Kenia Zer¨®n: la rebelde con causa migrante
Una activista hondure?a es la nueva concejala de Danl¨ª, una ciudad en la frontera con Nicaragua. La crisis migratoria que azota a la regi¨®n sur del pa¨ªs es uno de sus grandes retos
Es su primer d¨ªa, uno de los m¨¢s importantes. El martes 5 de julio, Kenia Zer¨®n Rodr¨ªguez asumi¨® el cargo de regidora en Danl¨ª. Este municipio de Honduras, en la frontera con Nicaragua, concentra el mayor n¨²mero de pasos ciegos para el tr¨¢nsito migratorio irregular. Y dar una respuesta humanitaria a la compleja situaci¨®n desde la municipalidad es uno de sus grandes desaf¨ªos.
¡°Estoy muy emocionada, pero tambi¨¦n siento v¨¦rtigo. Conozco bien la zona, aldea por aldea, y sus problem¨¢ticas, pero no es lo mismo actuar como parte de las comisiones ciudadanas que ser funcionaria¡±, confiesa mientras se balancea de un lado a otro en la silla del despacho que estrena. La exaltaci¨®n del nuevo puesto destella en su mirada vivaz, una que caracteriza una personalidad el¨¦ctrica, alegre y dicharachera.
A las responsabilidades del reciente compromiso se suman las altas expectativas que sus votantes, testigos de su trayectoria activista, han depositado en ella. ¡°Mucha gente ha seguido los 20 a?os de mi lucha social. De hecho, son ellos quienes me empujaron al cargo, porque yo no me planteaba presentarme¡±, reconoce. ¡°Esa aceptaci¨®n es bonita, pero tambi¨¦n me hace cargar con mucha presi¨®n. He pasado de activista a tener voz como regidora. Y tengo que encontrar la forma de mantener ese liderazgo como funcionaria, conservando la humildad y el respaldo de la sociedad civil. Porque antes que pol¨ªtica soy humana¡±, asevera.
Entregada desde ni?a a la defensa de los derechos humanos, esta hondure?a, nacida en una familia de escasos recursos, ha hecho de su estilo de vida un dogma: ¡°Que mis posturas sean coherentes a mis ideales, algo nada f¨¢cil para aquellos sin privilegios¡±, afirma Zer¨®n, una mujer en un pa¨ªs con las tasas de feminicidios m¨¢s altos de la regi¨®n latinoamericana. ¡°Vengo de un hogar muy pobre, un pueblo minero¡±, insiste en repetidas ocasiones a lo largo de la entrevista ¡ªporque sus or¨ªgenes son importantes, tambi¨¦n su f¨ªsico: piel oscura y rasgos afrodescendientes¡ª. ¡°Fui la ¨²nica negrita en casa, todos mis hermanos tienen tez blanca, mi mam¨¢ los ojos verdes. Son muy guapos todos, menos yo. Y crec¨ª con ese conflicto, hasta que lo volv¨ª a mi favor¡±, declara con un orgullo muy sincero.
En Honduras, la poblaci¨®n afroamericana es una de las m¨¢s discriminadas y golpeadas por la pobreza extrema
En Honduras, la poblaci¨®n afroamericana es una de las m¨¢s discriminadas y golpeadas por la pobreza extrema, as¨ª como por la falta de acceso a los derechos econ¨®micos, sociales y culturales. ¡°Danl¨ª es una ciudad muy conservadora, donde todav¨ªa se apela a la raza pura y al colonialismo espa?ol¡±, recalca. Pero el jugador m¨¢s h¨¢bil no siempre tiene las mejores cartas, y las partidas se pueden ganar por perseverancia. ¡°Si no voy a sobresalir por mi belleza, por lo menos voy a participar en todo¡±, se propuso Zer¨®n, quien comenz¨® elevando su voz en los gobiernos estudiantiles y prepar¨¢ndose ¡°para ser excelente acad¨¦micamente¡±, asegura.
La ni?a que se cre¨ªa el patito feo empez¨® a sacar las mejores calificaciones y se gradu¨® en la escuela con matr¨ªcula. ¡°Desde peque?a yo era la l¨ªder de mis hermanos mayores. Ten¨ªa un gran poder de convencimiento. Y, ahora que echo la vista atr¨¢s, es como si el destino me hubiera preparado durante todo este tiempo para la responsabilidad que voy a asumir desde la pol¨ªtica: defender los derechos de los m¨¢s vulnerables, una poblaci¨®n que ahora la representan los migrantes que nos est¨¢n llegando¡±, anuncia.
Honduras forma parte del corredor humano que atraviesa Centroam¨¦rica en su paso a Estados Unidos, recibiendo oleadas de personas en situaci¨®n administrativa irregular durante a?os. Desde que empezaron a llegar personas en extrema vulnerabilidad en masa a su pa¨ªs, Zer¨®n ha estado involucrada atendiendo a las v¨ªctimas de este drama social.
No obstante, la crisis humanitaria jam¨¢s se hab¨ªa agudizado tanto como hasta hace pocos meses. ¡°Vamos de mal en peor. Tambi¨¦n como sociedad. Antes hab¨ªa m¨¢s solidaridad entre las personas. Cuando empezaron a llegar los primeros grupos de haitianos, los vecinos los refugiaban en sus casas. Pero, con el tiempo, empezaron a verlo como un negocio, y ahora les cobran por todo. Hay empresarios que han pagado sus deudas gracias a familias de migrantes, ?hay quienes antes iban en bicicleta y ahora manejan carros!¡±, denuncia Zer¨®n ¡°sin pelos en la lengua¡±, como ella misma se?ala.
