espacio para nuevas sepulturas, los encargos que reciben son, principalmente, para mantener las tumbas. Aseguran, adem¨¢s, que algunos alumnos de la facultad de Medicina les contratan para desenterrar cad¨¢veres, ya sean completos o por partes, para realizar las pr¨¢cticas.Jos¨¦ Antonio BallesterosPayla (que prefiere usar un apodo, como el resto de personas en este reportaje) tiene 33 a?os y trabaja en el cementerio desde los ocho. Antes de dedicarse al trabajo en el camposanto, fue soldador. Es el l¨ªder del grupo de j¨®venes que se autoproclaman "guardianes del cementerio". Explica que, adem¨¢s de atender los encargos, vigilan para evitar que los ladrones se escondan aqu¨ª despu¨¦s de cometer un asalto. ?l mismo pas¨® dos a?os en prisi¨®n por robo y asegura que fue, sin duda, la peor etapa de su vida. ¡°Fuera puedes ser un drogadicto y un desgraciado, pero eres libre. La libertad lo es todo¡±, asegura.Jos¨¦ Antonio BallesterosPelacha tiene 28 a?os y trabaja en el cementerio desde los 13. Reconoce estar muy enganchado y ve muy dif¨ªcil salir de esta situaci¨®n. ¡°Cuando tienes mono, haces cualquier cosa por dinero. He recibido encargos tan sorprendentes como el de enterrar un aborto o una mascota¡±. Hay noches en las que duerme en el cementerio. Le gusta jugar a las cartas mientras bebe alcohol y fuma pasta, que es una mezcla de marihuana y coca¨ªna.Jose Antonio BallesterosLa insalubridad es otro de los motivos de preocupaci¨®n. Los vecinos y el grupo de j¨®venes que all¨ª vive coinciden en que se encuentra en completo estado de abandono. En enero de 2023, ante las continuas quejas del vecindario, la municipalidad envi¨® por fin a un grupo de operarios para desbrozar una parte del camposanto, haci¨¦ndose a¨²n m¨¢s visible la abundante cantidad de basura entre las tumbas. Jose Antonio BallesterosLocura tiene 24 a?os y trabaja en el cementerio desde los 14. Soltero con dos hijos, en ocasiones se marcha a Lima a ejercer de costurero en Gamarra, un barrio donde hay industria textil. Suele trabajar en el cementerio de seis de la ma?ana a seis de la tarde y gana de 200 a 400 soles mensuales (de 50 a 100 euros). ¡°A veces no tengo fuerzas para trabajar, pero cuando fumo pasta me siento fuerte y puedo con todo¡±, se?ala. Los familiares de los fallecidos suelen encargarles tareas como la limpieza de tumbas, el desbroce, el riego de las flores y el cuidado de la parcela. Estos pedidos son a veces puntuales, pero otros son permanentes.Jose Antonio BallesterosPel¨¦ tiene 26 a?os y trabaja en el cementerio desde los 13. Termin¨® la educaci¨®n secundaria y comenz¨® a estudiar Mec¨¢nica, pero lo abandon¨®. Su familia, con la que vive, es para ¨¦l un pilar fundamental. Tiene una hija de cinco a?os. La relaci¨®n con la madre termin¨® rompi¨¦ndose por su situaci¨®n. ¡°El vicio se lo lleva todo; es muy dif¨ªcil conservar algo. Sue?o con salir de esta mierda e irme lejos de Iquitos para empezar una nueva vida¡±. Pel¨¦ cuida de la tumba de esta fotograf¨ªa por encargo de los parientes del fallecido, que le pagan mensualmente. Suelen ser pocos los encargos como este. Normalmente, los vigilantes trabajan solo cuando las familias visitan el cementerio y les pagan 10 o 20 soles (entre tres y cinco euros) por el mantenimiento.Jose Antonio BallesterosEn la parte alta, donde los operarios de limpieza no llegaron a desbrozar, el cementerio parece estar construido en la misma selva. Esto hace que sea un escondite muy utilizado tras los robos. Muchos temen adentrarse en esta zona.Jose Antonio BallesterosPira?a tiene 28 a?os y trabaja en el cementerio desde los siete. Comenz¨® a trabajar para ayudar a su familia y pas¨® la mayor¨ªa de su infancia en la calle, donde termin¨® cayendo en las drogas. ¡°El juego comenz¨® con la marihuana, pero cuando la mezcl¨¦ con coca¨ªna, se termin¨®¡±. Se arrepiente de haber dejado sus estudios de Inform¨¢tica, que piensa retomar si en alg¨²n momento consigue desengancharse. Afirma que, mientras ¨¦l y sus compa?eros vigilen, el cementerio es un lugar tranquilo y seguro para transitar de d¨ªa.Jos¨¦ Antonio BallesterosEn algunas ocasiones, este grupo de chicos se queda a dormir en el cementerio, aunque no de forma habitual. No recomiendan transitarlo de noche. A pesar de la cantidad de quejas y el descontento general sobre la gesti¨®n del camposanto, la soluci¨®n no parece cercana. Los vecinos se han cansado de promesas incumplidas y piden medidas dr¨¢sticas. ¡°Esta zona por la noche da miedo¡±, se queja Manolo, conductor de mototaxi que vive en el barrio.Jose Antonio BallesterosPepino (nombre supuesto) tiene 19 a?os y trabaja en el cementerio desde los 14. Dice que a su madre, fallecida en enero, le hizo sufrir mucho a causa de su adicci¨®n. ¡°Le dije cosas muy feas, le caus¨¦ mucho dolor. Me arrepiento cada d¨ªa, me perseguir¨¢ toda la vida. Pero ya no puedo hacer nada¡±. Tiene dos hermanas que no saben que vive en el cementerio. Le da verg¨¹enza que su familia le vea as¨ª. Y tiene miedo de terminar como sus compa?eros m¨¢s mayores, incapaces de salir del cementerio y de las drogas.Jos¨¦ Antonio BallesterosPato tiene 19 a?os y trabaja en el cementerio desde los 15. Su padre muri¨® el a?o pasado y vive con su madre, con quien tiene muchos conflictos. Trabaja tan ¨²nicamente para pagarse su vicio, sin m¨¢s expectativas por el momento. ¡°En casa siempre tengo problemas, pero aqu¨ª cuidamos los unos de los otros, somos como una familia¡±, asegura. Jose Antonio Ballesteros¡°Hubo una ¨¦poca en la que la gente ten¨ªa miedo de acercarse al cementerio. Ahora se va normalizando. La prueba es que usted est¨¢ entre nosotros", dice Payla. Aseguran que no quieren saber nada de los "rateros", a los que expulsan. ¡°No queremos que la gente tenga miedo de acercarse, nosotros no le hacemos nada a nadie¡±, asegura Pel¨¦. Quieren continuar trabajando en este lugar. Pero planea sobre ellos una duda: si la situaci¨®n se arregla y la municipalidad contrata operarios, ?podr¨¢n seguir aqu¨ª?Jose Antonio Ballesteros