¡°La ayuda al desarrollo tradicional puede ser muy paternalista: se basa en la idea de que la gente o es ignorante, o es vaga¡±
El exministro brit¨¢nico Rory Stewart, presidente de la organizaci¨®n Givedirectly, reniega de la cooperaci¨®n internacional tras d¨¦cadas en el sector y defiende las donaciones en met¨¢lico y sin condiciones a los pa¨ªses empobrecidos
Rory Stewart (50 a?os, Hong Kong) lo ha sido casi todo en la pol¨ªtica y la diplomacia brit¨¢nica. Ha sido incluso candidato conservador a primer ministro y ha estado al frente del ministerio de Desarrollo Internacional, un campo que conoce bien despu¨¦s de d¨¦cadas pateando el terreno y observando de cerca el impacto de las pol¨ªticas de desarrollo dise?adas desde Occidente.
Lo que ha visto durante todos estos a?os no le convence y, por eso, ahora dedica su tiempo a otro tipo de ayuda. Preside Givedirectly, una organizaci¨®n que entrega dinero en met¨¢lico sin condiciones previas ni programas de desarrollo por medio. Desde 2009, la entidad ha conquistado los bolsillos de multimillonarios globales como MacKenzie Scott, Jack Dorsey o Elon Musk, que han entregado m¨¢s de 600 millones de euros, sobre todo en ?frica.
La idea es sencilla, pero plantea reflexiones profundas e incluso revolucionarias sobre el futuro de la ayuda al desarrollo en un momento muy sensible para el sector. Mientras desde parte de la derecha pol¨ªtica se cuestiona la necesidad de implicarse m¨¢s all¨¢ de las fronteras nacionales, desde la izquierda las voces que exigen la descolonizaci¨®n de la ayuda exterior y los programas de desarrollo dise?ados y ejecutados por expertos occidentales se escuchan con creciente fuerza.
Stewart cree que son los receptores de la ayuda y no los donantes los que tienen que decidir cu¨¢les son sus prioridades. Cree adem¨¢s que explicarle al mundo en desarrollo qu¨¦ necesita encierra una cierta arrogancia, adem¨¢s de ser poco eficiente. La eficiencia de su organizaci¨®n ha quedado, sin embargo, recientemente en entredicho tras detectarse un fraude de cientos de miles de euros en Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo. Adem¨¢s, sus cr¨ªticos le recuerdan que las donaciones individuales en met¨¢lico tienen un l¨ªmite, que no sirven para financiar infraestructuras o programas de salud.
Pregunta. Usted sostiene que entregar dinero en met¨¢lico es m¨¢s efectivo que los programas de ayuda al desarrollo. ?Por qu¨¦?
Respuesta. Porque ha habido dos grandes revoluciones en el mundo del desarrollo. Una es que ya no hay que pasar por un Gobierno o por intermediarios para donar, basta con un Nokia de siete euros. La gente ya puede pagar directamente con sus m¨®viles. La segunda es la aplicaci¨®n de m¨¦todos de ensayos cl¨ªnicos, con grupos de control, para evaluar la eficiencia del reparto de dinero. Tenemos m¨¢s de 300 estudios que nos dicen que el dinero en met¨¢lico es m¨¢s ¨²til a la hora de montar negocios que los programas de empleo o capacitaci¨®n.
Ya no hay que pasar por un Gobierno o por intermediarios para donar, basta con un Nokia de siete euros
P. Defiende tambi¨¦n que la gente sabe lo que necesita, que no tiene que venir un cooperante de Europa a explic¨¢rselo.
R. A la gente no hay que capacitarla. Saben pescar, no necesita que les ense?es. Igual es que ni siquiera quieren pescar, prefieren abrir un taller de costura. Lo que nos ense?an los resultados de las investigaciones es que el dinero permite dar respuesta a necesidades concretas. Cada persona tiene necesidades distintas. Una persona compra una vaca y otra arregla su tejado.
P. Si es tan sencillo, ?por qu¨¦ no se hace m¨¢s?
R. Porque hay una barrera psicol¨®gica entre los donantes y porque supone una amenaza para las agencias de desarrollo y para muchos puestos de trabajo.
P. En la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (DRC), la eficiencia de su organizaci¨®n ha quedado en entredicho. Se ha destapado un agujero de 830.000 euros, robados por personal local de su equipo.
