Un grupo de metal de Togo se abre hueco en el panorama del rock duro internacional
Arka¡¯n Asrafokor fusiona la rabia del metal con la espiritualidad del acervo musical togol¨¦s. Sus canciones incorporan pinceladas funk, rap o psicod¨¦licas, con un mensaje de respeto a la Tierra
A finales de marzo, la revista brit¨¢nica Metal Hammer ¡ªreferente entre los amantes del rock duro¡ª public¨® su selecci¨®n con las 10 mejores canciones del momento. Un listado de recomendaciones con periodicidad semanal que normalmente monopolizan artistas norteamericanos y europeos. Pero esta vez, entre leyendas del universo metalero (Ozzy Osbourne, Serj Tankian) se col¨® el grupo togol¨¦s Arka¡¯n Asrafokor con su single Angry God of Earth. El tema arroja de inicio un tornado de tralla vertiginosa, se adentra en texturas hipn¨®ticas de aroma ritual y funde metal descarnado y ecos ancestrales del oeste africano, voces guturales y plegarias a la Madre Tierra.
¡°Al enterarme de que nos hab¨ªan seleccionado, lo primero que me vino a la mente fue c¨®mo demonios hab¨ªamos acabado ah¨ª¡±, explica por videoconferencia Kodzo Rock Ahavi, que habla en plural aunque es el alma mater (compone la m¨²sica y escribe casi todas las letras) de la banda. ¡°Supongo que tenemos algo, un esp¨ªritu que llega a la gente¡±, a?ade. ?Exceso de humildad? ?Se considera muy modesto? ¡°Lo es. Nunca est¨¢ satisfecho¡±, responde al vuelo B¨¦a M, la representante del quinteto. ¡°Destacar en Metal Hammer supone la recompensa al trabajo duro. Lo de Rock ha sido un acto de fe contra la adversidad¡±, a?ade.
Ahavi emprendi¨® su proyecto musical en 2010, cuando empez¨® a grabar demos en el estudio que hab¨ªa abierto a?os atr¨¢s en Lom¨¦, la capital de Togo. Producir a otros artistas sigue siendo, a d¨ªa de hoy, su principal fuente de ingresos. ¡°Es dif¨ªcil ganarse la vida como metalero en un pa¨ªs como Togo. Tienes que estar dispuesto a tocar gratis, por amor al arte¡±, admite.
Poco a poco, Ahavi fue reclutando a amigos m¨²sicos para dar conciertos en los que alternaban composiciones propias y versiones de AC/DC o Scorpions. El boca a boca congregaba, en cuesti¨®n de horas, a una escasa y fiel parroquia local de aficionados al rock y a sus vertientes extremas. ¡°La reacci¨®n fue incre¨ªble. Cada vez nos ped¨ªan menos versiones y m¨¢s material original¡±, recuerda.
Arka¡¯n Asrafokor se crea como tal en 2015, con un plantel que ha permanecido estable hasta la actualidad. En 2019 sacaron su primer disco, Za Keli, que condens¨® el crisol de influencias del que siempre ha bebido Ahavi, con un amplio surtido de subcategor¨ªas metal: nu, trash, groove, death... El ritmo combina secuencias atronadoras, elegancia funk e instrumentos de percusi¨®n africanos. Hay algo de rap, incursiones reggae y solos de guitarra psicod¨¦licos. Ahavi adora por igual a Korn y Jimi Hendrix, a Pantera y Eddie Van Halen. Y concibe su proceso creativo como un di¨¢logo de t¨² a t¨² entre obra y artista. ¡°Cuando compongo, dejo que la cosa fluya, me abro a que la canci¨®n me pida lo que quiere que haga por ella¡±.
¡°El metal es africano¡±
En un c¨®ctel tan ecl¨¦ctico, las ra¨ªces otorgan sentido. ¡°Mi inspiraci¨®n b¨¢sica sigue siendo la cultura tradicional togolesa. Su vibraci¨®n, su sabidur¨ªa¡±, dice Ahavi. El fundador de Arka¡¯n Asrafokor ni siquiera piensa que haga m¨²sica for¨¢nea, esencialmente ajena al continente. ¡°El metal es africano¡±, espeta. ?l solo est¨¢ cerrando el c¨ªrculo, dando la bienvenida a un hijo pr¨®digo que vuelve a casa tras un largo periplo transoce¨¢nico.
Para entender su argumento, hay que situarse en una cosmovisi¨®n en la que los ancestros ejercen poder desde lugares remotos. A partir de esta idea de continuidad, solo hay que seguir una l¨ªnea cronol¨®gica: africanos occidentales trasladados a Estados Unidos como esclavos, sus descendientes inventando el blues, que evoluciona en rock, que a su vez deriva en el metal.
