La ayuda como arma de guerra en Sud¨¢n, tras un a?o de conflicto
Unos 25 millones de personas, la mitad de los habitantes del pa¨ªs, necesitan asistencia urgente, en una de las peores crisis humanitarias del mundo, pero la respuesta est¨¢ limitada por la falta de fondos y obstruida por las partes beligerantes
Cuando se cumple, este 15 de abril, un a?o del estallido de la guerra civil en Sud¨¢n ¡ªentre el ej¨¦rcito regular, unas poderosas fuerzas paramilitares (las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido) y milicias afines a cada bando¡ª el pa¨ªs protagoniza una de las crisis humanitarias que m¨¢s r¨¢pido se est¨¢ desencadenando en el mundo. Sin embargo, la ayuda sigue llegando con cuentagotas por las trabas de las partes enfrentadas, que han aumentado en los ¨²ltimos meses y que est¨¢n impidiendo una respuesta que pueda cubrir las grandes necesidades de la poblaci¨®n, seg¨²n denuncian varias agencias humanitarias.
Actualmente, se estima que unos 25 millones de personas, que representan m¨¢s de la mitad de Sud¨¢n e incluyen a m¨¢s de 14 millones de ni?os, necesitan ayuda urgente. El pa¨ªs sufre adem¨¢s una de las mayores crisis alimentarias del planeta: al menos 18 millones de sudaneses se enfrentan a niveles agudos de hambre, se han empezado a registrar muertes por inanici¨®n y la declaraci¨®n de una hambruna se considera solo una cuesti¨®n de tiempo. La guerra ha provocado la mayor crisis de desplazados internos del mundo, con 6,5 millones de personas empujadas a buscar lugares m¨¢s estables dentro del pa¨ªs, y que se suman a los dos millones que se han refugiado fuera. Y el conflicto ha devastado gran parte de las infraestructuras cr¨ªticas nacionales y saturado las que todav¨ªa contin¨²an en pie, incluidos hospitales. En torno al 65% de la gente no tiene acceso a atenci¨®n sanitaria.
Unos 18 millones de sudaneses se enfrentan a niveles agudos de hambre y la declaraci¨®n de una hambruna se considera solo una cuesti¨®n de tiempo
A pesar de la magnitud de la crisis, la respuesta humanitaria est¨¢ limitada por la falta de financiaci¨®n, ya que hasta ahora la comunidad internacional solo ha financiado en torno al 6% del plan de respuesta de la ONU. Y la escasa ayuda que llega est¨¢ coartada por las acciones criminales y los obst¨¢culos impuestos por las partes beligerantes. Entre estos figuran la falta de garant¨ªas de seguridad, saqueos masivos, trabas burocr¨¢ticas y log¨ªsticas, e intentos de instrumentalizar la ayuda, que est¨¢n castigando sobre todo las zonas m¨¢s golpeadas por la guerra, incluida la capital, Jartum, y las regiones de Darfur, en el oeste, Kordof¨¢n, en el sur, y Al Jazira, en el centro. En un intento de dirigir atenci¨®n a estos esfuerzos, Par¨ªs acoger¨¢ este lunes una conferencia humanitaria internacional sobre Sud¨¢n y los pa¨ªses vecinos.
En un primer momento, la actividad de las principales agencias humanitarias en Sud¨¢n se vio trastocada porque los combates estallaron en Jartum ¡ªque adem¨¢s ha sido saqueada por los paramilitares¡ª, lo que oblig¨® a suspender operaciones de forma temporal, evacuar a parte de los trabajadores y reevaluar la situaci¨®n. Muchas agencias empezaron a reactivarse tras trasladar su base de operaciones a Puerto Sud¨¢n, una ciudad en el mar Rojo y bajo control del ej¨¦rcito que hoy ejerce de capital administrativa temporal. Desde entonces tienen que lidiar con una inseguridad generalizada, principalmente en zonas bajo control de los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, y con constantes y crecientes trabas burocr¨¢ticas y log¨ªsticas, sobre todo de las autoridades castrenses. Estas incluyen l¨ªmites a los puertos de acceso al pa¨ªs y largos procesos para autorizar el env¨ªo, recepci¨®n y distribuci¨®n de suministros, as¨ª como para expedir visados.
