?D¨®nde est¨¢n los fondos para las enfermedades que atacan a mil millones de pobres?
Organizaciones en defensa de la salud denuncian la infrafinanciaci¨®n que reciben la prevenci¨®n y tratamiento de estas dolencias, que afectan a m¨¢s de mil millones de personas
M¨¢s de mil millones de personas padecen en el mundo alguna de las 21 enfermedades tropicales que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) considera como desatendidas. Y, sin embargo, los fondos y recursos destinados para prevenirlas y tratarlas son ¨ªnfimos en comparaci¨®n con otras dolencias. ¡°Los m¨¢s pobres son los que m¨¢s las sufren y cuando enferman son todav¨ªa m¨¢s pobres¡±, argument¨® este mi¨¦rcoles el doctor Jarbas Barbosa da Silva, director de la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud (OPS), durante un acto en Madrid en el que expertos en salud de Fundaci¨®n Anesvad, Salud por Derecho, M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) y DNDi (siglas en ingl¨¦s de Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Desatendidas) reclamaron m¨¢s medios para acabar con estas afecciones. ¡°Provocan estigmatizaci¨®n, discapacidad y, a veces, dolor de por vida¡±, a?adi¨® Antonio Leis, director de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional (AECID).
La hoja de ruta aprobada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en 2021 prev¨¦ que en 2030 ¡°100 pa¨ªses eliminen al menos una de estas enfermedades, la reducci¨®n en un 75% de la discapacidad que provocan y en un 90% del n¨²mero de personas que necesitan atenci¨®n m¨¦dica por esta causa¡±, detall¨® Vanessa L¨®pez, directora de la Fundaci¨®n Salud Por Derecho. Sin embargo, aunque el ¨²ltimo informe de la OMS, de 2023, se?alaba avances como la eliminaci¨®n de una de las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) en 50 pa¨ªses, el objetivo de 2030 est¨¢ muy lejos, seg¨²n coinciden todos los expertos.
¡°Es una hoja de ruta tremendamente ambiciosa, idealista y que sinceramente en los cinco a?os que quedan no vamos a conseguir la gran mayor¨ªa de esos objetivos¡±, critic¨® Jos¨¦ Antonio Ruiz Postigo, m¨¦dico del Programa Mundial de Control de las ETD de la OMS, que se?al¨® los claroscuros del sector. ¡°Podr¨ªamos poner como primera excusa la [pandemia] de covid, que durante dos o tres a?os paraliz¨® todas las intervenciones en salud que no tuvieran que ver con la covid¡±, subray¨®. Pero el problema tiene una envergadura mucho mayor: ¡°Ning¨²n Estado miembro de la OMS apoya financieramente al departamento de las enfermedades tropicales desatendidas¡±.
Creemos que si tuvi¨¦semos una financiaci¨®n mejor y m¨¢s neutral por parte de los Estados miembros [de la OMS] podr¨ªamos llevar a cabo algunas acciones que ahora no podemos realizarJos¨¦ Antonio Ruiz Postigo, m¨¦dico del Programa Mundial de Control de las ETD de la OMS
Como ejemplo, Ruiz Postigo revel¨® que su divisi¨®n ha ¡°perdido 22 puestos de trabajo de t¨¦cnicos o m¨¦dicos, bien por jubilaci¨®n o por dimisi¨®n¡±, sin que hayan sido sustituidos, para evidenciar la falta de atenci¨®n mundial que reciben las ETD. ¡°Para nosotros, ser¨ªa importante no depender de empresas farmac¨¦uticas¡± o de otras filantr¨®picas, a?adi¨®. Y apost¨® a continuaci¨®n por los fondos p¨²blicos: ¡°Creemos que si tuvi¨¦semos una financiaci¨®n mejor y m¨¢s neutral por parte de los Estados miembros [de la OMS] podr¨ªamos llevar a cabo algunas acciones que ahora no podemos realizar¡±.
Entre los muchos retos para abordar de forma integral las enfermedades tropicales desatendidas, Francisco Bartolom¨¦, experto en estas dolencias de MSF, se?al¨® el ¡°problema de los suministros¡±. ¡°Los f¨¢rmacos para tratar las ETD no son rentables, lo que nos obliga a vivir en la incertidumbre, ya que puede ocurrir que dejen de producirlos o que no los produzcan si no se pide una cantidad m¨ªnima a la empresa que los suministra¡±, critic¨®. Como ejemplo, Bartolom¨¦ habl¨® de las mordeduras de serpientes. ¡°El suero que suministramos en los casos m¨¢s graves se ha dejado de producir en Sud¨¢frica¡±, explic¨® el m¨¦dico, que cont¨® c¨®mo se vio obligado a distribuir las reservas que ten¨ªan en MSF con cuentagotas en los lugares de mayor peligro hasta que encontraron una alternativa.
La pobreza y otros determinantes sociales
¡°Para combatir las enfermedades tropicales desatendidas hay que comprender qu¨¦ hay detr¨¢s de ellas para que afecten abrumadoramente m¨¢s a los pa¨ªses de ?frica subsahariana¡±, explic¨® I?igo Lasa, director general de la Fundaci¨®n Anesvad, una organizaci¨®n centrada en las dolencias que se visibilizan en la piel por ser ¡°las que m¨¢s estigmatizan¡±. El diagn¨®stico, compartido por todos los expertos, es que los determinantes sociales, como la pobreza, la falta de acceso a agua limpia o las desigualdades de g¨¦nero, definen qui¨¦nes son las personas que padecen con mayor frecuencia estas dolencias.
¡°?C¨®mo te vas a limpiar y curar una herida si no tienes agua?¡±, se pregunt¨® Lasa. E incidi¨® en la cuesti¨®n de la falta de medios: ¡°Dif¨ªcilmente una persona con pocos recursos econ¨®micos podr¨¢ comprar medicamentos o desplazarse hasta un centro de salud¡±, a?adi¨® el director de Anesvad, que junto con otras organizaciones impulsa la aprobaci¨®n de una resoluci¨®n en la pr¨®xima cumbre mundial de la OMS que sit¨²e las afecciones cut¨¢neas como una prioridad sanitaria global. ¡°En el caso de aprobarse, no ser¨ªa vinculante para que los Estados pongan m¨¢s fondos, pero s¨ª para que lo haga la OMS¡±, dijo.
Y aunque ¡°los fondos destinados a estas enfermedades sean desproporcionadamente bajos en funci¨®n¡± de lo que requieren, ¡°tienen un alto rendimiento¡±, afirm¨® Isabela Ribeiro directora del grupo de enfermedades virales del DNDi. ¡°Una inversi¨®n de un d¨®lar [0,91 euros] provoca un retorno de 465 d¨®lares [426 euos]¡±, aclar¨®.