Las voces ausentes en el relato migrante
En la pol¨ªtica, en el sector privado, en las ONG, en los medios y en muchos escenarios donde se construyen los conceptos y narrativas que orbitan en torno a los migrantes, se habla de nosotros sin nosotros
Hace unas semanas alguien me pregunt¨® c¨®mo ha sido trabajar en una instituci¨®n p¨²blica espa?ola siendo inmigrante. La cuesti¨®n vino a ra¨ªz de un dato que solt¨¦ en nuestra conversaci¨®n y que hab¨ªa le¨ªdo d¨ªas atr¨¢s en el Informe sobre la Integraci¨®n Laboral de la Inmigraci¨®n del Observatorio Espa?ol del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) 2022. Mientras que un 20% de los ocupados espa?oles trabajan como asalariados para el sector p¨²blico, solo el 2,5% de los extranjeros ocupa alguna vacante de las administraciones a nivel local, regional o nacional. En el Ayuntamiento de Madrid, donde trabajo, la representaci¨®n de otras nacionalidades es de 1,95% entre el personal eventual y de 1,37% en el caso de los funcionarios.
Estaba meditando la respuesta cuando una imagen se me vino a la cabeza. En uno de los plenos de econom¨ªa de la ciudad, al que asist¨ª, se abord¨® el tema del desempleo de personas extranjeras, y espec¨ªficamente, el hecho de que el ¨²nico paro que aumentaba en Madrid desde mediados de 2022 era el de no comunitarios.
El debate se abri¨® y las posturas, salvo contadas excepciones, se mov¨ªan de la empat¨ªa a la condescendencia y a la hostilidad. Eran en su mayor¨ªa construcciones etnoc¨¦ntricas, economicistas y paternalistas. Cuando ca¨ª en cuenta de ser el ¨²nico inmigrante en la sala, pens¨¦ que por an¨®nima que fuera mi presencia en ese foro, al menos uno de ¡°los nuestros¡± estaba escuchando. Para m¨ª, que he vivido el periplo del desempleo, el autoempleo y el emprendimiento, era un debate crucial. Sin embargo, no pude leerme en la mayor¨ªa de esos relatos y reflexiones. Hablaban de nosotros sin nosotros. Y pasa en la pol¨ªtica, en el sector privado, en las ONG, en los medios, y en muchos escenarios donde se construyen los conceptos y narrativas que orbitan en torno a los migrantes.
Mientras que un 20% de los ocupados espa?oles trabajan para el sector p¨²blico, solo el 2,5% de los extranjeros ocupa alguna vacante de las administraciones a nivel local, regional o nacional
Por bienintencionados y necesarios que sean los debates, hay algo que no se logra resolver del todo: los extranjeros seguimos en silencio. Solo en Madrid, el 15,7% de la poblaci¨®n tiene una nacionalidad extranjera. Ninguno de sus acentos, sus experiencias y sus aportaciones a diversos rincones de la vida cotidiana se escuch¨® esa ma?ana. Ni en la definici¨®n de la reciente reforma a la Ley de Extranjer¨ªa, ni en los debates estructurales sobre emprendimiento y empleo, ni en la creaci¨®n de modelos de ciudad o de pa¨ªs. Se ignora la pluralidad que habita dentro de la diversidad migrante, se evitan las voces que cuestionan ese paradigma en el que somos v¨ªctimas o victimarios. Siempre sujetos del problema, del reto, del desaf¨ªo y rara vez de la oportunidad.
Y entonces cuando hace falta la nota de diversidad, cuando se necesita el gui?o a la multiculturalidad o cuando es rentable tomarnos de la mano, se sustraen trozos de nuestras identidades e historias. Y cada vez que eso sucede, ahonda la desafecci¨®n de quienes no pueden leerse en ninguna l¨ªnea de esas narrativas, de quienes han aprendido a vivir (y sobrevivir) en los m¨¢rgenes del NIE, y de quienes, teniendo tanto que decir, solo pueden escuchar.
Cuando tuve que dar una respuesta, solo se me ocurri¨® decir que escribir¨ªa algo al respecto, con la esperanza de que la pr¨®xima vez que un inmigrante est¨¦ presente en un debate de lo p¨²blico, tenga tambi¨¦n la oportunidad de opinar sobre aquello que le ata?e.
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