El fen¨®meno de los apagones de internet como arma de guerra en Gaza o Sud¨¢n

Los apagones de internet impuestos por gobiernos en todo el mundo registraron en 2023 su n¨²mero m¨¢s alto. Seg¨²n un nuevo informe elaborado por la ONG Access Now, publicado este mi¨¦rcoles, el a?o pasado hubo al menos 283 cortes de l¨ªnea en 39 pa¨ªses, lo que supone un aumento del 41% con respecto a las 201 interrupciones de 2022. La cifra es a¨²n superior si se compara con la de a?os anteriores, 194 en 2021 y 168 en 2020. La India es el Estado m¨¢s perjudicado, con 116 apagones, mientras que en territorios envueltos en una guerra, como Gaza o Sud¨¢n, se paraliz¨® la conexi¨®n 74 veces.

El uso de los cortes de internet como arma durante un conflicto activo ha dado como resultado crisis humanitarias agravadas que han afectado a millones de personas, asegura la organizaci¨®n Access Now, que lidera la campa?a KeepItOn, que monitoriza y lucha contra esta forma de censura. El documento recoge que estos apagones son siempre un ataque a los derechos humanos de las personas y que en la mayor parte de los casos, la poblaci¨®n no recibi¨® aviso previo de ning¨²n bloqueo tecnol¨®gico inminente, algo que ¡°profundiza el miedo o la incertidumbre y pone a m¨¢s personas en peligro¡±.

En el escrito se detalla c¨®mo las autoridades de zonas de conflicto aprovechan que los sistemas de conexi¨®n ya son d¨¦biles de por s¨ª para aislar completamente a la poblaci¨®n. En estas ¨¢reas de combate tambi¨¦n ha sido el a?o con los apagones m¨¢s agresivos. Se han contabilizado 173 suspensiones de la red correspondientes a hechos de violencia, un 26% m¨¢s que en el ejercicio anterior.

El informe asegura que el Gobierno de Israel, dirigido por Benjamin Netanyahu, ha sido el responsable de los 16 cortes de la l¨ªnea que ha sufrido Gaza desde que comenz¨® la guerra en la Franja, tras el ataque de Ham¨¢s en suelo israel¨ª el 7 de octubre. ¡°Lo han utilizado como un arma de guerra¡±, asegura Agneris Sampieri, analista de pol¨ªticas p¨²blicas en Access Now. La ofensiva de Israel ha acabado pr¨¢cticamente con todas las infraestructuras de telecomunicaciones en Gaza. Seg¨²n Access Now, los apagones en las comunicaciones han coincidido con intensos bombardeos sobre la Franja y han limitado ¡°gravemente¡± el acceso de alimentos y otro tipo de ayuda humanitaria, en un momento en el que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre la inminente hambruna.

Es una estrategia de control de la narrativa, es decir, que circule solo la informaci¨®n que el Gobierno quiere que se sepa

Ageneris Sampieri, analista de pol¨ªticas p¨²blicas en Access Now

Dos d¨ªas despu¨¦s del inicio de la contienda, al menos 15 de los 19 proveedores de servicio t¨¦cnico en Gaza se enfrentaron al cierre de la banda ancha y de sus servicios m¨®viles. En los siguientes meses se registraron unos ocho apagones en toda la Franja. ¡°Es una estrategia de control de la narrativa, es decir, que circule solo la informaci¨®n que el Gobierno quiere que se sepa e impedir que se difundan las violaciones a los derechos humanos que se est¨¢n produciendo¡±, justifica Sampieri. Los apagones bloquean, entre otros, la entrada a aplicaciones de mensajer¨ªa como WhatsApp o Telegram con las que la ciudadan¨ªa tiene la capacidad de organizarse, ¡°tanto para manifestarse como para distribuir ayuda humanitaria¡±, comenta la experta.

Hasta el 30 de diciembre de 2023 contabilizamos 1.153 d¨ªas en los que la poblaci¨®n estuvo incomunicada en Tigray

Ageneris Sampieri, analista de pol¨ªticas p¨²blicas en Access Now

En Gaza, las interrupciones en la l¨ªnea han durado lapsos de tiempo que, en algunas zonas, se han podido subsanar. Pero esto no siempre es as¨ª. Los apagones en lugares de conflicto corren el riesgo de perdurar en el tiempo. Como es el caso de la regi¨®n de Tigray, en Etiop¨ªa. Un pa¨ªs que atraviesa la guerra m¨¢s mortal del siglo desde hace m¨¢s de tres a?os. All¨ª, las comunicaciones han estado completamente capadas. ¡°Hasta el 30 de diciembre de 2023 contabilizamos 1.153 d¨ªas en los que la poblaci¨®n estuvo incomunicada¡±, reconoce Sampieri.

¡°La forma m¨¢s grave de censura¡±

El 15 de abril de 2023 en Sud¨¢n comenz¨® una guerra entre el ej¨¦rcito regular del pa¨ªs, unas poderosas fuerzas paramilitares (las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido) y milicias afines a cada bando. M¨¢s de 12 meses despu¨¦s, esa batalla que comenz¨® en la ciudad de Jartum, ya se ha extendido por toda la naci¨®n. En esa localidad, el 24 de abril de ese mismo a?o, se pact¨® un alto al fuego y en las horas previas de la fecha l¨ªmite a la tregua, se produjo un apag¨®n tecnol¨®gico en varios proveedores nacionales. Los siguientes enfrentamientos entre facciones causaron importantes da?os en las infraestructuras de telecomunicaciones m¨¢s importantes de Sud¨¢n, provocando suspensiones intermitentes y la degradaci¨®n general de la conectividad. ¡°Es la forma m¨¢s grave de censura. Se camufla con que es una medida para paralizar la desinformaci¨®n y en realidad es una medida invasiva con la libertad de expresi¨®n¡±, sugiere Sampieri.

La diferencia con los apagones que ocurren en Occidente tiene que ver con que los ¨²ltimos est¨¢n m¨¢s controlados. ¡°En estos casos, los gobiernos determinan bloqueos en una fecha y horario espec¨ªfico por alguna causa justificada o por fallos puntuales de los proveedores¡±, apunta la analista. Aunque algunos revisten signos de represi¨®n. Parte de los 116 apagones registrados en la India provocados por su Gobierno atienden a la intenci¨®n de reprimir los derechos de la comunidad LGTBIQ con la prohibici¨®n del acceso a aplicaciones de citas como Grindr.

Desde una madre que busca la t¨¦cnica perfecta para detener la hemorragia que est¨¢ sufriendo su hijo, hasta el joven que busca m¨¦todos anticonceptivos para no contraer una enfermedad de transmisi¨®n sexual. Estos son problemas que se pueden resolver con una b¨²squeda en Google. ¡°Hay que ir m¨¢s all¨¢, no es solo que un apag¨®n de internet detenga la difusi¨®n de informaci¨®n en torno a un pa¨ªs. La mayor¨ªa de las veces son casos mucho m¨¢s concretos donde internet puede salvar vidas¡±, concluye Sampieri.

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