Adem¨¢s, las operaciones humanitarias se han visto a¨²n m¨¢s restringidas y controladas por el Gobierno militar desde finales del a?o pasado. Aunque los motivos no son claros, el cambio coincidi¨® con el ¨²ltimo gran rev¨¦s militar del ej¨¦rcito, que en diciembre se desmoron¨® en Al Jazira ante los paramilitares, y la recepci¨®n del l¨ªder de estos ¨²ltimos, Mohamed Hamdan Dagalo, por varias capitales africanas.
A partir de ese momento, los esfuerzos para enviar ayuda desde zonas controladas por el ej¨¦rcito, incluido Puerto Sud¨¢n, hasta zonas fuera de su control, y sobre todo con presencia de los paramilitares, como Darfur, Jartum, Kordof¨¢n y Al Jazira, se vieron interrumpidos. Y a finales de febrero, el Gobierno sudan¨¦s anunci¨® la interrupci¨®n de un importante corredor humanitario entre Chad y Darfur Oeste escud¨¢ndose en el env¨ªo de armas a las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido a trav¨¦s de esta frontera, que escapa a su control.
¡°Esto no va de ayudar a las zonas controladas por las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, sino a la gente que est¨¢ all¨ª, que es la que corre m¨¢s riesgo de hambruna¡±, sostiene Mathilde Vu, la directora de incidencia pol¨ªtica para Sud¨¢n del Consejo Noruego para Refugiados. ¡°Suelen ser los que m¨¢s han sufrido en t¨¦rminos de atrocidades, y los que han estado m¨¢s aislados de la ayuda humanitaria desde el comienzo de la guerra¡±, se?ala.
Estados Unidos y la Uni¨®n Europea denunciaron la decisi¨®n del ej¨¦rcito de prohibir la ayuda humanitaria transfronteriza y criticaron sus obst¨¢culos a que la ayuda llegue a comunidades en zonas controladas por los paramilitares, a quienes recriminaron el saqueo de casas, mercados y almacenes. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker T¨¹rk, advirti¨® tambi¨¦n al poco de que la denegaci¨®n, aparentemente deliberada, del acceso seguro y sin trabas a los organismos humanitarios dentro de Sud¨¢n viola el derecho internacional y puede equivaler a un crimen de guerra.
¡°Desde el Gobierno de Sud¨¢n se est¨¢ obstaculizando deliberadamente el acceso a zonas controladas por las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido¡±, se?ala Helena Cardellach, la coordinadora de emergencia para Sud¨¢n de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF). ¡°Cuando no te dan un permiso para moverte a Jartum, a Al Jazira o a otras zonas controladas por las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, lo que est¨¢n intentando es que la ayuda se quede en las zonas que ellos controlan, lo cual va contra el derecho internacional humanitario¡±, desliza.
Amago de aperturas de rutas
Saliendo al paso de la presi¨®n, a principios de marzo el Gobierno sudan¨¦s inform¨® a la ONU de que permitir¨ªa el env¨ªo de ayuda transfronteriza desde Chad hasta la capital de Darfur Norte, El Fasher, y desde Sud¨¢n del Sur hasta la ciudad de Kosti, al sur de Jartum. Tambi¨¦n anunci¨® que abrir¨ªa una ruta terrestre por el norte del pa¨ªs para enviar ayuda desde Puerto Sud¨¢n hasta El Fasher, y que aprobar¨ªa el uso de los aeropuertos de El Fasher y las capitales de otros dos Estados en el centro y el sur del pa¨ªs. Sin embargo, los puntos de acceso y recepci¨®n se ubican todos en territorio controlado por el ej¨¦rcito, y Puerto Sud¨¢n se sit¨²a a unos 2.000 kil¨®metros de El Fasher. Hasta ahora, adem¨¢s, no se han definido tampoco los procedimientos para utilizar las nuevas rutas, seg¨²n comunic¨® a finales de marzo la directora de operaciones de la Oficina de la ONU para la Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en ingl¨¦s), Edem Wosurnu.