Tras el lanzamiento de Za Keli, el grupo empez¨® a ganar notoriedad internacional y a actuar en otros pa¨ªses africanos. Surgieron m¨¢s oportunidades para proyectarse hacia el exterior. Un concierto a finales de 2019 en Acra, la capital de Ghana, sedujo a varios promotores europeos que los invitaron a tocar en Francia, Alemania y Suiza. Desde entonces, se ha hecho habitual su presencia en festivales de metal en el Viejo Continente.
En 2022 lleg¨® otro hito: el autor estadounidense Edward Banchs les reserv¨® un espacio estelar en su libro Scream for me, Africa!, un retrato sobre identidades metaleras al sur del S¨¢hara. En una entrevista para la revista Huck, Banchs no dud¨® al ser preguntado sobre la banda id¨®nea para iniciarse en los sonidos africanos m¨¢s ¨¢speros. ¡°Hay un grupo en Togo¡±, respondi¨®, ¡°cuya m¨²sica es una locura¡± (...) Invitan al oyente a un mundo distinto. Tienes que mentalizarte para escuchar algo que nunca has escuchado antes¡±.
Ahavi admite que ¡°otros grupos de metal africano como Skinflint, de Botsuana, tambi¨¦n honran el acervo sonoro¡± del continente. Pero sostiene que ¨¦l y sus compa?eros llevan la mezcla ¡°a otro nivel¡±. Se trata, explica, de ¡°una fusi¨®n total¡± que atraviesa idiomas (cantan en ingl¨¦s, franc¨¦s y ewe, una lengua togolesa), melod¨ªas e incluso apariencia. En v¨ªdeos y conciertos, los miembros de Arka¡¯n Asrafokor mezclan el negro con ciertas vestimentas africanas o se pintan la cara con trazos de pintura blanca, en homenaje a los soldados togoleses de anta?o. En ewe, asrafo significa guerrero. Asrafocore o asrafokor ¡ªt¨¦rmino acu?ado por Ahavi¡ª vendr¨ªa a ser la m¨²sica de los guerreros, que en Za Keli cuentan con su propio himno: Warrior song.
El enfado del Padre Tierra
El a?o pasado firmaron con el sello alem¨¢n Atomic Fire Records, aunque Ahavi subraya que el ¡°hazlo t¨² mismo¡± sigue prevaleciendo. ¡°Grabamos, mezclamos, filmamos los videoclips, los editamos... Exploramos con total libertad, sin necesidad de encajar en un mercado particular o de tirar hacia alguna tendencia de moda¡±. En los v¨ªdeos de temas como Got to break it o Walk with us imperan la escenograf¨ªa minimalista y los efectos caseros. En los comentarios de usuarios de YouTube, abunda la grata sorpresa y se repite un calificativo: infravalorados.
Somos parte de la naturaleza. Cuidar de ella no es una opci¨®n. No podemos elegir si el d¨ªa de ma?ana queremos o no respirarKodzo Rock Ahavi, fundador de Arka¡¯n Asrafokor
La lucha de estos asrafos que blanden riffs de guitarra y baquetas aceleradas persigue fines nobles. ¡°Justicia, paz, amor...¡±, desliza Ahavi con su sonrisa casi perenne. Conceptos abstractos que el grupo aterriza en un campo de batalla prioritario: su proclama a voz en grito para que ¡°se respete a la Madre Tierra, el origen de todo lo vivo¡±. Al l¨ªder de Arka¡¯n Asrafokor le sorprende que se hable de preservar el medioambiente como si fuera algo externo al ser humano. ¡°Somos parte de la naturaleza. Cuidar de ella no es una opci¨®n. No podemos elegir si el d¨ªa de ma?ana queremos o no respirar¡±.
El single Angry God of Earth ¡ªadelanto de su segundo disco, Dzikkuh, que saldr¨¢ a finales de mayo¡ª habla de un dios tel¨²rico iracundo tras los desmanes de humanos ciegos y codiciosos. La canci¨®n dibuja un horizonte de apocalipsis clim¨¢tico como castigo divino. ¡°Solo queda la muerte. Ha llegado el momento de recoger lo que hab¨¦is sembrado¡±, reza la letra. ¡°En nuestra cultura, la Tierra puede ser femenina o masculina. La parte masculina es la que se pone agresiva cuando le faltamos al respeto¡±. Ahavi se pone m¨¢s serio que nunca durante toda la entrevista para advertir: ¡°No despertemos m¨¢s a¨²n su enfado¡±.
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