Vacuna covid: los riesgos de una tercera dosis para la salud global
La introducci¨®n generalizada de dosis de refuerzo en los pa¨ªses ricos se har¨ªa a costa de la primera vacunaci¨®n en la mitad del planeta. Esta estrategia es tan inmoral como peligrosa
Una y otra vez, las consideraciones particulares de los pa¨ªses ricos se han ido cruzando en el camino del inter¨¦s general en la respuesta a la covid-19. Lo empezamos a ver en la aplicaci¨®n de las medidas de aislamiento, pero se hizo evidente durante las primeras fases de distribuci¨®n de la vacuna y en el despliegue groseramente desproporcionado de los fondos de recuperaci¨®n. Dieciocho meses despu¨¦s, la pandemia se ha convertido en un poderoso determinante de la inequidad global.
Ahora nuestros gobiernos vuelven a la carga, amenazando con hacer descarrilar la endeble estrategia internacional de inmunizaci¨®n. Mientras las ratios de cobertura en algunos de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo se mantienen en cifras de un solo d¨ªgito, el debate sobre la tercera dosis de la vacuna contra el SARS-Cov2 vuelve a mostrar la miop¨ªa preocupante de una parte. Los argumentos han sido destacados en un papel publicado esta semana por mis compa?eras de ISGlobal Clara Mar¨ªn, Adelaida Sarukhan y Marta Rod¨®.
Esto es lo que la ciencia nos dice hasta ahora: tanto la inmunidad natural como la provocada por la vacuna contra el SARS-CoV2 son s¨®lidas y, en ambos casos, la memoria inmunitaria durar¨¢, probablemente, varios a?os. Aunque los anticuerpos en sangre decaen con el paso del tiempo y las vacunas pierden parte de su eficacia en la prevenci¨®n de la infecci¨®n y el contagio, la protecci¨®n contra sus consecuencias m¨¢s graves es firme y permanente.
La vacuna garantiza a la mayor¨ªa el privilegio de no enfermar y morir como consecuencia de la covid. Un privilegio fuera del alcance m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n, que no ha recibido ni una sola dosis
Dicho de otro modo, la vacuna garantiza a la mayor¨ªa el privilegio de no enfermar y morir como consecuencia del coronavirus. Un privilegio fuera del alcance m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial, que no ha recibido ni una sola dosis ni la recibir¨¢ en el corto plazo. En la totalidad del muy cercano continente africano ?¡ªcon la ¨²nica excepci¨®n de Marruecos¡ª la cobertura est¨¢ por debajo del 25%, y no llega al 2% en el conjunto de las naciones de ingreso bajo. Cada vez estamos m¨¢s lejos de alcanzar en 2021 el 20% de cobertura en cada uno de los pa¨ªses, establecido por la iniciativa Covax como el indicador m¨¢s b¨¢sico del ¨¦xito de la estrategia global.
Este es el contexto en el que debe tener lugar el debate sobre la tercera dosis de la vacuna. Las recomendaciones de las autoridades cient¨ªficas en Estados Unidos y Europa son claras con respecto a los grupos de riesgo (pacientes inmunodeprimidos, personas mayores, poblaci¨®n institucionalizada y personal sanitario). Pero la distribuci¨®n masiva de una dosis de refuerzo se fundamentar¨ªa en un gen¨¦rico principio de precauci¨®n sin un valor a?adido evidente para la salud p¨²blica.
La distribuci¨®n masiva de una dosis de refuerzo se fundamentar¨ªa en un gen¨¦rico principio de precauci¨®n sin un valor a?adido evidente para la salud p¨²blica
Y es en la interpretaci¨®n de ese ¡°principio de precauci¨®n¡± donde patinamos peligrosamente. Aunque nos repetimos cada 10 minutos la idea de que no hay soluciones particulares en una pandemia, no parece que esto tenga ninguna consecuencia pr¨¢ctica. Israel y Estados Unidos ya han tomado la decisi¨®n de ofrecer dosis de refuerzo a todos los adultos que las soliciten. Las recomendaciones de la EMA dejan la puerta abierta a que los gobiernos de la UE hagan algo similar, en un ejercicio en el que resulta dif¨ªcil identificar d¨®nde termina la ciencia y d¨®nde empieza la presi¨®n pol¨ªtica.
El que se enga?e ser¨¢ porque quiere. La introducci¨®n generalizada de dosis de refuerzo se har¨¢ a costa de la primera vacunaci¨®n en la mitad del planeta. La capacidad de producci¨®n, compra y distribuci¨®n de la vacuna covid sigue siendo limitada. Las operaciones de reexportaci¨®n de productos tan perecederos y dif¨ªciles de almacenar como estos viales tienen un valor testimonial.
Solo cuando los pa¨ªses ricos reduzcan la presi¨®n sobre la demanda y apoyen la financiaci¨®n y distribuci¨®n de las compras empezaremos a ver la luz al final del t¨²nel. La alternativa es perpetuar la pandemia y abrir la posibilidad a nuevas variantes para las que ni siquiera los m¨¢s privilegiados estamos preparados.
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