¡°Ahora tenemos mucho menos acceso [para operar] que hace seis meses, tanto desde Puerto Sud¨¢n como desde Chad¡±, apunta Vu. ¡°Y la mayor¨ªa de los focos de personas en riesgo de hambruna se encuentran en Darfur y, obviamente, tambi¨¦n en Jartum y, en cierta medida, en Kordof¨¢n. Esas zonas siguen aisladas en muchos sentidos¡±, alerta.
Estos obst¨¢culos a la distribuci¨®n de suministros amenazan con agravar a¨²n m¨¢s la crisis. Cardellach, por ejemplo, explica que desde MSF est¨¢n aprovechando los stocks que ten¨ªan en lugares ahora aislados, como Jartum y Al Jazira, para seguir operando y apoyando a centros sanitarios. Pero avanza que ¡°va a llegar un momento en el que se agoten¡±.
Ahora tenemos mucho menos acceso [para operar] que hace seis meses, tanto desde Puerto Sud¨¢n como desde ChadMathilde Vu, directora de incidencia pol¨ªtica para Sud¨¢n del Consejo Noruego para Refugiados
A finales de marzo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU pudo enviar desde Chad a Darfur Occidental y Central el primer cargamento de alimentos en meses, pero lament¨® que no supieran cu¨¢ndo podr¨¢n realizar otro env¨ªo similar. La misma agencia transport¨® suministros adicionales hasta Darfur Norte desde Chad y Puerto Sud¨¢n unos d¨ªas despu¨¦s, en la primera entrega de asistencia realizada cruzando el frente en seis meses.
La coordinaci¨®n de la ayuda de emergencia tambi¨¦n se ha visto afectada recientemente por los amplios y recurrentes apagones de internet y de telefon¨ªa que sufren muchas zonas de Sud¨¢n desde principios de febrero. Estos han sido ampliamente atribuidos a una acci¨®n de los paramilitares en Jartum, en represalia por los apagones ordenados por el ej¨¦rcito a finales del a?o pasado en Darfur, su feudo tradicional. Las interrupciones han impactado sobre todo a iniciativas locales que se encuentran al frente de la distribuci¨®n de ayuda y de la organizaci¨®n de servicios esenciales en zonas aisladas. Una parte importante de estos esfuerzos los lideran las llamadas unidades de respuesta de emergencia; grupos de voluntarios, muy bien arraigados a nivel local, que surgieron de la sociedad civil, y grupos de revolucionarios que ya exist¨ªan antes de la guerra y que ahora han orientado sus esfuerzos a la distribuci¨®n de ayuda y a la organizaci¨®n de servicios. En muchos casos, estos grupos operan en lugares donde no llegan agencias humanitarias, como puso de relieve Wosurnu, de la OCHA, que asegur¨®, en su comparecencia de marzo ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que desde octubre no se han podido cruzar las l¨ªneas de conflicto para enviar ayuda a las partes de Jartum fuera del control del ej¨¦rcito.
Un portavoz de una de estas unidades en el este de Jartum explica por mensaje de texto que los apagones de internet han afectado ¡°enormemente¡± sus cocinas comunitarias, a las que acuden miles de familias, porque dependen de fondos que reciben por transferencias realizadas con aplicaciones sobre todo de parte de la di¨¢spora sudanesa en el exterior. En su caso, los apagones llevaron a m¨¢s de 100 cocinas comunitarias a dejar de funcionar.
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