Armarse de cobertura sanitaria universal, la mejor forma de prevenir pandemias y otras enfermedades
Un sistema de salud robusto es el cimiento fundamental para prepararse ante cualquier crisis. Es imprescindible apoyar a los pa¨ªses con rentas m¨¢s bajas para reforzar los suyos y, de paso, la seguridad del resto del planeta
En estos tiempos dif¨ªciles nos preguntamos c¨®mo pueden los pa¨ªses estar prevenidos frente a actuales y futuras pandemias, proteger a su ciudadan¨ªa y dar respuesta a sus crecientes necesidades de servicios de salud en todas las etapas de la vida. La respuesta incluye siempre hacer efectiva la cobertura universal y el fortalecimiento de los sistemas sanitarios en todos y cada uno de los rincones del mundo.
Con raz¨®n, el pasado 12 de diciembre, D¨ªa Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) insist¨ªa en el lema: ¡°No dejar atr¨¢s a nadie: invertir en sistemas de salud para todos¡±. Seg¨²n este organismo, cada a?o, 100 millones de personas se ven arrastradas hacia la pobreza debido a que el coste de la atenci¨®n m¨¦dica es muy superior al que pueden permitirse. Sin contar con que m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial no tiene acceso a cobertura m¨¦dica, ni acceso al conocimiento y tecnolog¨ªa precisos para dar respuesta a sus necesidades.
Desde 2020, la ONU ha incorporado en el calendario otra fecha decisiva, el 27 de diciembre, D¨ªa Internacional de la preparaci¨®n ante pandemias, tras la alerta mundial que ha supuesto la covid-19, y la necesidad de colaboraci¨®n internacional para dar la mejor respuesta a este tipo de crisis. Como bien dice el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, la cobertura universal y la seguridad sanitaria global son dos caras de la misma moneda.
Pero ?por d¨®nde empezamos? ?Qu¨¦ necesitan los pa¨ªses para responder de manera eficaz a las enfermedades que nos acechan? Me refiero no solo a la preparaci¨®n ante dram¨¢ticas crisis como la causada por el nuevo coronavirus, sino al sinn¨²mero de amenazas para nuestro organismo y los miles de enfermedades que aparecer¨¢n, tarde o temprano, en el transcurso de nuestras vidas. Van a continuaci¨®n algunas propuestas.
No podemos correr el riesgo de centrarnos solo en la covid-19 y perder el impulso para lograr la cobertura sanitaria universal a todos los niveles
Tanto los centros de atenci¨®n primaria, como las urgencias y las consultas de los hospitales, incluyendo los m¨¢s alejados y perif¨¦ricos, deben ser capaces de diagnosticar de forma adecuada y a tiempo cada una de las dolencias que presentan las personas que acuden a ellos. Para ello precisan medios de diagn¨®stico; un sistema de informaci¨®n que produzca datos fiables en todos los niveles de atenci¨®n y capacidad de an¨¢lisis de los mismos en los hospitales y ambulatorios.
Los datos resultantes han de poder ser transferidos a tiempo a los Ministerios e instituciones regionales del ramo para que puedan obrar en consecuencia y promover las medidas preventivas de Salud P¨²blica adecuadas. Adem¨¢s, se debe tener la capacidad de poder transferir a los pacientes entre los distintos niveles de atenci¨®n y dar una respuesta adecuada en los casos complejos, en servicios especializados accesibles para todos.
Para todo ello, es necesario contar con un n¨²mero suficiente de profesionales adecuadamente formados, gestionados, motivados, que apliquen en su pr¨¢ctica diaria el conocimiento cient¨ªfico existente y trabajen en infraestructuras adecuadas con todas las herramientas b¨¢sicas: medicamentos, equipamiento, consumibles, art¨ªculos m¨¦dicos necesarios para su pr¨¢ctica cl¨ªnica¡
La preparaci¨®n y respuesta a las pandemias y otras amenazas pasa obligatoriamente por la construcci¨®n de robustos sistemas de salud y su adecuado funcionamiento. Estos son el cimiento fundamental para la preparaci¨®n frente a las pandemias, as¨ª como para mantener y expandir el acceso a los servicios esenciales, indivisibles, de salud p¨²blica, atenci¨®n primaria y atenci¨®n especializada hospitalaria.
Desde 2020, la covid-19 ha exacerbado las desigualdades en el acceso a los servicios de sanidad en todo el mundo, en especial en los pa¨ªses de renta media y baja. Si antes el objetivo prioritario era alcanzar la cobertura universal y garantizar el bienestar para todos a trav¨¦s del fortalecimiento de los sistemas de atenci¨®n m¨¦dica; la necesidad de dar respuesta inmediata a la crisis provocada por el SARS-Cov-2 ha puesto est¨¢ necesidad m¨¢s de manifiesto si cabe. Sin embargo, no podemos correr el riesgo de centrarnos solo en este virus y perder el impulso para lograr la cobertura a todos los niveles. Debemos aprovechar el conocimiento derivado de la ¨²ltima experiencia para encontrar la certeza colectiva de la importancia de tener sistemas p¨²blicos robustos.
Debemos ser conscientes del gran esfuerzo que realizan la mayor¨ªa de los Estados de renta baja y el incremento progresivo que dedican de sus reducidos presupuestos
Es cierto que invertir en estructura sanitaria plantea la reflexi¨®n sobre su financiaci¨®n y el porcentaje del PIB de un pa¨ªs que deber¨ªa destinarse a ella y a la protecci¨®n de sus ciudadanos. Por ello, debemos ser conscientes del gran esfuerzo que realizan la mayor¨ªa de los Estados de renta baja y el incremento progresivo que dedican de sus reducidos presupuestos, que siempre resulta insuficiente, y que la comunidad internacional debe complementar. Asimismo, debemos apoyar y reforzar a aquellos de renta media para que, progresivamente, robustezcan sus sistemas de salud a todos los niveles.
Es necesario dejar atr¨¢s el riesgo de plantear una respuesta global a la crisis de la covid-19 centrada ¨²nicamente en aspectos espec¨ªficos de la Preparaci¨®n y Respuesta a pandemias, en un espacio global preocupado por la seguridad de la sanidad internacional.
Apoyar de forma eficaz y pragm¨¢tica los esfuerzos que efect¨²an las econom¨ªas de renta media y, en especial, las menos adelantadas, deber¨¢ incluirse en cualquier Acuerdo Internacional futuro de Preparaci¨®n ante pandemias. Y debe ser una prioridad en la agenda global y colectiva de los principales donantes, sin dar espacio a la fatiga porque, para ser efectivos, los esfuerzos deben ser constantes y a largo plazo, incluyendo apoyo financiero internacional para ello.
El tiempo apremia, porque transcurre inexorable para alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030, y aparecen a cada paso nuevas emergencias que nos distraen de la lucha por alcanzar este objetivo imprescindible. Ello contribuir¨¢ de manera esencial a hacer realidad la preparaci¨®n ante futuras pandemias y a la seguridad sanitaria internacional.
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