La activista es conocida en la comunidad por denunciar a los que se est¨¢n lucrando con el drama humano: due?os de hoteles, transportistas, autoridades¡ En marzo colg¨® en su perfil de Facebook un v¨ªdeo donde se ve¨ªa a polic¨ªas tratando de extorsionar a una familia de venezolanos. ¡°Me llamaron para amenazarme, dici¨¦ndome que tuviera m¨¢s cuidado con lo que estaba publicando. Ir de manera directa en este pa¨ªs es demasiado delicado. ?Yo siempre vierto mi opini¨®n all¨¢ donde voy y eso aqu¨ª es un deporte de alto riesgo! Decir la verdad es meterse en un grave problema¡¡±, dice y deja escapar una risa ir¨®nica.
El humor no prevalece sobre el miedo, sino que lo camufla para tratar de disiparlo. ¡°Estoy asustada. Ya perd¨ª a un compa?ero y amigo, ¨¦ramos inseparables¡±, aclara, recordando al regidor Juan Carlos Vega, asesinado a balazos en un caf¨¦ el pasado abril. La activista, que sustituye hoy a su compa?ero en el cargo, lo acompa?aba en el momento del homicidio y fue testigo directa de la escena. ¡°Cuando dispararon me met¨ª debajo de la mesa, qued¨¦ ba?ada en sangre. Fue muy fuerte e imposible de olvidar. Ser un defensor de los derechos humanos aqu¨ª no es f¨¢cil, tampoco ser una figura p¨²blica, no hay garant¨ªa de seguridad. Y menos cuando una es mujer. Claro que tengo miedo, pero no lo exhibo. Tampoco voy a dejar de decir lo que pienso¡±, advierte, justo antes de repartir cr¨ªticas contra miembros del partido en la oposici¨®n. Tambi¨¦n contra el que ella integra.
La educaci¨®n es la mejor arma que tenemos los pobres y yo la supe aprovechar
A los primeros, ¡°por vivir en una doble moral constante, apelando al cristianismo, mientras lanzan discursos contra el aborto y no dicen nada sobre que Danl¨ª forme parte de uno de los departamentos con los niveles m¨¢s altos de embarazos adolescentes¡±. A los segundos, ¡°porque mientras organizan eventos de lujo para buscar soluciones a la emergencia migratoria, personas en condiciones inhumanas est¨¢n moj¨¢ndose a la intemperie con beb¨¦s en brazos¡±, dice. Zer¨®n, que ha pasado de ser representante de la Red de Promotores y Defensores de Derechos Humanos a regidora en la ciudad fronteriza por el Partido Liberal de Honduras, confiesa: ¡°Yo luch¨¦ para que Xiomara [Castro, presidenta del pa¨ªs] estuviera en el Gobierno. ?Pero lo bueno no quita lo malo! Si hay una actuaci¨®n que me parece mal, la critico, venga de donde venga¡±.
Tambi¨¦n afirma que no quiere ¡°ser una rebelde sin causa¡±. Aclara que si se rebela es porque ¡°hay que encontrar soluciones al problema que tenemos¡± y asegura que si es el partido contrario quien las da, los apoyar¨¢. ¡°La migraci¨®n, un tema urgente, no est¨¢ en la agenda, no es prioritario, no hay inter¨¦s. Como tampoco lo ha habido para otros temas tan graves en la regi¨®n que requieren de madurez pol¨ªtica¡±, lamenta.
¡°Somos uno de los departamentos con el mayor ¨ªndice de violencia dom¨¦stica, somos el pa¨ªs de los feminicidios, en el que la propia polic¨ªa desanima a los familiares a investigar el asesinato de una mujer para evitar problemas. Aqu¨ª todo est¨¢ podrido¡±, declara. Y deja escapar un suspiro como si de repente cobrara consciencia de que los problemas a los que se ha enfrentado como activista se complicaran cuando forman parte de una agenda profesional.
¡°Es enorme el desaf¨ªo que tengo como pol¨ªtica, un cargo al que, por cierto, no he llegado producto de la casualidad sino del trabajo, el esfuerzo. La educaci¨®n es la mejor arma que tenemos los pobres y yo la supe aprovechar. Puedo parecer arrogante, pero es que yo sal¨ª de una alde¨ªta pobre, una zona minera. Y para m¨ª estar hoy sentada en esta silla es un logro¡±, proclama con una voz dulce, pero firme, antes de que una secretar¨ªa entre en el despacho y la interrumpa.
Zer¨®n entonces se disculpa con una sonrisa y se levanta para atender a su equipo. Enfundada en un ce?ido vestido negro, se desplaza r¨¢pido, ¨¢gil, como una hormiguita entre las dependencias de la Alcald¨ªa Municipal. Saluda a cada funcionario sin que el aire de triunfo se le disipe del rostro. Con el ment¨®n alzado y el paso determinante, su figura se pierde por el pasillo, dejando tras su paso el eco de unos tacones que pisan fuerte, como si evocara a aquella ¡°negrita¡± que caminaba por su pueblo, siempre so?ando, a la ni?a insumisa de la familia, de las ideas locas que sab¨ªa que la vida te puede dejar aqu¨ª o all¨ª, seg¨²n sus palabras. ¡°Y por eso cuando llega la oportunidad hay que aferrarse a ella y no soltarla¡±, termina.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.