R. En la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, nuestros empleados conspiraron para robar el dinero. Se llevaron el equivalente al 0,6% de todo nuestro presupuesto anual. Ha sido una p¨¦rdida considerable, pero fue la consecuencia de una situaci¨®n excepcional. En DRC permitimos a nuestros empleados registrar las tarjetas SIM porque consideramos que era demasiado peligroso para los residentes viajar a registrarlas. Ese problema est¨¢ solucionado, pero es un recordatorio de la vulnerabilidad de las transacciones. Aun as¨ª, creemos que son m¨¢s seguras que otras formas de ayuda porque es m¨¢s f¨¢cil seguirle el rastro al dinero. Mucho m¨¢s por ejemplo que los programas de empleo, de construcci¨®n o de reparto de comida.
A la gente no hay que capacitarla. Saben pescar, no necesita que les ense?es. Igual es que ni siquiera quieren pescar, prefieren abrir un taller de costura
P. ?Qu¨¦ pasa con las infraestructuras? Los particulares no pueden construir carreteras, hospitales, programas de vacunaci¨®n¡
R. Muchos de los programas de ayuda tradicionales, que hacen especial hincapi¨¦ en el desarrollo de capacidades, deber¨ªan reducirse considerablemente. Muchos programas pueden ser reemplazados por dinero en met¨¢lico, porque adem¨¢s es m¨¢s barato. Cuando la gente repara su cuarto de ba?o lo va a hacer con un coste mucho menor que si viene alguien de fuera a hacerlo.
P. ?La cooperaci¨®n internacional y la ayuda humanitaria tal y como las conocemos est¨¢n condenadas a desaparecer?
R. Vivimos en una ¨¦poca en la que trabajamos por descolonizar la ayuda. Somos muy conscientes de que la ayuda al desarrollo tradicional puede ser muy paternalista, porque b¨¢sicamente se basa en la idea de que la gente o es ignorante, o es vaga a o les falta formaci¨®n. Es decir, que est¨¢n como est¨¢n por su culpa. Lo s¨¦ bien porque yo he sido parte de esto durante 30 a?os. A menudo son j¨®venes extranjeros que se cruzan el mundo y le ense?an a la gente lo que tienen que hacer. En los ¨²ltimos a?os se ha gastado mucho dinero en encuestas para escuchar m¨¢s a las poblaciones, pero eso tampoco es suficiente. No basta escuchar, escribir y luego decirles lo que tienen que hacer. Nosotros decimos: nos fiamos, t¨² conoces mejor que yo cu¨¢les son tus necesidades. Si un cicl¨®n ha destrozado tu casa, no quieres que venga alguien con unas zapatillas viejas o una camiseta de f¨²tbol que ya no le sirve a un ni?o de otro pa¨ªs. Quieres dinero.
P. Sea dinero o sean programas de ayuda, ?no dejan de ser tiritas?. Usted ha pasado muchos a?os en la pol¨ªtica y sabe que el problema es sist¨¦mico.
R. Pero es que yo como pol¨ªtico me di cuenta de que consegu¨ªamos muy poco, incluso al frente del programa de desarrollo del Reino Unido. Manejaba un presupuesto de miles de millones de euros, pero al final, est¨¢s atrapado en una din¨¢mica de pol¨ªticas de pa¨ªses donantes y receptores y es realmente dif¨ªcil acceder a la gente pobre de verdad. Al final, el 10% m¨¢s pobre se queda atr¨¢s. Es incre¨ªble ver c¨®mo el n¨²mero de personas que sufre pobreza extrema ha aumentado.
P. ?C¨®mo es posible que la pol¨ªtica tampoco baste?
R. Nuestra pol¨ªtica est¨¢ paralizada por la polarizaci¨®n, la posverdad, la burocracia, las redes sociales y los partidos pol¨ªticos. Como pol¨ªtico, me he sentido muy impotente. Si pienso en c¨®mo puedo contribuir m¨¢s con mi vida es con lo que hago ahora. La izquierda y la derecha han perdido la confianza en la ayuda al desarrollo. La izquierda se siente culpable y avergonzada y la derecha piensa que tiene suficientes problemas en casa y que no es asunto suyo. Hemos entrado en una fase de ensimismamiento.
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